Capitulo 6; La cacería

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Cassandra y Kou se encontraban guiándome a algo desconocido. "Más allá de la sabiduría humana", así se refirió Kou al famoso comedor, un lugar raro — para personas tan "perfectas" como nosotros los Royals — e imaginable para mí.

Le había escrito la carta a mis padres ya, y decía así:

Queridos Mamá y Papá;
Espero que se encuentren bien, igual que Mia, Mike y Olivia, ¿cómo se encuentra nuestro gallo Tomas? Bueno, cambiando el tema, aquí me está llendo ligeramente bien, los Royals tienen un aire realmente escalofriante, pero siempre hay que ver eso con buen ánimo, creo que tú dirías eso, ¿verdad papá?
Los extraño, y no reprimo eso, díganle a Mike que si le vuelve a salir un vello en el rostro que se lo afeite y que Mia nunca se case hasta que vuelva de aquí. Cuiden a Olivia, y díganle a todos que los amo.

Con cariño, Noah.

Mis cartas a ellos nunca son largas, son lo suficientemente buenas para ellos, si intentara contarles lo que realmente pasa, algo así como decapitaciones, entrenadores con nombres malvados, maltrato a estudiantes y comedores que te hacen dar miedo. Creo que se morirían del susto.

Decidí olvidar el tema de la carta e intentar entrar en la conversación de Kou y Cassandra pero no tenía apetito de hablar sobre "¿Que cosa te has metido por el trasero?".

Al llegar a las puertas de la especial cafetería Kou me indicó algo junto a Cassandra.

No hables con nadie a menos que te interese — me indicó Kou antes de colocar la mano en la puerta.
— Yo hablo con quien quiera — le dije haciendo un reproche —, además, tampoco tenía la intención.

Kou no respondió y Cassandra no dijo nada, a medida que entrábamos al comedor podía ver cosas jamás vistas, había una fila en donde al comienzo te servían comida y diferentes tipos de cosas.

Ansioso por comer me coloqué detrás de todos junto con Kou y Cassandra, se veía realmente emocionante, en las escuelas que estuve nunca existió esto, esto debe ser algo realmente para gente adinerada.

— Si estás pensando que esto es única y exclusivo, pues deja de hacerlo — mencionó Cassandra antes de soltar un suspiro.
— ¿Cómo sabías que pensaba en eso? — intente levantar una ceja pero fue en vano.
— Muy fácil, cuando yo llegué pensaba lo mismo — se rió —, claro, hasta que probé la comida de Patricia y descubrí también que era tener el paraíso en tu boca y luego el infierno en tu estómago.
— ¡Oh vamos chicos! ¿Qué tan malo puede ser? — dijo Kou haciendo un uso del sarcasmo más que notorio.

Al llegar nuestro turno, una señora con un ánimo no muy favorable, colocó un tazón de arroz sobre mi bandeja, junto con un puré y una gelatina. ¿Pero qué era aquella cosa tan celestial que me habían dado?

El camino hacia la mesa era realmente ordenado — muy distinto al que tenía en mi escuela —, las personas conversaban y parecían ser normales. Muy normales como para ser Royals. Una mesa pegada a una ventana se encontraba perfectamente vacía, así que Kou, Cassandra y yo nos sentamos ahí.

Al poner la primera cucharada de gelatina en mi lengua, esperaba que fuera algo tan especial como el guisado de mi madre, pero fue todo lo contrario. Puse una cara de asco ante aquel rancio sabor.

— ¡Te lo dije! — dijo Cassandra apuntándome con su cuchara —, no te emociones con lo que nos dan los Royals, parece veneno.
— ¡Sabe asqueroso! — dije después de tragar amargamente aquel pedazo de gelatina.
— Ja, bienvenido a los juegos del hambre — dijo Kou mientras se echaba en su silla —, ¡y que la suerte este de su lado!
— ¿Qué es eso? — Cassandra se lo dijo con una cara de curiosidad.
— Ah, es un viejo libro que encontré cuando era niño en la biblioteca de mi madre, no le des importancia.

The Royals.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora