El departamento estaba completamente a oscuras, la poca luz que había ingresaba por la ventana gracias a la luna, subí lentamente por las escaleras, tanteando con las manos para no llevarme nada por delante, llegué a la habitación, Lia dormía, continué caminando hasta mi cama donde comencé a dejar mis cosas encima de la misma, la luz de la mesita de noche de Lia se prendió.
-¡Ayy! ¡Me asustaste! -Grité
-¡Shhhh! -Dijo Lia y se levantó rápidamente, atravesando la cama por encima para cerrar la puerta
-¿Dónde estabas? -Agregó
-¿Cómo qué dónde estaba?... En la casa de Luciano, te dije
-¿Y por qué no contestabas mis llamadas?
-No tengo el telefono -Dije y me dirigí al escritorio de la habitación
-Esta acá, esta cargando
-¿Qué pasó?-Dije al ver las 5 llamadas perdidas de Lia y el mensaje de José que se encontraban entre otras notificaciones
-Cuando llegué estaba enojado, hasta que pude explicarle todo, me preguntó dónde estabas, nos quedamos un rato hablando y después se fue pero todo fue muy raro, es como si planeara algo... -Me explicó y se hizo un silencio de por medio
-La mayoría de los hombres cuando me ven no reaccionan así...Digo, o sea ni siquiera me invitó a cenar -Ella seguía seria mientras yo reía, Lia siempre fue así, no había cambiado en nada.
Caí desplomada del cansancio en la cama, aún conservaba la campera de Luciano, y cada tanto volvía a oler su perfume. Me desperté gracias a los rayos de sol que provenían de la ventana de la habitación y también gracias a que Lia estaba estudiando en voz alta en su cama, tapé mi cara con la colcha, volví a cerrar los ojos mientras pensaba en alguna razón para levantarme.
Me acordé del almuerzo en la casa de Luciano, me levanté rápidamente y caminé en dirección al baño, me paré en seco porque me había mareado, cerré los ojos, tenía la vista nublada, cuando me recupere entré al baño. Me di un baño caliente, me maquillé, me peiné y por ultimo me vestí con unos jeans blancos rotos en algunas partes, mis Adidas blancas y en la parte de arriba un buzo verde oscuro. Volví a la habitación para ordenar algunas cosas
-Boluda, hasta los pantalones blancos te hacen flaca
-Y eso que los pantalones blancos lo ultimo que hacen es hacerte flaca -Dijo observandome
No me consideraba sumamente flaca pero mi peso era acorde a mi estatura aunque tenía curvas, nunca fui muy segura de mi cuerpo cuando era adolescente por que nunca fui de las chicas que tuviera novio o que llamara la atención de los chicos y al no tener nada de eso me preguntaba si había algo malo en mi, ya sea por mi cuerpo o mi personalidad, pero al fin y acabo eran estupideces.
Bajamos a desayunar con Lia, estábamos en la cocina donde también estaba la mamá de Lia, Miriam, no nos veíamos mucho ya sea por su trabajo o por el mío, ella era Organizadora de Eventos, una de las mejores, se especializaba más que nada en bodas y generalmente los novios contrataban a Gustavo como fotógrafo, por recomendación de Miriam, eran la pareja perfecta comparada con mis padres, una pareja funciona,l sin problemas.
Decidí desayunar esta vez, me serví cereales en un bol pequeño, luego un poco de leche y me ubiqué en la mesa, Lia y su madre comían tostadas con dulce de leche.
-¿A dónde vas, Mara? -Dijo Lia cuando notó que estaba cambiada y ella aún seguía en pijama
-Luciano me invitó a almorzar -Dije y Lia se quedó boquiabierta mostrando toda la tostada masticada
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Fotógrafa (Luciano Vietto)
Romance"Tenía 21 años y ya estaba cansada." Mara no tenia la mejor vida, por eso decidió hacer un cambio y la fotografía seria una de las cosas que la ayudaría a hacerlo, pero no todas las historias tienen un final feliz.