Después de unos días navegando sin descanso, nuestro Jack llegó a su destino, como marcaba su brújula.
Todos abandonaron el barco para seguir a pie menos Cotton, quien fue abandonado también por su loro.
Mientras los tripulantes seguían a Jack, este sólo seguía lo que le marcaba esa brújula tan misteriosa que poseía. Ya adentrándose en una selva, pese a las quejas y a los comentarios de que Jack debía cesar su búsqueda, pues se notaba que esa isla estaba despoblada, todos se pararon bruscamente debido a la voz de un niño que les llamaba.-¡Vosotros, ¿qué hacéis aquí?! -todos menos Jack se giraron acongojados.
-Es... ¿Es un niño de verdad...? -preguntó Ragetti incrédulo.
-¡¿Cómo va a ser un niño si no hemos visto a nadie en esta isla y llevamos horas en ella?!-dice Pintel pegándole una colleja a su compañero.
-Puede ser uno de los niños de una tribu indígena, de esta isla, muy avanzada, tan avanzada que han conseguido ocultarse de nosotros hasta ahora -empieza a especular el uniocular.
-¡No digas tonterías! En todo caso sería un fantasma, el espíritu de un niño que naufragó en esta isla y acabó muriendo de hambre o de sed, si no de otras cosas -especula Pintel acercándose a Ragetti, mientras este se dedicaba a tragar saliva sonoramente cada vez más asustado.
-¡Dejad de soñar despiertos de una vez! -grita Gibbs harto de las especulaciones de sus camaradas-Dime, niño. ¿Y tus padres? -se dirige al pequeño de unos 4 o 5 años como mucho con cierta ternura, totalmente falsa, por supuesto.
-En casa...-susurra. El chiquillo mira a Gibbs asustado a la vez que perplejo por su sonrisa extremadamente extraña.
-¿Y tu casa está...? -Gibbs intentaba a toda costa sonsacarle el paradero de alguna persona con la que poder hablar más claramente sobre la situación.
-¡Déjalo! -se oyó esa palabra bien profunda y todos los piratas se giraron para mirar a su capitán, el cuál ya había dejado de fijarse en su querida brújula y estaba a punto de proseguir con sus palabras- Veamos pequeño...-suspira arrodillándose ante él para poder estar a su altura- Soy el capitán Jack Sparrow, y mi tripulación y yo necesitamos tu ayuda -le mira fijamente a los ojos y esboza una sonrisa- Resulta que me han enviado esta carta -saca la carta bruscamente de la nada y el pequeño la mira atento- Queremos saber quién ha sido, para hablar con esa persona. Me han dicho que estaría aquí. ¿Me podrías decir si sabes quién a podido ser? -se queda mirándole a los ojos atento a su respuesta mientras le pone las manos en los hombros de sus dos lados respectivos.
-Sí. Sí sé quién es. Es mi madre, señor Sparrow.
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No se trata de vivir para siempre, Jackie.
FanficAcompaña al famoso capitán Jack Sparrow en una de sus tantas alocadas aventuras.