Capítulo 7: Autocontrol (FANFIC DE ALEXA CULLEN)

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  Necesitaría todo mi autocontrol para plantarme delante de ella sin montar una escena.
Sería tan fácil hacerlo, sentía tanta desilusión en mi pecho en ese momento que necesitaba acelerar hasta cruzarme delante de su coche, tomarle por los hombros y exigirle una respuesta coherente. Alguna respuesta satisfactoria....

Pero no lo hice.

En gran medida se debía a que el sol aun dejaba caer sus rayos sobre la carretera y a pesar que en ese momento no habían pensamientos consientes a nuestro alrededor, no podía darme el lujo de exponerme innecesariamente.
No ahora que lo peor había pasado.
Ella esta a salvo y entera por lo que pude asumir.

Me limité a conducir dejando solo un espacio pequeño entre nuestros coches, temiendo en cualquier momento que desapareciera justo delante de mis ojos.
Pero no era a el único al que los nervios le pasaban la cuenta.

No era necesario estar junto a ella para ver los signos de su nerviosismo, la tensa postura de su cuello me lo confirmaba, evitando en todo momento el reflejo de mis ojos en el espejo retrovisor.
Hacía bien en temer mi reacción, me conocía demasiado bien como para suponer que dejaría correr tan fácilmente su aventura en la reservación.


Al llegar al pueblo condujo hasta la casa de Ángela Wever y recordé el compromiso que había adquirido con ella.
Paró el coche y rápidamente, sin mirarme siquiera ingresó al jardín y escuche como llamaba insistentemente a la puerta.

Seguí de largo sin despegar mis ojos de ella hasta que escuché la voz de Ben.
Cerré los ojos para poder verle a través de su mente y comprendí por que el chico se mostrara tan sorprendido de verle.
Bella parecía un cordero asustado tratando de huir de un león.
Desistí de espiarle al ver su rostro relajarse cuando Ángela le saludo cariñosamente.
Extraje el móvil de mi bolsillo y marqué el número de mi hermana.

—Alice—. Logre decir, pero ella se adelantó a mis palabras y aseguró que todo estaría bien por lo que quedaba de tarde.

—Entonces voy a casa—.

No había motivo para seguir dando vueltas como un loco por la ciudad, ella estaría a salvo.
Por lo menos hasta que hablara seriamente con ella.

Era completamente absurdo tratar de ocultarme de mi familia, de todas formas debía volver en algún momento, de nada serviría postergarlo.

Al llegar estaba preparado para soportar la lastimosa mirada de mi madre, los insultos de Rosalie y hasta los erróneos pensamientos de mi padre referentes a mi, siempre confiando, siempre sobrevalorándome.

Pero yo no era capaz ni de pararme derecho en su presencia.
Sentía que todo mi interior se derrumbaba cuando creía tan ciegamente en mi, hacerlo era creer en una mentira.
Era creer en milagros y en cosas de santería.

¿Como soportar su mirada sincera si había estado tan cerca de terminar con todo lo que él ha defendido toda su existencia?

No era digno de mi padre.
No era digno de Bella, no era digno de tener todo ese amor a mi alrededor.
No cuando lo único que quería era romper, desgarrar y exterminar con todo aquel que se interpusiera entre nosotros.

Y me dí cuenta que los celos, ese sentimiento tan humano, tan... irracional, había obrado en mi de manera autodestructiva.
Porque el fin de ellos habría sido mi propio fin.
No podría seguir existiendo con la culpa, con la muerte de todos ellos sobre mi consiencia.
Pero podía elegir.
Tenía oportunidad de hacerlo.

—¿Todo esta bien Edward?—. Dijo mi padre al verme pensativo.

—Todo esta bien Carlisle, todo esta bien—. Le mentí.

Conflicto Eterno (Edward's Eclipse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora