Capítulo 26: la elección (FANFIC DE ALEXA CULLEN)

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Tararear la nana de Bella había sido la única forma de sofocar las desagradables fantasías de Jacob. El amanecer me pareció tan lejano entonces.
Como cada noche, ella pronunció mi nombre, era un verdadero oasis dentro de la tormenta escuchar su dulce voz llamándome desde la inconciencia. Cada vez que esto sucedía Jacob resoplaba por la nariz, era tan delicioso poder sentir su malestar... Hasta que llegó mi turno y probé yo también aquel trago amargo.

—"Mi Jacob"—. Dijo ella suave pero claramente.

Sólo fueron esas dos cortas palabras, mas bastó para que él se regocijara.

—¿¡Ya vez!? ¡Yo sabía que tenía la razón. Esta ahí, tal vez sea pequeño, tal vez esté muy escondido, pero yo se que en su corazón hay amor para mi. Y bueno, no la culpo de eso, es decir, los de mi raza somos irresistibles—.

—Guarda silencio—. Le dije. —Bella necesita descansar y será mejor que tú también lo hagas de una vez por todas—.

—Si, si, si. Piensa en sus palabras mientras yo sueño con ella—. Respondió.

"—Grrr....—" Gruñí mentalmente esta vez.

Una vez más quise saltar sobre su cuerpo y desgarrarlo completamente.
Apreté fuertemente mis puños y mis ojos, tratando inútilmente de bloquear la furia y sus pensamientos, sentía la necesidad de dejarme ir, quería dejar que el ser oscuro y sangriento que vivía en mí tomara el control de mis actos. Sería tan dulce, tan placentero disfrutar de su monstruosa naturaleza...

Pero no, una vez más, nuevamente diría que no, lo empujaría... otra vez, como tantas otras, le pondría los grilletes y lo expulsaría hasta el fondo más oscuro de mi ser.
No, esta batalla no la ganaría por la fuerza, esta batalla la ganaría siendo lo mejor que podría ser para Bella.


No sirvió de nada que Jacob se durmiera, eventualmente sus sueños volvieron a girar en torno a Bella y de cómo sería su vida junto a ella.
El tono libidinoso de estos quedaron atrás e imágenes cotidianas repletas de intimidad llenaron sus inconscientes pensamientos.
Imágenes de atardeceres tomados de las manos, de niños idénticos a él corriendo por la playa tras una Bella unos cuantos años mayor, sin embargo siendo la misma, llena de vida.
Entonces sentí envidia... una vez más, no sólo de su posibilidad de soñar sino que también de su posibilidad de poder brindarle un futuro lleno de... lleno de vida en resumidas cuentas.
¿Llegaría el día en que ella, al igual que Rosalie, sintiera el peso de la eternidad al comprender que nunca seria capaz de albergar vida dentro de su cuerpo? ¿Entonces me odiaría por eso?
Rosalie no odiaba a Carlisle, por mucho que sintiera el peso de los años ella no le culpaba por haberla transformado. Ella tan solo odiaba la maldita suerte que le había tocado.

Pero todo era diferente con Bella, ella estaba consiente de todo lo que perdía. ¿Acaso había dimensionado la inmensa realidad?

Sacudí mis dudas, no era tiempo de hacer el papel de tonto masoquista una vez más.
Dejé que mi mente volara fuera de la tienda, buscando los pensamientos de mi familia que permanecía alerta.
No esperábamos visita hasta la mañana siguiente, sin embargo, supongo que cada uno tenía sus propios motivos para estar ansioso.

Carlisle estaba preocupado, no sólo por nosotros, si no que también por los lobos que se habían unido a nosotros, o a la batalla para ser más exactos.
Él se sentía responsable por cada uno de ellos y no quería pensar en que pasaría si perdíamos a alguno de ellos.
Esme por su parte dejaba de lado la preocupación por los pulgosos y sus pensamientos pasaban de Alice a Rosalie. Aunque sabía muy bien que ellas eran perfectamente capaces de defenderse a si mismas y a los chicos si así era necesario, su instinto maternal gritaba más fuerte que cualquier otro sentimiento.
Emmet al igual que yo contaba cada segundo que faltaba para el amanecer, aunque teníamos motivos muy diferentes para hacerlo.
Jasper formulaba una y otra vez posibles planes B y hasta un C si así era necesario.
En cada uno de ellos Alice permanecía muy lejos, siempre la mantenía alejada de todo peligro y ella a su vez, pudiendo adivinar los pensamientos de Jasper hacia lo mismo, pero Alice siempre se veía a su lado si algo salía mal.
Pero a pesar de todo eso, dentro de ellos reinaba la expectación y tranquilidad absoluta. No negaban que algo pudiera salir mal, mas todos estaban concientes de nuestra fuerza y la de los Quileutes.

De esta forma pasó la noche tormentosa, (lo había sido en más de un aspecto). Negándome en todo momento de apartar la vista de ella mientras dormía profunda y placidamente entre los protectores brazos de Jacob.
Yo debí poder brindarle aquello que ella tanto necesitaba, sin embargo había fallado, no había podido cumplir con esa simple pero fundamental labor y ahora estaba pagando por la ineptitud de mi naturaleza lo más desesperante de todo aquello era que no había nada que yo pudiera hacer.
Debía enfocarme en el camino que habíamos escogido recorrer, juntos, por siempre, sin necesidad de recurrir a seres indeseables para protegerla de cualquier amenaza. Llegaría el día en que Bella se uniría a mi y seriamos iguales, para toda la eternidad.

Y el amanecer llegó, lentamente primero, trayendo las débiles luces matutinas. Luego, con el correr de los minutos, el sol se abrió paso através de las escasas nubes que recordaban la tormenta nocturna hasta que dominó por completo el cielo.
El pequeño Seth Clearwater se desperezó y se perdió por unos segundos entre los árboles. Luego volvió y se sacudió ruidosamente.
¿Cuándo sacudiría sus pulgas Jacob fuera de la carpa?
Estaba completamente seguro que sus insoportables ronquidos terminarían derribando todo mi, en ese momento, precario autocontrol. Estaba utilizando todas mis fuerzas para no saltar sobre él, para no tomarlo por el cuello y romperlo como si fuera una pequeña e insignificante rama seca.... Esta haciendo todo lo que me era posible y no sabía cuanto más podría soportar. ¿Pero como podía hacerlo!?
Sus peludos y fétidos brazos.... Su cuerpo muy cerca, su respiración golpeando su cabello... ¿Como podía seguir contemplando aquello?
Entonces, Bella comenzó a despertar. Yo sentía tanta rabia, tanto odio pero en cuanto vi que ella comenzaba a moverse, todos esos sentimientos se desvanecieron y una tristeza inconmensurable me llenó por completo. ¿Por que ser la criatura que era? ¿Por qué no podía ser lo que ella necesitase o mereciese?

Controlé la angustia, vencí el dolor.
Yo sabía muy bien como controlar mis sentimientos, no permitiría que ella viese cuanto dolor me causaba la situación, no era justo para ella.

—¿Se está caliente ahí fuera? —. Dijo mientras trataba de moverse.
—Sí. Dudo que hoy necesitemos la estufa—. Le contesté mientras veía los esfuerzos que realizaba Bella para deshacerse del abrazo inconciente de Jacob.

Todo mi cuerpo quería moverse, tomarla entre mis brazos y lazar de una patada a Jacob fuera de la carpa, pero no lo hice, me obligué a permanecer sentado en el rincón de la carpa mientras ella intentaba alcanzar la cremallera del saco de dormir. Pero entre más lo intentaba mas fuerte Jacob la abrazaba.
La situación se estaba volviendo verdaderamente insoportable.
Respiré una y otra vez, tratando de dominar mis impulsos.

—¿Y si me ayudas? —. Me preguntó entonces, y con gusto lo haría. Se me ocurrían mil formas de hacerlo y en cada una de ella había sangre Quileute involucrada.
Sonreí entonces.

"Quieres que le arranque los brazos..." Estuve tentado a decir, pero... —¿Quieres que le aparte los brazos? —. Le pregunte finalmente mas Bella prefería que sólo le ayudase a salir del saco. Ella estaba segura que le daría un golpe de calor y posiblemente así fuera, no era necesario que yo me acercase a ellos para sentir el calor que irradiaba Jacob Black y después de todo no era algo tan agradable de soportar cuando no se estaba muriendo de frío.

Conflicto Eterno (Edward's Eclipse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora