Manual para ser una fresa.

Capítulo XII: '¿Diferente?'

Cerré el libro con fuerza en cuanto lo terminé de leer.

-Sé lo que intentas hacer- miré con severidad a mi pequeña hermana- Y créeme, no te va a funcionar.

-Está bien- hizo una mueca- siento fingir que duermo cuando me lees y luego ver revistas de moda.

Abrí mi boca sorprendido.

-No me refería a eso- me paré y busqué debajo de mi cama las revistas- Sabes que odio que leas esto, te hace superficial.

Me miró arrepentida y seguí con mi reclamo.

-Sé que quieres que salga con ella, pero no funcionará, somos demasiado distintos.

-Ella me agrada.

-La conociste ayer- la miré con reproche.

-Me recuerda a mamá- susurró. Los recuerdos de su madre seguían en su memoria, a pesar de que esa mujer ya no estaba en su vida- Pero ella es diferente, le agrado, soy su amiga. No me dejaría como mamá.

Apreté los labios y acaricié su cabello, más para que durmiera y dejara de pensar en su madre que para consolarla.

-Las personas miente, Holly, te lo digo siempre. No conoces a Charlotte, tal vez no quiera ser tu amiga, o se aburra de ti- Vi como sus ojos se aguaban y sus mejillas se ponían de color rojo- No quiero que te rompa el corazón una persona igual que tu madre.

Me levanté de la cama y la arropé. Bese su frente y me despedí con un suave 'Buenas noches'

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-Tu amiga, la rubia- me dijo Rick cuando bajé las escaleras. Como siempre, bebía cerveza y jugaba videojuegos- Me agrada, es amable con Holly. ¿Desde cuándo sales con ella?

-¡¿Por qué todos piensan que salgo con ella?!- grité alterado. Ni siquiera sé porque me altero tanto.

-¿No sales con ella?- frunció el ceño y me miró fijamente- Bueno, pero te gusta, se nota a leguas.

Negué rápidamente con la cabeza.

-No me mientas, no puedes. Recuerda que eres yo con siete años menos- me extendió su cerveza. La acepte sin rechistar- Se nota en la forma en que la miras, como si no hubiera otra que se le igualara.

-A veces olvido que tan profundas pueden ser tus palabras con respecto al amor, pero no, no me gusta, si, es linda, pero no hay posibilidad de que ella y yo salgamos. Somos muy diferentes, no me imagino saliendo con alguien a quien le importe tanto su apariencia, demasiado... superficial.

Se encogió de hombros y se levantó haciendo tronar los huesos.

-Sólo digo lo que veo- caminó hacia la escalera y se detuvo antes de empezar a subirla- Pero no creo que sea como tu la describes. La etiquetaste muy rápido y eres tú el único que juzga. El único... superficial.

Mi cabeza chocó contra el respaldo del sofá. Ella no me gusta, yo sé lo que siento. Es decir, si, es hermosa, tiene esos ojos, y esa sonrisa, y su cabello... Y es inteligente, y simpática, por no hablar de lo segura que es de sí misma. Pero ella ya sabe eso. No necesita aduladores que se lo repitan, ni estúpidos que cuando hablan con ella, son bruscos. O chicos cobardes que no se atreven a pedirle una cita en día de San Valentín y solo le dejan una carta en el casillero que ni siquiera va firmada. No, ella no necesita eso.

Despierto a las dos de la madrugada cuando la puerta principal empieza a abrirse. Dios, ya sé porque cuando mi padre hace fiestas de negocios nadie quiere dormir en este sofá. Mi cuello duele a montones.

Y hablando del rey de Roma...

-Pequeño Liam. ¿Qué haces durmiendo en ese sofá del demonio?- mi padre era un hombre frío y calculador. No te sonreía a menos que fueras uno de sus hijos. Y de esos tiene muchos.

-Pensaba- me levanté y esperé su típico saludo con un abrazo.

-Bueno, estoy seguro de que puedes pensar mejor en la cómoda cama que hay en tu habitación- vino hacia mí y extendió sus brazos para abrazarme- ¿Cómo están tus hermanos?- preguntó mientras subíamos las escaleras.

-Holly y Rick duermen hace horas y supongo que Aria llegará mañana- mi padre negó con la cabeza mirando hacia el cielo- y los mellizos deben estar viendo alguna película o jugando en sus computadoras.

-Ay, esos vándalos, aprovechan que no estoy para no dormir.

Llegamos a la puerta de mi habitación donde besó mi frente.

-Papá, ya estoy grande para eso- dije haciendo una mueca de disgusto y asco.

-Estarás grande cuando te vayas de mi techo. Mientras tanto, puedo besar tu frente, decirte que duermas con los angelitos y arroparte las veces que yo quiera. Si no, pregúntale a tu hermano- revolvió mi cabello y fue corriendo a la puerta de mis hermanos mellizos.

-Estás loco- grité susurrando mientras negaba con la cabeza. Cerré la puerta e inmediatamente me saqué los zapatos, tirándolos en cualquier parte.

Salté a la cama y me quedé mirando al techo. La imagen de Charlotte riendo junto a Holly apareció de inmediato en mi mente. ¿Qué me está pasando? ¿Por qué, de repente, mis sentimientos hacia ella florecen nuevamente? Dios, sólo hace algunos días siquiera tuve el valor de hablarle. Y sí, no voy a negar que por algún tiempo, ella me gustó. Fue en noveno grado, cuando la vi entrar, tan perfecta, tan segura, en mi clase de matemática avanzada. Pero nunca fue algo más que observarla de lejos, ella estaba demasiado ocupada gustando de Martinez, el idiota que la humilló frente a toda la escuela.

Y sé que ella no es superficial, o una fresa sin cerebro. Pero necesito decirlo, para que se aleje de mí. Porque si Brais la hizo sufrir, sé que conmigo sería peor. Lo odio porque es igual que yo. Y Charlotte no merece que otro chico idiota la haga sufrir.

***

n/a: Odio mi computadora. Y odio wattpad. Tenía un hermoso capítulo escrito y solo tenía que editar ortografía cuando me doy cuenta de que Wattpad borró la mitad de lo que había escrito. Y cuando estaba re-escribiendo el maldito capítulo, mi computador se apaga. Ught, espero que les guste. Exprimí mucho mi cerebro para que quedara parecido al original pero no se pudo:(

Hadioz;(

Pdt: Liam en multimedia :/

-HQ.