Ser una fresa es un trabajo duro. Eso todos los saben. Soportar el abuso por gustar de cosas que no son comunes hoy en día. O bueno, que son comunes pero a la vez repudiadas por lo que se cree lo 'correcto'. Pero les preguntaré algo:
¿Qué es lo correcto cuando se trata de ser quienes queremos ser?
Para aquellas chicas o chicos, que tienen miedo de ser así por temor a ser juzgados, y para aquellos que no lo aceptan, este manual es el indicado.
Terminé la introducción sin problemas. Para cuando presioné el botón de guardar, sentí la puerta abrirse con esfuerzo. Rodé los ojos, ¿Ni la tarde la podía pasar sobria? Fui a la sala a ver el estado de mi madre, pero lo que me encontré fue más asqueroso. Seguro hoy tendría pesadillas.
Mi madre y un hombre que parecía más un cadáver, entraron besándose apasionadamente. Asqueroso.
Aclaré mi garganta. Mi madre se volteó para mirarme con los ojos abiertos como plato.
-Hola hija- dijo con una respiración agitada tratando de arreglar su cabello.
Mi madre era una mujer hermosa. Su cabello era rubio natural, sus labios eran considerablemente grandes y sus ojos soltaban chispas de lujuria cuando veía la billetera de un hombre. Era, sin duda, una mujer que aprovechaba sus virtudes.
-Osea, cazafortunas- claro, lo que Bella dijo.
-Pensé que estarías en la escuela- se arregló el ajustado vestido que llevaba. Mis ojos no dejaban de ver al pobre hombre que ya había caído en las redes de mi madre.
-Salí hace dos hora- le respondí cuando salí de mi trance y lamento por ese hombre- Pero no te preocupes, iré con las chicas al centro comercial.
Fui a la cocina a buscar mi computadora y caminé a mi habitación. Nuestro departamento era algo simple pero grande, tenía cuatro habitaciones, la de mi madre, la mía, la de sus citas y otra que yo ocupaba como estudio de pintura.
Cuando llegué a mi habitación, tomé mi maquillaje, me arreglé y agarré mi bolso.
Para cuando salí de mi habitación, solo me concentré en buscar mis llaves, mi madre ya no estaba en la sala y podía sentir los pequeños gemidos que soltaban en el cuarto del fondo.
Hice una mueca mientras salía del departamento. Mi madre ya no tenia arreglo.
-Por lo menos ahora se viste bien-- dijo Bella tratando de alentarme.
Me estremecí, hubo un tiempo donde ella solo vestía ropa ancha y deportiva. Y su cabello siempre era un desastre. Eso fue después de la muerte de papá. Una horrible época.
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Manual para ser una fresa.
Roman pour AdolescentsEn el momento en que Charlotte Evans puso un pie dentro de la secundaria Grigori, fue etiquetada como la 'chica fresa', y eso en realidad nunca le importó, hasta que vio como era tratada una chica de primer año. Le recordó a su propio infierno. Y es...