Lo que pasa en la ducha.

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Capitulo AoKuro.

Dedicado a MakiYu

Aomine y Kuroko, habían terminado sus prácticas de basquet, ese día era el viernes, ósea, en otras palabras, no venían personas aquel día de la semana al gimnasio. Fueron directos a las grandes duchas que quedaban al lado del camarín. A pasos de entrar, Aomine decide detenerse.

- ¿Por qué te detienes y no abres la puerta? -decía sin ninguna expresión en su rostro-

-Kuroko, hay algo que anhelo decirte -dijo, mientras sus mejillas tornaban un leve color carmín-

- ¿Qué es aquello? -Intentaba pronunciar lo más normal posible antes de que su corazón se saliera de su pecho-

-Primero prométeme que n-no saldrás huyendo -susurro, pero lo bastante audible para el contrario-

-Por supuesto que no -sonríe-

-M-me gustas mucho, ¿quisieras salir conmigo? -su cara es un tomate recién cosechado, mientras miraba fijamente al peli azul-

Kuroko, queda algo en shock ante las palabras.

[...] (lo que sucede aquí, se los dejo a su imaginación)

Una vez entraron, cada uno por separado, Aomine se acerca a Kuroko y le pregunta si se puede bañar con él, a lo que este responde que si con un sonrojo en sus pómulos y orejas.

Dejaron corriendo el agua, mientras el agua se estrellaba contra sus cuerpos desnudos y sudorosos, el más alto comenzó a besar con ternura los labios del menor, al pasar los segundos aquel gesto se torno apasionado, ya no simplemente era una unión de labios sino que era la fusión entre sus lenguas y salivas, aquel intercambio de esencias y sentimientos bastaba para estar agitados.

Kuroko, gimió de dolor al sentir como algo, en este caso los dedos de su pareja invadían su interior. Aomine movía lentamente su dedo y murmuraba "estas muy apretado" mientras besaba de aquella forma a este. El peli azul se sonroja ante las palabras y se dejaba llevar, por el contrario. Después de transcurrir unos 10 minutos, inserta un segundo dedo provocando un quejido inconsciente de aquellos labios carnosos.

Movía sus dedos como una tijera, generando una pequeña expansión en su interior, aquello a Kuroko le hacia gemir de placer, era muy exquisito ese sentir, que quería correrse en ese mismo instante, pero tan pronto pensó en eso, su interior se sintió vacío. Iba a reclamar, pero de repente algo más grande que sus dedos se adentro por sus entrañas, casi lloro por el grosor de esa cosa más que por el largo, se aferro a la muralla, aunque bastaron segundos para que fuera volteado, esa acción ocasiono un gimoteo de dolor y deleite en su ser. Podía ver las expresiones de gozo en el rostro del mayor mientras este sacaba y metía su miembro.

En aquel cuarto espacioso, solamente se podían oír los quejidos de satisfacción, el agua estrellándose contra el piso de cerámica, el chapoteo de algo estrellándose contra algo y por ultimo el sonido de esos besos que dejaban sin aliento a cualquiera

Embestía dura y rápidamente el orificio de su pequeño, cada vez más cercanos al orgasmo, aquel momento era perfecto y soñado por ambos. Kuroko gemía tras gemido, no podía controlarse en absoluto, aquel "simple placer" no era tan insignificante, lo volvía poco cuerdo, sólo podía pensar en el movimiento y las descargas eléctricas que aquello provocaba en su cuerpo, hasta que esas descargas aumentaron y finalizo, sintió como algo era introducido en su interior.

Entretanto el semen del mayor recorría lo íntimo, el contrario había empapado tanto su abdomen como el del adyacente con su semen, pero a los dos eso no les importaba, simplemente se miraron con deseo y cariño.

El mayor susurro cerca de él "te amo", el otro sin pensarlo respondió "yo también" y juntos se besaron tiernamente.

Fin. 

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