Nunca digas nunca: Ticci-Toby

C a p i t u l o 7 : l a c i t a

—. ¿Podrías esperar un poco?, me quede dormida y apenas desperté... Si no quieres no te obligare.—

—. Esperare.—  su voz fue directa, sin dudas ni titubeos.

—.Bueno...— dije extrañada mientras entraba nuevamente a mi casa y me dirigía a mi habitación.

De seguro mi hermano lo interrogaría o diría cualquier clase de cosa incomoda o vergonzosa, así que debía de apurarme, para mas rápido decidí no bañarme, lose es algo antihigiénico,aún más tomando en cuenta que dormí en un bosque, pero no quería que mi hermano estuviera tanto tiempo con él, me puse desodorante y un poco de perfume, me cambié el uniforme escolar y me puse unos shorts de tiro alto negros, botas estilo militar negras y una blusa de manga larga negra, solo me cepille el cabello y fuí a la entrada de mi casa de la misma forma en la que lo había echo anteriormente, nuevamente capte las miradas de los dos.

—. Ay, hermanita...— mi hermano se hizo el indignado, poniendo una mano en su rostro—. Tu primera cita y te vistes así— me observó de los pies hacia arriba—. ¿Tú qué opinas?— preguntó viendo a Toby quen me observaba.

—. T-Te ves muy bonita.— se cubrió el rostro con una mano.

—.Si sí... Pero, ¿No crees que se vería mejor así?— de repente mi hermano desabrocho ágilmente los primeros tres botones de arriba, suerte que me puse una camisa abajo; pude notar como Toby me miraba algo rojo

—. ¡Idiota!. — le grite a mi hermano dándole una patada en su estomago—. ¡Vámonos!—le ordené a Toby.

Continuamos caminando, ninguno de los dos dijo nada hasta llegar al parque, una vez adentro nos dimos cuenta que había demasiada gente.

Pude sentir como Toby me sujeto de la mano.

—. No hay que separarnos.— me dijo firme—. ¿A dónde quieres ir primero?

— Ahí.- señale una montaña rusa muy calmadamente.—

—Esta bien.—dijo el mientras caminábamos hacia allí.—

                                                                                  •   •   •   •

No tenia ni la menor idea de la hora que era, pero por el cielo podía decir que ya era demasiado tarde, pero todavía no cerraban el parque de diversión, así que Toby y yo seguíamos ahí. Normalmente ningún padre dejaría salir a sus hijos hasta esa hora, pero como nunca le he importado demasiado a mi padre nose si siquiera se haya percatado de mi ausencia. En todo el tiempo que pasó, Toby no me soltó de mi mano, su mano era tan cálida, la forma en la que tomaba mi mano, era como si estuviera protegiendo algo.

Ya habíamos visitado la mayoría de atracciones, por lo que optamos por entrar a la casa embrujada.

Yo no era de las personas que se asustarán fácilmente y por lo que veía Toby tampoco y la fila de esta atracción no era tan larga, había suficiente espacio para que las personas entraran y salieran, pero de repente un chico choco conmigo.

—Lo siento, en verdad no quería...—se disculpo pero luego se detuvo, el chico tenia una chaqueta color mostaza, pantalón negro y unas botas militares, su estilo me encantó y a la vez se me hacía familiar—¡Tobías!—

-¿Que mierda haces aquí?— preguntó el susodicho con furia—. Te prohíbo que me llames con ese nombre...

—¿Sabes? No está mal pasear de vez en cuando.— Contestó el chico, viéndome—. Un gusto en conocerte, me llamo Tim.—

—¡Vámonos!— Toby volvió a tomar mi mano y me jalo hacia la salida de la casa embrujada—.  ¿Te parece si vamos a la rueda de la fortuna?— dijo ahora mas tranquilo y aligerando el agarre de mi mano, yo solo asentí.