Al principio, me jure a mi misma que esto seria solo un juego, que jamas sentiria nada por ti, que jamas te besaria, y poco a poco cada una de mis palabras me hacian lucir como una mentirosa.
Comenze a tomarmelo mas en serio, después de algunos días te besé, las sensaciones de adrenalina y culpa dentro de mi cuerpo peleaban por permanecer, pero me acostumbre a besarte y la adrenalina termino por dominarme...
Puso su mano sobre mi pecho, esperó un segundo, tomó mi mano y la colocó sobre su corazón dejandome sentir sus fuertes latidos, justo igual que el mio. Sonreí a modo de explicarle que ya no tenía miedo, y me entregue a él...
y apesar de saber que pudiera estar mal lo que hicimos aquella tarde, cuando nadie podía imaginar lo que sucedia en la recamara, ese día pase la noche mas tranquila que jamás hubiera imaginado...
