- ¿Quién te dio permiso de hacerme tan feliz con solo sonreír?
No me imagino ya un día sin ti, sin esas risas, sin esas sonrisas que cautivan mi mente que hacen que mis problemas se disipen al menos por un momento.
Hoy mientras caminaba en la calle, sentía las gotas de lluvia cayendo sobre mi rostro, pequeñas gotas que invadían mi espacio, que sin más hacían que mis lentes de repente nublaran mi vista; las gotas que caían en las comisuras de mis labios me hicieron recordar los besos que me diste y las veces que soltaste un TE AMO sin quizá sentirlo. Me puso melancólica el recuerdo de tus abrazos y de lo reales que se sentían, me puse a recordar las veces que sentí que te amaba, ese sentimiento que tan real era.
No importa mucho, pero hace tiempo que había olvidado si quiera tu nombre, me resultó tranquilizante saber que por fin te estoy olvidando y que ya no dueles como dolías el primer día. Me gustó saber que ya eres un bonito recuerdo, me gustó saber de ti en mi mente y que tus noticias ya no sean recientes, que en mi mente ya no existas y que en mi corazón ya no te encuentren.
Me parece increíble que en tan pocos días te hayas ido borrando de mi mente, que tu recuerdo se esté haciendo poco a poco menos insistente, que mis ojos ya no tengan tu rostro grabado y que en mis pensamientos ya no se escriba la historia del que yo habría nombrado repentinamente, "NUESTRO" futuro.
Me gusta bastante saber que tu lugar lo están ocupando personas con mayor valor que tú, ahora me estoy recuperando del dolor que me causaste y me gustan las personas que estoy dejando entrar.
Me gusta mi vida sin ti y aun me gusta recordar que me gustaba mi vida contigo, me gustas, y me gustabas, pero por ahora sé que Yo me gusto más de lo que me gusta tu ausencia...