Aquella chica que daba pasos lentos y cortos por la cuidad dormida y silenciosa, pensaba en que podría hacer para acallar sus voces.
O simplemente para que dejaran de molestarle.
Tal vez, también para callarse a si misma.
Se consolaba; Por que nadie lo hacía.
Daba pequeños sollozos hacia alguna parte de las aún oscuras calles.La luna, era la única acompañante que tenía.
Entendía su dolor y soledad.
Entendía lo rota que se encontraba.
Y sin recriminarle, caminaba a su lado. Junto con las sombras que ella misma creaba para no sentir el vacío.El vacío que pudo completar, pero que jamás logró.
Quizás, nadie fue suficiente para callarle sus voces.
O quizá, por que nadie le mencionó lo linda y especial que era.
Y entonces, ella moría cada vez más.
Caía cada vez más profundo.
Tal vez ya no podía ser salvada.
O simplemente se cansó de intentar salvarse.