Y nadie me conoce.
Salí a caminar a las cinco en punto a.m, el cielo aun estaba un poco obscuro y hacia frío. Era la única persona caminando por esa pequeña calle de San Francisco a esa hora de la madrugada.
Mis botas negras resonaban por el pavimento haciendo una especie de eco con ellos, pensaba y pensaba, todo en mi vida ha cambiado demasiado y no me gustan los cambios.
Ya eran pasadas las cinco y media de la madrugada y se podia comenzar a observar como el cielo se volvia de un color un poco más claro y a su misma vez con tonos rosas y naranjos.
Esto era lo mejor de caminar por las silenciosas y apacibles calles de aquella cuidad tan hermosa, poder ver el amanecer y sentirse bien por unos minutos; o quizás unas horas, por que realmente me sentía cómoda, me sentia tranquila. De algún modo me sentía bien.
Cuando era pequeña me enseñaron que el dolor se apacigua con un sentimiento o más bien, una palabra llamada "superación" pero eso era todo lo que yo en lo absoluto hacia, me aferraba demasiado a ese dolor, y este mismo me lastimaba una y otra vez.
***×***
Otra madrugada llena de pensamientos y de cosas que hubiera querido poder remediar o quizás de intentar mejorarlos un poco.
"Deseas cambiar algo de tu pasado?" - preguntó un tanto curioso.
Pensé en toda las cosas que había hecho y me habían hecho, dolía saber que aún las siento en mi alma y en mi corazón como si de un recuerdo reciente se tratase, como si solamente un día hubiese pasado. Y me dolió aún más saber que ya no podía hacer nada para cambiar aquellos hechos que habían marcado mi vida para siempre.
Suspiré y sin más, susurré casi para mi misma;
"Si. Deseo poder cambiar el rumbo que tomaron las cosas cuando todo en mi vida se derribó, casi como las plumas que se lleva el viento."
No era fácil darse cuenta que las cosas habían cambiado, de hecho, todos se imaginan que estoy bien, que estoy perfectamente. Pero no es así, ellos no ven con más detenimiento en mis ojos, cualquiera que me viera diría que estoy destruida, simplemente destrozada.
Las personas lastiman sin siquiera darse cuenta de que lo han hecho.
