El Xhén

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Allí me encontraba, sentado en el suelo húmedo recargando mi espalda en lo que se sentía como una gran roca, realmente estaba confundido, tenia los ojos vendados, no podía hablar por más que intentara y al parecer no estaba atado en mis brazos o piernas, pero no podía moverlos lo que era casi igual, ya no sentía aquella fuerza que me atraía y mis pensamientos no estaban en orden, tenía mucha hambre y sed.

Habían pasado un par de días, no sabía exactamente cuantos pero mi lente solo pensaba en algo ¿quien llama a alguien para luego dejarlo inmóvil y vendado? ¿sería el dueño del cofre Sigfrodr? ¿Seria este un castigo suyo?

Mis anonadados pensamientos fueron interrumpidos por unos pasos que parecían acercarse cada vez mas, alguien se me aproximaba así que supe que debía sacar fuerzas de donde sea, así lo hice y le grite.

-Quien eres! Porque no me puedo mover? Eres Sigfrodr! -

Los pasos de repente cesaron, luego de ello se escuchó un chirrido muy fuerte, mi piel se erizó al instante, se me fue arrebatada bruscamente la venda de mis ojos al mismo tiempo que una gran mano rodeara mi cuello y me apretara. Alzando la mirada por el largo brazo que me sujetaba, y vi el rostro de aquel ser que desprendía furia de sus ojos blancos como la nieve con unos retorcidos y agrietados cuernos, se acercó a mí oído y susurro.

- Ese nombre no debes pronunciarlo en mi presencia -

Después de ello de alejó con un librillo en su mano, y pude observarlo por completo, su cuerpo alto su abdomen casi raquítico, piernas largas, además de que la apariencia de su piel parecía más corteza de árbol que cualquier otra cosa, estábamos en una clase de habitación de piedra con una semi circunferencia casi perfecta en forma de domo cerrado, aunque algo musgosa por la humedad una aparente mesa baja de roca y un pequeño tronco viejo en un extremo.

Se notaba claramente que aquello le había molestado, pero poco me importaba, quien debía estarlo.

- Porque estoy aquí? Y cuál es tu nombre?- le pregunté en tono de reclamo.

-Mis siervos te han encontrado dormido en el bosque junto a un árbol, deberías ser más agradecido, allí afuera es peligroso y mi nombre es Treantus Xhen, pero llámame solamente Xhen -

-Yo soy Seth.

-Lo sé. - Respondió

- ¿Como es que lo sabes? ¿Y porque no me puedo mover?

- Lo sabía desde antes que entrarás al bosque, he sido yo quien te ha llamado, necesitaba este collar que tenias y la moneda que me has traído, debo admitir que estoy agradecido -

Al escuchar que sólo me había llamado para robarme, me enfurecí y le grité:

- Devuelve mis cosas! Si tan solo pudiera moverme lo pagarías!

-Tranquilo, te lo devolveré aunque admito que poder andar libremente de nuevo es una de las cosas que siempre he querido, sólo lo tome para dar un paseo mientras dormías.

- No me importa lo que quieras, sólo me has llamado para robarme dame lo que es mio y me iré -respondí.

- Por supuesto que te los devolveré al igual que tu bolso, pero no me juzgues, no sabes que es pasar más de cien años atado a un tronco sin poder escapar.

Luego de decir eso Xhén saco la moneda del libro que llevaba, la puso en mi mano y la cerro, poco a poco comencé a recuperar el control de mi cuerpo, de saco el collar y lo puso encima de la gran piedra redonda que había en el centro de la cueva, de inmediato se escuchaba crujir madera y unas ramas de aquel tronco se estiraban y lo sujetaban dejándolo sentado, pudiendo moverse solamente de la cintura hacia arriba, abrió su libro y comenzó a leer como si aquello que había ocurrido ya fuera algo habitual.

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⏰ Última actualización: May 23, 2016 ⏰

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