Pase de salida

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Poco menos de dos horas dure acostado intentando recobrar fuerzas. Cuando me sentí recuperado me puse en pie para volver a la casa, camine hasta la puerta y entre, pase sigilosamente al dormitorio, me quite los zapatos y me acosté nuevamente, aún estaba un poco agotado y necesitaba descansar para pensar con claridad.

Cuando llegó el amanecer, me puse en pie, junto a mi cama estaba el baúl de la ropa, me puse un abrigo blanco que allí había y me dirigí a la biblioteca, sin hacer ruidos busque la llave del sótano que había escondido anteriormente. Queria leer un poco de esos viejos libros para despejar el lío que aquel cofre y su nota había causado en mi mente.

Una vez más hice lo mismo, entre al sótano, cerré con llave y baje las crujientes escaleras, esta vez no tenía la linterna de Frank, así que a ciegas recorrí el lugar hasta llegar a la silla de los libros no sin antes haberme tropezado una y otra vez con los objetos del sótano. Palpe los libros y tome conmigo el más pequeño, lógicamente no podría leerlo en la oscuridad así que lo llevaría conmigo a un lugar adecuado.

Subí las escaleras, abrí la puerta y la dejé cerrada como al principio, fui a la biblioteca a guardar la llave en el jarrón de la estantería, la puse allí y me senté a revisar el libro que había sacado del sótano, allí sentado en el sofá me dispuse a revisar y leer un poco, este libro era diferente al anterior en su aspecto, era de portada dura pero lisa de color grisáceo y más pequeño que el de antes, en su interior habia un sinfín de relatos sobre bibliotecas antiguas destruidas y quemadas además de teorías y especulaciones sobre que clase de conocimientos fueron simplemente destruidos por las guerras y diferencias ideológicas a lo largo de la historia de la humanidad, en medio de mi agradable lectura el acertijo repentinamente volvió a mi cabeza, y ahí lo supe.

-Fuego y bibliotecas, el poder de los sabios es su conocimiento, si lo plasmas en un libro puede durar mucho tiempo y tener un legado, o bien el sacrificio de adquirirlos durante toda una vida puede ser destruido simplemente arrojándolo al fuego ahora sólo debo llevar un libro e introducirlo en el cofre del cobertizo. - Pensé -

-¡esa es la solución! - exclamé entusiasmado, sin saberlo y sin buscarlo había resuelto aquel problema, ahora sólo debía esperar a que llegara la noche y volver afuera con un libro.

Tan pronto logre descifrarlo sonó la campanilla, era hora de desayunar, al fin podría comer sin tener tantas cosas en mi cabeza, y podría intentar tener un día como los demás para saber qué era lo que se hacia exactamente en aquel lugar, puse el libro junto a los otros en la biblioteca y me dirigí al lavabo, seria casi como un día libre y haría lo que se supone que alguien normal de mi edad haría, o al menos lo iba a intentar.

Entre las tareas de ayudar en los deberes y juegos me mantuve aislado más como observador, el contacto físico no me agradaba mucho, así que prefería observar como los demás jugaban, y tratar de encontrarle la gracia, porque para mí todo eso no tenía sentido alguno, pero al menos Lucía no me notaría ausente, esperaba ansiosamente a que llegara la noche ¿porque? Sencillo, era por ahora mi única alternativa para salir de allí, mis esperanzas estaban en ese cofre, no tenía un plan B tenía todo puesto en ese acertijo y esperaba que fuera mi pase de salida de aquella casa, en la cual no lograba encajar siquiera un poco, con la ansiedad y esa fuerza del bosque en aumento, esa noche debía salir todo como esperaba.

Un largo día entre juegos tareas y comidas, hasta que por fin la espera terminaba, Lucía nos mandó a la cama a todos pasadas las 9:30 pm.

Una, dos, tres horas pasaron y se sintieron como si hubieran sido diez, cada segundo de larga espera tenía que valer la pena aquella noche.

Después de que hubo total silencio en la casa por un rato, me dispuse a vestirme con suéter,zapatos y jeans, salí cuidadosamente del dormitorio, debía salir sin hacer ruidos una vez más, pase por la bibloteca a tomar un libro, una enciclopedia que vi de rapidez en la tarde fue la escogida para llevar conmigo, la tome con ambas manos y me dirigí a la puerta de entrada, la cerradura estaba con llave, pero como de costumbre insistí un poco hasta que cedió.

Había oscuridad afuera, pero mi visión poco a poco se acostumbró a la poca luz que había, y me permitía avanzar más cómodamente sin temor de chocar o tropezar con algo. Finalmente llegue a el cobertizo, pase a gatas debajo de las ramas y llegue al hoyo de entrada, deslice el libro y luego mi cuerpo por el agujero, esta vez sin quedar ridículamente atascado, me levante del sucio piso y sacudí mi ropa, tome el libro y lo lleve hasta el centro de la pequeña choza, después hice lo mismo con el cofre, pero por alguna razón estaba arriba del estante y no en la parte de abajo donde lo había dejado.

-Tendré que subir por el nuevamente - pensé.

Nuevamente subi a la vieja y crujiente mesa, baje el cofre, está vez se sentía mas pesado que la noche anterior,
Lo abrí y había otra nota.

"Alimentalo y cierra su boca"

Esas fueron las palabras que estaban escritas, después de leer, el papel se volvió a desvanecer en mis manos hasta desaparecer, rápidamente supe que debía hacer, tome el libro y lo puse dentro de el cofre y cerré la tapa. Seguido de ello el cofre se agito mucho, casi daba saltos, hasta que arrojó el libro hacia mi, dejando en el fondo una nueva nota.

"No pretendáis dar algo que no tienes, ni enseñar de lo que no sabes"

Nuevamente se desvanecía la nota tras leer - ¿que queria decir aquello?- pensé, realmente estaba confundido, esperaba una solución y sólo había recibido un sermón de ese cofre.

Debe haber algo más, no hice todo esto para irme con las manos vacías y sin una solución o respuesta -pensé, no me daré por vencido aquí falta algo necesito saber cómo ir a ese bosque.

-¡Eso es, necesito saber! No puedo darle este libro porque no se su contenido, y no pienso leer este ahora, pero hay uno que si he leído, debo ir al sótano a por el.

Tome el libro y rápidamente salí de allí, corrí por el jardín y llegue a la puerta, de allí en adelante fui sigiloso, deje la enciclopedia, busque la llave y fui a la puerta del sótano, introduje la llave y abrí, baje y traje el libro grande, cerré y está vez lleve la llave conmigo, no tenía tiempo para esconderla, estaba ansioso por ver si mi plan funcionaba.

Al llegar al interior del cobertizo, allí estaba el cofre, abrí su tapa e introduje el viejo libro en el hermoso interior de seda y lo cerré, una vez más el cofre taba tumbos y se sacudía de un lado a otro casi dándose vuelta.
- bah otra vez lo mismo - me dije con decepción -
Nuevamente el cofre me arroja el libro, pero esta vez sus páginas estaban blancas como la nieve, voltee a mirar el cofre y de el salió un búho enorme rompió el techo del cobertizo y voló hacia arriba, subía y subía hasta que se perdió en la oscuridad dejándome escombros del techo encima y esparcidos en el cobertizo, me asomé al cofre y había una nota más, la abrí y se leía claramente.

"El pago de tu sacrificio. Cinco estrellas, cinco salidas, elige libremente pero deberás traerlo de vuelta antes de la luna llena"

No entendía muy bien nuevamente aquellas notas eran expertas en confundirme, parecía que quien fuera el que las escribía disfrutaba mucho verme en confusión, pero ya habían aprendido a manejar el rollo del cofre, Volví a mirar adentro, y en el había una clase de moneda de plata antigua, de un lado un búho exactamente igual al de mi collar y del otro lado cinco estrellas grabadas y de inmediato supe que había encontrado mi pase de salida de aquel lugar.

Guarde aquella moneda queria ir de una vez al bosque, pero al salir del cobertizo la luz del día empezaba a asomarse, por lo que decidí ir a la casa y prepararme bien para irme de allí a la noche siguiente.

Cuando Amanezca - #PGP2016  #CLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora