Capitulo I

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Orfanato Esperanzas, Carretera Comarcal La Roca - Orrius, Barcelona - España, 7 abril del 2046 11:23 pm.

Fuera del recinto se escucha un gran estruendo, no parece ser truenos o algún sonido natural, los pequeños dentro despiertan asustados al escuchar tal sonido. El conserje del orfanato, un hombre mayor se dispone a revisar en el extenso jardín de la propiedad.

De su cinturón junto a sus llaves se cuelga su linterna, al salir, la enciende, fija la luz al gran portón de la entrada, de momento sopla el viento, con gran fuerza, parece querer arrasar con la antigua edificación, hacia mucho frío, mas a esa hora, una llovizna acompañada de hojas desprendidas de los árboles bloquean la agotada visión del viejo conserje.

– Vaya tormenta se avecina, iré adentro a cerrar las ventanas -– pensó el hombre.

Al entrar por la puerta principal de la casa tras de el, la bombilla del pórtico estalla produciendo un corto circuito dejando a oscuras el lugar.

Luego de revisar las ventanas se reúne con la encargada del lugar, la señorita Lucía, la cual de afecto había puesto al el Frank para resumir su nombre el cual era Francisco Linares.

La dama alta y delgada, su piel blanca sin mancha alguna, al igual que sus principios, además de poseer un carisma grandioso tenía un amor hacia los demás el cual expresaba y demostraba constantemente.

– Que ha pasado afuera Frank? Ha visto lo que produjo ese sonido? pregunta Lucía.

— Realmente no vi nada a excepción de hojas volando por todos lados, no debí dejar la tarea de recogerlas para mañana, ahora tengo el doble de trabajo – decía Frank sonriendo.

– Quizás fue sólo un trueno Frank esta fuerte lluvia parece confirmarlo.

— Quizás, dijo Frank no muy convencido, vuelva a la cama señorita yo estaré al pendiente.

– Esta bien, feliz noche para usted

—igualmente

Lucía sube las escaleras hasta su habitación, entra y cierra su puerta, deja su calzado junto a su cama y se dispone a descansar, ese día había sido agotador.

Por su parte Frank hace lo mismo y va a su habitación se saca primero la linterna, la deja en su mesa de noche, luego su cinturón y lo cuelga en el lugar de siempre, se cambia la ropa húmeda, y va a la cama, por su mente sólo pasa un pensamiento repetitivo, - ese sonido no pudo ser un trueno, parecía metal retorciéndose, como un choque de autos, su cabeza no paraba de dar vueltas y pensaba el porque, si sólo era un ruido sin importancia, y lo de la electricidad solo fue culpa de la lluvia, después de unas horas de pensamientos sus ojos se dieron por vencidos y cedieron paso al sueño.

Pocos minutos después de las 4 de la madrugada en medio de sus sueños Frank escucha el aterrador y desconcertante sonido, que lo obliga a levantarse, no distinguía si había sido sueño o realidad, se arma de nuevo con su cinturón, llaves y linterna en mano, cruza el recibidor que se encuentra en la penumbra, abre la puerta principal, dirige la luz de la linterna de derecha a izquierda, y allí del lado izquierdo de las escaleras del pórtico , bajo la lluvia, como un espectro, estaba sentado un pequeño de no más de cinco años, con solo unos zapatos negros pantalones sencillos y una playera blanca, a pesar de estar empapado, parecía no tener frío, Frank quedó desconcertado y asustado, pero entre todo eso salieron temblando de su boca sólo unas palabras:
—que haces allí niño?
se ha de estar congelando,pensó.

Fue por el, y la serenidad que desprendía el rostro de aquel pequeño era demasiada, dos ojos grandes color café bastante claro, su cabello blanco casi plateado una cara de plenitud que por las circunstancias realmente daba miedo además Parecía estar totalmente desconectado de la realidad.

Frank con una toalla seca bien al pequeño, y no espera ni un segundo después de ello para avisar a Lucía, sube las escaleras de la mano del niño con solo un poco de dificultad causada por sus gastadas rodillas, finalmente llega a la puerta, y toca, la dama se levanta rápidamente, su sueño liviano ayudó a ello, al abrir su dormitorio, Frank se pronuncia diciendo.

—Mira lo que nos ha traído la lluvia, (con su característico buen sentido del humor) estaba sentado empapándose en las escaleras del frente, deberíamos cambiarle de ropa, que dices pequeño?- El niño lo mira con su fría serenidad sin demostrar emoción alguna, como si estuviera perdido en sus pensamientos.

—Dejame le cambio de ropa, trae chocolate caliente y le prepararemos luego una cama. Dijo Lucía.

— vale! te ha quedado perfecto cariño, le dice al niño después de cambiarlo, a ver, como te llamas? El niño no pronunciaba palabra alguna, y la señorita ya estaba acostumbrada, y pensó que quizás era miedo del pequeño.

— Puedes dormir en esta cama, relajate y descansa pequeño. Le decía Lucía.

Lucía y Frank salen de la habitación y el le pregunta:
— Lucía, que haremos con el?

Ella responde:

—ve y descansa, ya veremos de el pequeño cuando amanezca.

Según los presentes esa noche, fue así como llegue a Esperanzas, por mi parte sólo recuerdo estar sentado a oscuras, después de ello sólo desperté al día siguiente muy temprano en aquel dormitorio.

Cuando Amanezca - #PGP2016  #CLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora