Haunted

II

*Berry en multimedia*

Charlie toma el pomo de la pesada puerta de acero, abre la puerta exitosamente pero camina hacia atrás.

- Bueno, ahí vamos - dice Cindy con cara de asco.

Cindy saca su celular y prende la linterna, viendo que dentro había una oscuridad espesa y entra en la gran casa. Los otros seis la siguen enseguida.

Entraron en un gran living, gigante. Había grandes sillones, una alfombra polvorienta, una gran estufa a leña y una araña de techo en muy mal estado.

- No cierren la puerta.. -exclama Cindy.

Al segundo se siente un gran estruendo. Seguido de muchos más. Y el ambiente se tornó gélido.

- ¡Dije que no la cerraran! - grita Cindy - ¿Quién fue?

Nadie respondió, solo se oían los murmuros de Amber tratando de calmar a Berry del susto que se había pegado.

- No fue nadie - suelta Amber - se cerró sola.

- Ábrela - dice Charlie.

Tanteando, la chica de cabello rubio y rizado, Amber, toma el pestillo.

- No abre, chicos... - murmura.

- ¿Qué? - exclama Charlie.

- Que no abre - dice Amber con voz de esfuerzo.

- A ver.. - dice Alfie, nervioso.

- Ay no - se lamenta Berry.

Alfie hace fuerza pero ni él puede. Todos prueban pero la puerta no se abre.

- Bueno, en cualquier caso salimos por una ventana - acota Charlie.

Entre resoplidos y susurros acuerdan que esa es la mejor idea.

- Bueno, vamos a recorrer, ¿no? - dice Rachel.

- Claro, vamos - responde Cindy.

La casa estaba, tal cual, abandonada. Descuidada y sucia, llena de bichos y polvo.

Los chicos se empezaron a mover, caminaron hasta llegar a un corredor largo en el que había una sola habitación y otra al final. Decidieron no abrir la puerta que estaba en el medio del corredor y se dirigieron al final de este.

Entraron en una sala enorme, que por más extraño que suene, estaba iluminada, con velas. Era un comedor, con una mesa larguísima de madera y diez sillas alrededor. Había campanas metálicas sobre los platos.

- Chicos... ¿quién prendió las velas? - se inquietó Berry.