CAPÍTULO 4: ZYH

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  Volví al campamento mestizo aquella misma noche.

Volvía a estar delante de todas aquellas cabañas, era extraño ver aquello tan silencioso, supongo que todo el mundo dormía, eran las dos de la madrugada.

-¿Qué hacemos aquí?.-

-Por dos motivos, estas ahora aquí de nuevo. El primero es que Poseidón, a falta de Grover te ha ordenado que seas la guardiana de Percy.-

Normalmente habría rechistado ante eso, hubiera dicho algo como: ¿Estas de coña no? Pero cualquier cosa era mejor que lo que había pasado anteriormente.

-Y, el segundo.-Prosiguió Hermes.-Es que has de averiguar tu sola, lo que te hace especial, bueno el único que te puede ayudar es...-

-Quirón.-

-Exacto.-

Yo asentí con la cabeza.

-Isabel, se que te será duro volver a la cabaña de Luke, pero lo siento es tu lugar.-

-No has de disculparte por nada.-

Hermes asintió me acarició el pelo, y me dijo:

-Estoy seguro de que Poseidón no permitirá que esto quede así, el te aprecia mucho.-

Poco después se marchó.

Entre a la que era 'mi' cabaña ahora. Me entristecía pensar que allí había sucedido el amor que tenía por Luke ahora, allí habíamos 'creado' a Sedah.

Hermes tenía razón, no lo soporte, cuando entre a la habitación, me senté a la cama y me puse a llorar. Dado que las lagrimas ya no me quemaban no me importo hacerlo.

Poco después caí rendida, y me dormí hasta las nueve de la mañana. No dormí demasiado, pero dado que llevaba bastante tiempo sin hacerlo plácidamente, me sentí fenomenal.

A la mañana siguiente fue Quirón quien me despertó.

-Isabel.-

-Quirón.-

-Te daría un abrazo pero me han dicho que tu espalda no está en plenas condiciones.-

-No, la verdad es que aún me duele cuando me agacho o cuando me intento poner unos zapatos.-

-Es una cicatriz, Poseidón cura, pero no hace milagros.-

-Poseidón se ha portado muy bien conmigo.-

-No lo dudo. Por cierto, ¿cual fue el trato de Zeus?-

-Mmmm... uno no muy agradable para mí, ahí lo dejo porque Quirón, para mi eres como un padre, y no hablaría de esto con mi padre la verdad.-

Quirón sonrió.

-Supongo que sabrás lo que Grover...-

-Si, lo sé. Pero la avaricia rompe el saco. Estoy segura de que Grover, no sabrá cuando parar y si lo hace. Que se preparé, le haré pagar por cada uno de los latigazos de mi espalda, por cada segundo que este separada de mi familia. Le haré...-

-¡Cuánto te pareces a tu padre hija!-

Yo no sonreí. La sonrisa se había borrado de mi cara, el mismo día en el que me llevaron al Olimpo para castigarme.

-Has cambiado.-

-No son las cosas bellas las que nos cambian Quirón, son las malas. Cuando salí de allí me hice una promesa a mi misma.-

-¿Cuál?-

-Nunca volver a caer, por culpa de un traidor.-

-¿Te refieres a Grover?-

La hija de hades II (Reina del Olimpo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora