CAPÍTULO 3: LA MARCA DE POSEIDÓN

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-¿Poseidón no puedes curarme la espalda? - Le dije mientras le miraba.

-No, mas quisiera pero no puedo, nos lo prohíben para que sintáis mas dolor a la próxima.-

-¿Va ha haber próxima vez?-

-Cada hora, recibirás uno, a no ser que decidas rápido- Dio Hermes mirando al suelo y maldiciendo a Zeus de nuevo-

-¿Que trato me ofreces Poseidón?-

-Te ofrezco ser mi esclava a cambio de quitarte castigos, has de cumplir 3. Yo te quitaría los que tu quisieras, pero te aseguro que si aceptas mi trato juntos haremos que todos tus castigos se vayan a pique.-

-¿Esclava?-

-Solo tendrás que cumplir una o dos órdenes sin rechistar, Isabel, y no te pediré matar a nadie ni nada que...-

-¿Cómo harás que vuelva a ser igual que antes?-

-Si eres la reina del Olimpo, puedes serlo.-

-¿Reina del Olimpo?.-

-No te lo puedo explicar. Aquí las paredes tienen oídos ¿Qué castigos te quitarás Isabel?-

-Ver a Sedah, Luke y a mi padre.-

-Está bien.- Dijo Poseidón y mirando a Hermes dijo: -Lo siento Isabel, pero ya casi ha pasado una hora, tenemos que irnos, podrás aceptar mi trato después de que Zeus te haya dicho el suyo, que espero que sea pronto.-

Yo solo asentí con la cabeza y en cuanto los dos se fueron allí estaba de nuevo el ángel que me dijo:

-¿Estas lista para tus 24 latigazos diarios?-

-1 cada hora.-

El se río y dijo:

-No, Zeus ha dejado claro que para ti sean todos de golpe.-

NARRA POSEIDÓN

Aquella chica, yo la vi nacer, lo recuerdo como si fuera ayer.

Hades me llamó para que curara las heridas de su amada, pero no pude hacer nada, la pequeña la había quemado por dentro. Por esa razón me odiaba, la niña no hacía más que llorar. Hades se enfado mucho conmigo, y no volvímos a hablarnos desde entonces.

Y ahora, por culpa de una de las peores diosas que han existido jamás, la estaban torturando.

De nuevo, una reunión. Zeus nos ordenaba ir a la sala central del Olimpo.

Isabel, mi sobrina, estaba mucho peor que hace tres dias, sus ojos, ya no albergaban alegría, sino ira y tristeza. Sus manos y su espalda tenían sangre ya seca, y sus labios, estaban entrecortados, y su cara pálida y delgada.

Sus mejillas habían sido quemadas, por sus lagrimas. Parecía que un animal se las había desgarrado.

-Bueno, sobrinita, preparate, pues voy a decirte mi trato. El trato que te ofrezco.-

La respiración de Isabel, parecía débil y forzada. Necesitaba beber, lo veía en sus ojos.

Me levanté y dije:

-¡EXIGÓ AGUA PARA LA PRISIONERA!-

-Denegado, Poseidón.-

Isabel, parecío agachar la cabeza.

Un latigazo, le fue concedido por ello.

-Mirame, siempre- Dijo Zeus.

-Me obligas a hacer esto, Isabel. Los castigos entorno a tu familia, no podrán ser liberados.-

La hija de hades II (Reina del Olimpo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora