CAPÍTULO 24

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-Yo... ella... ehh... ¡mierda Lissa!- Rose no terminaba oración alguna, estaba realmente agobiada. Sin más que decir, se quitó la sabana que la arropaba, dispuesta a ponerse sus zapatos y salir corriendo de aquella habitación en busca de Lissa.

-¡Ehh, ehh, Rose! Tranquila- la tomé por los hombros para evitar su escape y se centrara únicamente en verme a los ojos.

-Dime donde está- inquirí cauto y firme. Rose tenía un torbellino de emociones en el rostro. No teníamos tiempo para ser reservados y ella lo sabía mejor que nadie. La estabilidad de su mejor amiga corría peligro.

-La capilla... ella está en el ático de la capilla- recibiendo está información salí veloz de aquella habitación en busca de Vasilissa. Cualquier otro Dhampir o Moroi habría tomado a Rose como loca. No había forma en que ella supiese el paradero de Vasilissa. Pero yo... algo dentro de mí, presentía y sabía que lo que sucedida entre estas dos chicas era sumamente especial. Necesitaba informar sobre el incidente que había sufrido Vasilissa, debíamos estar preparados y actuar rápido ante cualquier situación. Así que, camino hacia la capilla, saqué mi radio walkie-talkie para informar a la base de guardianes lo sucedido.

-Guardiana Petrov, la Princesa Vasilissa ha sufrido un percance en el ático de la capilla- sin esperar respuesta colgué la llamada y subí a zancadas aquellas estrechas escaleras de madera que daban acceso al ático.

Entrando en aquella sala pude notar que todo se encontraba totalmente en calma, oscuro y apacible. Apenas y se podían divisar todas aquellas encimeras repletas de libros antiguos cubiertos de polvo y algo desgastados por el paso del tiempo. Mesas de madera vieja algo astilladas por algunas orillas, y pequeñas estatuillas de diversos santos que habían sido grandes evangelistas en el pasado vampírico.

Pequeños rayos de luz se filtraban a través de una ventana de vidrio cortado en la cual se exponía a St. Vladimir, reflejando a una pequeña silueta arrinconada en una de las encimeras. Sangre chorreada por el piso me dio aviso de que la había encontrado. Me acerqué cautelosamente a ella para no causarle conmoción alguna. Me incliné sobre algunos vidrios rotos y divisé aquel rostro angelical digno de una Princesa Moroi. Lleno de lágrimas, brazos cortados y algunos manchones de sangre en el rostro. La tomé entre mis brazos y salí rápidamente de ese lugar.

Justamente, cuando iba a la mitad del pasillo que daba hacia el altar de la capilla, la formidable puerta de roble llena de molduras en cruces y santos se abrió, dando paso a la capitana Petrov y otros dos guardianes que venían en busca de la Princesa Vasilissa.

En la enfermería todo el personal ya tenía órdenes de que hacer ante cualquier situación. Mientras tanto, dejé el cuerpo de la Princesa Vasilissa sobre una de las camillas y la vi desaparecer tras unas cortinas blancas que daban paso a la zona de cuidados especiales.

Todos estábamos consternados ante aquella situación. ¿Por qué Vasilissa se había autolesionado? ¿Qué aspectos la habían incitado para llevar a cabo tal descabellado acto? Nadie tenía respuesta para esto, todos estábamos tan sorprendidos ante aquella reacción. Sabía que tal presión podía haber sido precedida ante el acoso escolar que había sufrido semanas atrás, pero... habíamos estado trabajando en su seguridad... ya no había ocurrido nada sospechoso.

-¿Guardián Belikov?- La guardiana Petrov se acercó interrumpiendo todo pensamiento sobre Lissa.

-¿Sí?- Respondí algo cansado.

Antes de que pudiese expresarse, dentro de la sala de cuidados especiales se escucharon los gritos de una Rose atrabancada tratando de entrar a la habitación de Vasilissa. Alberta, que estaba más próxima a la entrada, puso orden indicándole a Rose que no era el momento para sus arranques de imprudencia. Indicó que ella misma les daría un tiempo a solas, pero primero tenían que estabilizar a Vasilissa. Sin más que objetar, Rose dio media vuelta y se encerró de nuevo en su habitación.

ACADEMIA DE VAMPIROS: contada desde la perspectiva de Dimitri BelikovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora