CAPÍTULO 14.

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(Narrado por Tn)

Las horas siguen pasando. Después de revisar mil veces el conducto de ventilación, echar un vistazo a la oficina unas veinte veces, y fijarme de reojo a la pantalla de Vincent, no pasa nada interesante. Me fijo en el reloj, y marcan las 5:17 a.m. Suspiro bajando la mirada, y la levanto de inmediato hacia el techo. Golpeo un poco la gorra para quitarla de mi campo de visión, y ver el techo verde oscuro, con iluminación bastante pobre. Vincent deja la pantalla en la mesa, y se levanta para estirarse. Escuchamos un ruido en ambos woalki talki, y Vincent tomó el suyo. Había cruzado los brazos tras mi nuca, pero sería mejor prestar atención a lo que dicen. Extiendo mi brazo izquierdo, y tomo a mi poder el woalki talki.

- Hey, como que en este lugar no hay nada de animatrónicos. No hay ningún movimiento raro. – Dice Jeremy, con una voz cansada.

- Sí, de hecho, todos siguen desmantelados, y tenemos el resto aquí en la oficina. Por eso _____ gritó en el principio. – Dice Vincent riéndose. Yo lo único es verle con un rostro de ¿Es enserio?, pero en vez de hacerle callar, me gano un guiño suyo. Yo le gruño de respuesta. – Pero bueno, ¿Para qué querrían mil guardias de seguridad para un lugar como este?

- No lo sé. Están locos. – Dice Mike.

- Y lo peor de todo es que no podemos renunciar... - Dice Scott, al parecer se estiró un poco al hablar.

- Ahora prefiero un millón de veces investigar sobre un juguete perdido que trabajar aquí, ¿Saben? – Agrega Fritz, haciéndonos reír a todos.

- Bueno, de todas formas, pudimos reencontrarnos después de un tiempo. – Digo, sonriendo.

- Es verdad. Aunque hubiera estado muy bien el reunirnos en un lugar donde tuviera más... color.

- Hablas como si fueras una mujer, Scotty. – Dice Vincent, riéndose, al igual que todos. Solamente Scott le insultó en broma, creo.

Pasamos unos minutos hablando, mientras revisábamos una vez más nuestras áreas. Lo único emocionante que he hecho es reparar algunos fallos y ya. Dejo el woalki talki en la mesa, y recargo mis codos en ella, haciendo una cúpula con las manos. Recargo en ellas mi mentón, y hago una mueca de un pequeño dolor. Las heridas no están abiertas, pero sí que arden un poco. Vincent me ve por un momento, y me pregunta si estoy bien. Yo le respondo que no hay nada del que preocuparse, con una sonrisa. En verdad, las heridas son unas pequeñas cortadas en mis manos, y unas heridas no tan profundas en mis muñecas. Sabrá Dios de qué estaban hechas esas cuerdas, pero de haberme dejado unas marcas tan crueles, debió ser un tipo de cuerda bastante especial para un secuestro.

Reviso una vez más la hora, y sonrío. No falta nada para las 6 de la mañana. Reviso una vez más las cámaras, y al levantar la mirada, veo a un animatrónico caminar frente mío. Me sobresalto al verlo, y me quedo quieta. Debería de decirle a Vincent, pero al parecer no llega a darse cuenta. Ni siquiera puedo avisarles a los demás chicos. Su forma de caminar es bastante rara. A juzgar por su forma... es Freddy. Mi respiración se vuelve más pesada, y el mundo se detiene por un momento. ¿Por qué? ¿Por qué hasta ahora? Le veo girar hacia mí, y no le alcanzo a ver. Solamente veo su sombra. Volteo hacia la caja de cartón que está frente mío a un metro de distancia, y veo que la máscara de Freddy está ahí. Desde el Toy, hasta el Old. Vuelvo a levantar la mirada, y ya no le veo. Ningún rastro de él. ¿Qué acabo de ver?

Un estruendoso ruido de campanas nos toma desprevenidos a todos. Volteo al reloj, y finalmente son las 6 de la mañana. Vincent se levanta de su asiento, y se estira. Yo solamente me quedo viendo frente mío, tratando de hallar una lógica en lo que acabo de ver. Un chasquido de dedos me devuelve al mundo, y cuando volteo, veo a mi esposo con la mano extendida. Extiendo mi mano para tomar la suya, y me levanto con la ayuda de él, aunque no era nada necesario. Nos sonreímos y ambos salimos de la oficina, con la mano entrelazada.

El asesino del cual me enamoré: El sabor de una dulce venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora