n u e v e

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Allí estaba yo, parada delante de la tienda, esperando a Chanyeol.

Él llevaba 5 minutos de retraso, y yo ya estaba un poco aburrida, así que decidí jugar a juegos del móvil.

Pero nada más sacarlo de mi bolsillo, alguien me lo arrebató de las manos. Levanté la cabeza, lista para comenzar a correr tras el ladrón de mi más preciada posesión.

Pero sólo me encontré con la tonta sonrisa de Park Chanyeol. Le miré desafiante y tendí mi mano en frente de él.

Dame mi teléfono, por favor— Le pedí de la manera más educada que yo conocía.

Pues alcánzalo— Dijo con una enorme sonrisa, mostrando toda su fila de perfectos dientes.

Levantó el brazo con mi teléfono en su mano todo lo alto que pudo, y prometo, que mi mandíbula casi se desencaja de mi cara. Mi móvil se encontraba literalmente a un metro de altura de mi cabeza.

Yo salté todo lo alto que pude mientras que la linda sonrisa de Chanyeol se oía en el fondo. Lloriqueé y le golpeé en el pecho con mi mano, pero él pareció no inmutarse.

De repente una increíble idea llegó a mi mente. Aegyo.

Saqué levemente mi labio inferior y revoloteé mis pestañas varias veces.

Yeollie— Le llamé con la voz más infantil que conseguí hacer. Sus ojos se abrieron como platos y su boca se curvo levemente en una sonrisa burlona —Oppa— Le llamé de nuevo con la misma voz.

Chanyeol se quedó estático en su lugar, mirándome fijamente. Su sonrisa burlona había desaparecido, y su brazo cayó lentamente a su costado.

Yo sonreí triunfante; había descubierto su punto débil, el aegyo.

Le arrebaté mi móvil de su mano sin apartar mi mirada de sus ojos, que me miraban incrédulos.

¿Qué?— Pregunté ahora con mi voz normal. El frunció los labios y relajó los hombros.

No pensé que hicieses aegyo— Confesó. Yo asentí avergonzada, en realidad esta era como la segunda vez que lo hacía —Te sale muy naturalDijo y yo bajé la mirada —Me gustaAbrí los ojos como platos aun mirando al suelo y él rió por mi repentina timidez.

GraciasDije levantando la mirada. Él me sonrió y me pasó un brazo por mis hombros, y con el otro me sacudió el pelo.

La primera vez que lo hizo fue hace tres semanas, cuando nos conocimos, y ya estaba echando de menos la sensación.

Alcé la vista y le sonreí, ganándole otra de sus tantas amplias sonrisas de vuelta. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, haciéndome sentie feliz y relajada.

¿Dónde vamos a comprar los helados, Chanyeol?— Le pregunté. El me miró.

Hay una heladería no muy lejos de aquí, ¿vamos a esa?— Me preguntó con ambas cejas alzadas. Asentí con la cabeza y comenzamos a andar.

Él aun tenía su brazo sobre mis hombros, por lo que me encontraba muy cerca de él. Podía oler su aroma, y me encantaba, ya había notado varias veces que Chanyeol usaba perfume, cosa que pocos chicos hoy en día hacen. La mayoría huelen normal o a sudor, pero la fragancia de Chanyeol era distinta.

Y no me corté en preguntarle.

¿Que perfume usas?Pregunté. Él frunció el ceño y rió levemente.

Yo no uso ningún perfume, Taylor— Dijo. Yo miré al horizonte confundida, realmente pensaba que Chanyeol lo usaba, pero al parecer ese era su aroma natural.

Y eso me hizo derretirme por dentro. No por el insufrible calor que hacía, si no por el simple hecho de que sin hacer nada oliese tan bien. Al enterarme de eso, derrepente me volví adicta a su olor, me acerqué disimuladamente a él, más de lo que ya estaba.

Pero él derrepente soltó una carcajada. Se había dado cuenta.

¿De verdad que huelo tan bien?— Me preguntó divertido, yo reí cómodamente y asentí con la cabeza —Tú también hueles bien— Dijo pellizcándome el brazo.

Gracias, aunque yo sí que uso perfume— Dije sonriente.

Uf, entonces ni te me vayas a acercar en gimnasia, que no quiero que me asfixies con tu olor— Bromeó. Me miraba con ternura, y yo no pude evitar un sonrojo.

Le golpeé en el brazo y reímos los dos. Un rato más tarde, llegamos a la heladería, donde descubrí que su helado favorito era el de fresa, y él descubrió que el mío era el de nata. Hablamos durante mucho rato, y fuimos a dar un paseo después.

Me besó.

Sí, me besó.

Durante dos segundos, pero lo hizo. No se por qué lo hizo, el caso es que no me molestó. Yo ya me había besado con varios chicos antes, pero mi corazón no latió tan rápido con ninguno de ellos.

Nos sentamos en un parque, viendo a la gente pasar, cuando de repente, sin venir a cuento, me agarró del cuello y me besó. No me dió tiempo a reaccionar, porque cuando pestañeé de nuevo, él ya estaba diciendo estupideces como normalmente hacía.

Fue raro, espontáneo, corto... pero bonito.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2016 ⏰

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wrong jacket :: chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora