s i e t e

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Viernes. Última asignatura.

Y allí me encontraba yo, totalmente aburrida en la clase de literatura, mientras la profesora nos contaba la aburrida vida de algún poeta del que ni siquiera me sabía el nombre, porque no estaba prestando ni la más mínima atención a la clase.

Pero aun así tenía que actuar como que la escuchaba.

La dura vida de un estudiante.

Entre palabra y palabra de la profesora, me percaté de que el chico que estaba sentado en la mesa de al lado, no paraba de mirarme.
Y para confirmarlo le eché un rápido vistazo, muy disimulado.

Y sí, efectivamente ese chico me miraba intensamente con los ojos entrecerrados. Y yo ya me estaba poniendo incómoda.

Espera 5 minutos, y si no ha parado de mirarte, le dices algo.

Me dije a mí misma mentalmente. Y eso hice, esperé más de cinco minutos, y el maldito muchacho no había apartado sus achinados ojos de mi cara.

Y me cansé.

¿¡Qué!?— le dije violentamente.

Espera, no te muevas— me dijo él y yo entrecerré los ojos —Sí, definitivamente eres tú— dijo con una sonrisa. Fruncí el ceño y él llamó al chico rubio sentado delante suya —¡ps!, Xiumin, es ellale dijo.

El rubio asintió con la cabeza y ambos chocaron los cinco, a lo que yo me encogí en mi asiento totalmente confundida.

Me rasqué la cabeza, ¿qué estaba pasando?

¿Conoces a Chanyeol, verdad?— me preguntó el rubio. Xi... Xui... bueno ese.

Yo me aclaré la gargante y traté de sonar firme al responder, cosa que no logré.

...Sí— dije y miré a la pizarra, pero la intriga me ganó y no pude negarme a preguntar algo más —¿Por qué?

Oh, no tranquiladijo el chico rubio del nombre raro —Es que somos sus amigos, y nunca antes le habíamos visto con otra gentedijo sonriente.

Y menos con una chica— añadió el otro asombrado.

Yo sentí un poco de vergüenza por mi parte, pero la verdad es que en cierto modo también me sentí un tanto alagada.

¿Acaso era yo la primera amiga de Chanyeol? En ese caso debería cuidarlo bien...

Perdón por no presentarnos, yo soy Suho y él es Xiumindijo el moreno. Se señaló a él mismo y a su amigo a medida que decía los nombres.

Aunque probablemente se me olvidarían después.

Yo soy Taylor, un gustodije.

Y la verdad es que sí que era un gusto hablar con chicos tan guapos.

Porque recién me fijaba bien en ellos y, en efecto, eran atractivos.

Bostecé y tocó el timbre, anunciando el final de nuestra jornada universitaria.

Yo suspiré y recogí mis cosas, y me quedé sola en la clase, incluso Suho y Xiu... ese, desaparecieron. Pero cuando salí por la puerta esos dos aparecieron de la nada y se colocaron cada uno a un lado mío, y yo me llevé un susto de muerte.

Eres amiga de Chanyeol, ahora también eres amiga nuestra— dijo Xiumin muy cerca de mi cara. Pero cuando me alejé me encontré con la cara de Suho al otro lado.

Así que sólamente me dispuse a mirar al frente.

¿Amigos, en la universidad? Pero si recién conocía a Chanyeol...
Una sensación extraña se formó en mi cuerpo; ellos querían ser mis amigos.

Literalmente abrieron su círculo amistoso para adentrarme a mí en él, y aquí todo el mundo te excluía.

Me sentí realmente afortunada.

Ambos chicos comenzaron a hablar animadamente a mi lado mientras andábamos por el pasillo, pero en cuanto cruzamos la puerta de salida, una profunda voz les interrumpió.

Y yo ya sabía de quién era.

¿Taylor?me dijo Chanyeol.

Yo alcé la mirada y algo surgió en mi estómago, a lo que no le quise prestar atención.

Oh, Channie, ya hemos conocido a tu amiga— dijo Suho y colocó una mano en mi hombro izquierdo. Yo sonreí levemente.

Sí, y es muy simpática, aunque bosteza mucho...— dijo Xiu... Xu... él. Y colocó una mano en mi hombro derecho.

Ahora mis hombros se sentían pesados, y no por la mochila.

Bueno... nosotros dos ya nos vamos. Te esperamos en casa junto a los demás— dijo Suho.

¿Junto a los demás? ¿Pero con cuántas personas vivía este chico?

Chanyeol se acercó a ellos y les dijo algo que yo no pude escuchar, y luego de acercó a mí con una sonrisa tan grande que hasta me asustó. Pero me gustaba aun así.

Por favor, dime que no te han contado nada vergonzoso esos dos— me preguntó Chanyeol cuando llegó a mi lado.

—Que va, parecen buena gente, me han caído bien— le dije yo con felicidad.

—¿De verdad?— me preguntó con ojitos de cachorro.

Yo asentí y me reí levemente.

Y de repente Chanyeol empezó a dar saltitos a mi alrededor como un niño pequeño.

Y es que, si yo ahora era realmente su amiga, me tenía que asegurar de proteger a ese gran tonto.

wrong jacket :: chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora