Capítulo 1

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Viendo como los copos de nieve caían por aquella ciudad, embelleciéndola con el suave roce de la nevada que se avecinó con un aspecto perenne. La nieve continuaba descendiendo, y aquella parisina no apartaba su vista de la ventana que se encontraba en su habitación.

Tragó saliva, fascinada por algún día conocer el mundo por fuera de aquel espacio que la mantenía aislada de lo que ella consideraba desconocido. Posó su mano por el marco de la puerta mientras escuchaba como una voz femenina la llamaba, bajó las escaleras en dirección a aquella voz para encontrarse con su madre.

-¿Hace mucho frío, verdad?- Le preguntó la mujer de ojos verdes con una delicada sonrisa de felicidad adornando su rostro.

La pequeña parisina la miró por un momento para luego asentir con la cabeza a modo de respuesta. Al recibir una respuesta afirmativa, la de ojos verdes sonrió alegremente, agarró de la mano a la niña y la llevó para que cenara.

-Que nevada más preciosa, ¿no quieres que salgamos mañana a recorrer la ciudad?- Le propuso la parisina mayor a su hija que se encontraba sentada en la silla del comedor, ésta la miró sorprendida.

-"Me encantaría"- Escribió la niña en su pizarra que la ayudaba a comunicarse, al mismo tiempo que en su interior desbordaba felicidad.

Después de aquella conversación, la niña subió las escaleras hasta el baño para darse una ducha. Siempre era la misma rutina, la mayor parte del tiempo se encontraba situada en su habitación, metida en sus pensamientos y en los sueños que anhelaba su pequeño gran corazón...

P.O.V Lucille:

Me pregunto cómo hubiese sido mi vida en éstos años si no hubiese estado "protegida" entre éstas cuatro paredes y utilizando palabras en vez de gestos, señales y mi inseparable pizarra. Solo sé que un día dejé de hablar y tuve que vivir aislada de la sociedad, para que no me tomaran por un bicho raro.

Desde la muerte de mi padre, mi mamá tuvo que dejar de trabajar como maestra para cuidar de mi. Pero nos mantenemos con la pensión que él nos dejó.

Aprendí con ella a escribir entre muchas otras cosas. Mi casa es mi escuela, hasta hoy.

Mi madre de vez en cuando me llevaba a pasear por las calles de Paris que no se alejaban de mi casa, pero a pesar de eso se podría decir que soy feliz con mi vida... ya que no necesito a nadie más que mi mamá. Somos yo y ella contra el mundo, y espero que eso no se desvanezca.


Terminé de ducharme y salí envuelta en una toalla, me encaminé hasta mi habitación y comencé a secarme hasta quitarme toda el agua que cubría mi cuerpo.

Abrí mi armario y observé la variedad de bellísimas prendas que ocultaba tras sus puertas. Cogí el pijama y me lo vestí con cuidado, y me cepillé mi cabello delicadamente.

La noche ya había caído, podía percibir el frío congelante que se extendía por las calles... invitando aún más a sus habitantes al descanso.

Eché un último vistazo a mi ventana y me metí entre las mantas de mi cama, cerré mis ojos con lentitud y no tardé en caer en un profundo sueño...




Continuará...

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