7 Días

Día 6

Día 6

"El final de todo"

Guillermo limpiaba todo su departamento; barría, trapeaba, sacudía, lavaba, etc. Miró el reloj y notó que eran las 4:00 PM... faltaba media hora para que Samuel llegara.

- Creo que me baño y todo listo – se dirigió a la habitación, tomó un par de toallas, caminó hasta el baño, abrió la llave y comenzó a desvestirse, ¿cuánto más bajaría de peso?, tiritó ligeramente – Hace un poco de frio... - empezó a ducharse y a los 10 minutos salió, se puso ropa ligera y esperó a que Vegetta llegara, sentado, viendo esos horribles papeles los cuales aún no había tenido el valor de firmar.

Es increíble que tuviera miedo de poner su firma sobre una hoja... "¿Por qué?"

Porque esa simple firma, ese fácil e inútil garabato rompería su vida, rompería su único vínculo con Samuel... rompería su corazón o por lo menos terminaría de romperlo....

Un sonido lo sacó de sus pensamientos, no lo reconoció y esperó a que volviera a sonar... el timbre de la puerta.

Caminó hacia la misma y lentamente la abrió.

- Hola – el mayor levantó su mano – ammm... ¿puedo pasar?

- Si... adelante – abrió completamente la puerta.

- Gracias – Vegetta caminó lentamente por toda la casa.

- A la mesa por favor – los dos tomaron asiento, uno delante del otro; el mayor miró los documentos que estaban delante de él... su acta de divorcio; decidió ignorarla.

- Guille... ¿no vamos a salir hoy? , ¿Por qué me citaste aquí? – el menor vio los documentos sobre la mesa, Samuel siguió su mirada y terminó en el mismo lugar.

- Samuel... aquí me pediste el divorcio... ¿lo recuerdas? – ladeó un poco su cabeza.

- S-si... ¿por qué?

- Estos últimos días te he estado mostrando lugares que representaron algo importante en nuestra relación... ¿no es así? – lo miró.

- Si...

- Bien, este también es un lugar importante y no solo porque aquí me pediste el divorcio, sino porque aquí hemos estado viviendo durante estos 10 años de matrimonio; aquí hemos pasado momentos felices y tristes.

- Willy, y-yo de verdad te-----

- "Te amo..."

- ¿Qué...? – logró decir en un suspiro.