~Capítulo 26~

64 4 6
                                    

Helena.

Una nueva semana aparecía en Londres como siempre. Era una tarde cubierta por un cielo gris con una fuerte lluvia acompañando esta atmósfera, y los potentes rayos resonando por toda la ciudad. Joder... cómo me aterran los malditos rayos. 

Desde pequeña les tengo un gran temor inexplicable, y lo que más me asusta de ellos son los fuertes sonidos que hacen... No sé, pero en verdad me dan mucho miedo, lo que es estúpido por la sencilla razón de que vivo en un lugar donde llueve demasiado y es más probable que los rayos se desaten.

Ya han pasado casi tres semanas desde aquél escándalo en casa de Harry y la extraña conversación que tuve con Dylan esa tarde de domingo. Nada ha cambiado desde entonces, sólo la manera en la que veo a ese loco ahora... y que estoy castigada por dos meses. Lo sé, una exageración.

Como era de esperarse, Dylan fue de inmediato con mis padres a acusarme sobre todo lo que hice esa noche en la fiesta. Y como siempre, no sé qué demonios le dijo a mi padres sobre mí; de seguro toda la historia modificada a su maldita manera como suele hacerlo. Lo único que sé del tema es que mi padre se puso realmente furiosos conmigo, aún más que mi madre, incluso metí a Sue en problemas por haberme encubierto en la mañana diciendo que había llegado un poco antes de la hora que tenía para regresar a casa.

De igual forma, sigo muy avergonzada con ella por la enorme angustia que le hice pasar esa madrugada. He intentado hablarle varias veces, pero sigue un poco cortante conmigo aunque ya casi se cumpla un mes de todo esto; creo que yo también estaría así si alguien a quien quiero mucho y confío en ella me decepciona así... Y eso me hace sentir una persona de mierda ahora mismo. Los problemas que se suman a mi vida cada día me ponen tan... extraña, demente, ansiosa, nerviosa... Ya no sé siquiera como describir mi situación fuera de lo normal, aunque a veces ya nada me sorprende y algunas cosas me dan lo mismo. Pero en fin... Aún sigo intentando disculparme con ella porque realmente me importa.

Creo que hasta ahora este es el peor castigo que he tenido en toda mi vida por muchas razones. Me confiscaron mi teléfono, y hasta que no termine el castigo, sólo puedo tenerlo conmigo cuando salgo de casa a la escuela por cualquier cosa que pueda suceder y para hablar con Dylan por si no puedo verlo durante el día para leerle el contrato (pero puedo sacar ventaja de ésto cuando mis padres salen todo el día y puedo buscar mi celular para usarlo hasta que lleguen a casa). Totalmente estúpido, lo sé. Me prohibieron salir con mis amigos y a cualquier lado yo sola, a menos de que sea para pasear a Brook, pero aún así tengo un tiempo determinado para hacerlo y Jack debe de ir a recogerme y dejarme. Igualmente me quitaron cualquier clase de tecnología que pueda utilizar para distraerme. Tampoco puedo ir a al estudio de la casa ni tocar algún instrumento que se encuentre ahí, si acaso sólo me dejaron tomar los libros pensando que me aburriría leyendo los mismos durante dos meses, pero es tonto, ya que he leído y vuelto a leer la mayoría de ellos sin morir de aburrimiento.

Hay varias cosas más que debo y no hacer durante mi castigo, pero de sólo recordarlo siento que estaré así hasta que cumpla cincuenta.

¡Y por supuesto!, a parte de mi castigo en casa, parece que la misma escuela me ha preparado uno extra. 

La semana pasada... no fue del todo buena; todo lo contrario. El lunes por la mañana encontré a Dylan en la escuela lleno de golpes en la cara y con el labio roto intentando evadir a todo el que se le acercara, a parte de que durante las últimas semanas se ha desquitado conmigo por todo lo que le sucede aunque yo no tenga nada que ver en ello. No tardé en preguntarle qué mierda le había pasado, porque aunque él no me importe nada, necesitaba una explicación para sus padres si es que me preguntaban por lo que pasaba, pero por su respuesta tan violenta y poco amable... supuse que había peleado con alguien antes de entrar a clases. No quise entrar en más detalles ni insistirle, así que no le pregunté con quién había peleado... pero lo único gracioso de esto es que ahora él está castigado como yo gracias a que llamaran a sus padres por pelear fuera de la escuela; al fin le han puesto un alto al hijito de papi.

Make me believe |L.T.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora