~Capítulo 2~

251 20 6
                                    

*L*

—¡Louis, despierta o vas a llegar tarde a clases!

Escuché la voz de mi madre tan fuerte que hizo que me despertara de un salto. Al abrir mis ojos hice el pequeño intento de levantarme, pero aún me siento cansado, así que la misión de salir de la cama es imposible; tengo que levantarme rápido, no puedo perderme el primer día y mucho menos de mi último año aquí antes de irme a la Universidad.

Con algunos quejidos de mi parte e intentos torpes por despertar por completo, logré salir de mi amada cama a la que extrañaré mucho todo el día.

Salgo de mi habitación y me encamino al baño para prepararme una ducha rápida que va a ayudarme a despertar del todo. cuando salí saqué una playera roja lisa, un pantalón algo ajustado de color negro, una chaqueta y unos vans del mismo color.

Una vez que estoy listo me miro al espejo observando mi despeinado cabello que alboroto un poco para que se quede como siempre; sinceramente creo que esa es una enorme ventaja que tenemos los hombres respecto a las mujeres, ya que nosotros nos arreglamos más rápido y sin armar líos.

Hago mi camino a las escaleras para encontrarme a toda mi familia en la cocina desayunando.

—Buenos días dormilón—dijo mi madre jugando.

—Buenos días—digo para soltar un bostezo y sentarme frente a la mesa.

—Si no te gritaba un poco más fuerte de seguro seguirías dormido.

—No importa, ya estaba despierto—me rasqué los ojos inconscientemente.

—Sí, claro—mi madre ríe—. ¡Rápido que se hace tarde!—me apresuró cómo si entrara a la escuela en un minuto.

—Tranquila, tengo el tiempo controlado.

—Si tuvieras el tiempo controlado no te hubieras levantado tarde—Lottie, una de mis hermanas menores, se burló mientras comía su cereal.

—Cállate, mocosa—ambos nos fulminamos con la mirada.

—Bueno, me voy familia, vuelvo a la noche—mi padre entró a la cocina con portafolio en mano a punto de irse.

—Que te vaya bien, cielo—mis padres se dieron un corto beso.

—¡Iugh!—Daisy y Phoebe exclamaron al mismo tiempo asqueadas.

Por más raro que suene, es lindo ver este tipo de cosas por la mañana. Mis padres, a pesar de tantos años juntos, siguen siendo igual de cariñosos como el primer día, según me han dicho, claro. Me encantaría tener una relación como la de ellos y también me encantaría compartir todas esas cosas con la persona indicada; lo sé, suena muy, muy cursi y empalagoso, pero es mejor pensar eso para no cometer algún error después. No quiero terminar con la persona equivocada.

Me levanté de la mesa, dejé mi plato en el lavabo, lo lavé y subí a mi cuarto para arreglar mis cosas... o mejor dicho... volví a acostarme y me despedí del mundo. Pero eso se arruinó cuando mi madre llegó y me movió bruscamente para despertarme. Gruñí como perro con rabia sabiendo que no lograría nada mas que verme estúpido, pero al final me levantó.

Tomo mi mochila colgándola en mi hombro y me despido mi madre, mis hermanas y de mi amado hogar esperando que el día termine pronto para regresar a él. Una vez afuera, camino a la parada de autobús para tomar el que me llevará a la escuela repleto de mis compañeros de clase; quería dormitar un rato más, pero con todo el ruido que se arma dentro, probablemente no pueda. 

De todos modos yo siempre soy parte de ese mismo alboroto.

Minutos después, bajo del autobús pisando la escuela nuevamente después de varias gloriosas semanas de vacaciones. Los momentos como este me hacen extrañar aún más aquellos días de descanso en los que la palabra "escuela" no existía en mi vocabulario, sólo descansar, desvelos, salir y dormir.

Make me believe |L.T.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora