De vuelta a casa

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Un niño lleno de ira es ahora un hombre solitario.

Nada parece importarle, nada logra cautivarlo.

Paredes blancas lo rodean, él maquinó su propia condena.

Entre sangre y lágrimas transcurre esta escena.

Otro respiro le dará fuerzas para hacerlo, no cree poder.

¿Para qué molestarse en luchar si todos hemos de perecer?

Un paso más en dirección al precipicio, sin detenerse.

Ha de caer, con el peso de pecados que pudieron cometerse.

Es bienvenido al vacío, cargando la ira que contiene.

Da un último suspiro y ya nadie lo detiene.


Volveré a casa, lleno de remordimientos.

Llévate todo lo que tengo, mis memorias y sentimientos.

Las calles grises que conozco me rodean y es un gran consuelo.

Aunque tal vez sean una trampa y he mordido el anzuelo.

Todo parece ir cuesta arriba, de cara contra mí.

Si algo no empieza, ¿cómo le das fin?

Perdí mi camino, un alma rota es lo que soy.

Perdí mi hogar, en su búsqueda estoy.

Sin saber si aguantaré la lucha el día de hoy.

Versos en el ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora