Bullying Y Mas Bullying.

Capitulo #02

Entro al aula con mi muñeca ardiendo por los cortes, me siento sin ganas en el ultimo puesto. Después de unos minutos entra por la puerta el popular Daniel Oviedo y su novia Laura,  una chica también popular,  delgada, bonita y rubia pero es bien puta. ella es otra de las muchas personas que me hacen la vida imposible.

—Oye idiota —Dijo llamándome Daniel, agache la cabeza sin decir nada.

—¡Hija de puta¡ ¿Que acaso estas sorda?—Dijo aquella rubia mal operada.

—No —Dije en un susurro pero lo bastante alto para que ellos escucharan.

—Estupida la próxima que te hable quiero que me respondas rapi.... — no alcanzo a terminar la frase ya que el maestro interrumpe.

—buenos días alumnos, todos a sus lugares. —Dijo aquel hombre viejo sentándose en su respectivo escritorio.

Todos se sentaron y el maestro empezó su clase.

Sinceramente las primeras clases pasaron volando, tanto que acaban de tocar la campana que indicaba la hora del receso.

Salí rápido del aula dirigiéndome a  los casilleros para guardar mis libros, pero siento como tropiezo con alguien fuertemente haciendo que caiga al suelo.

—¡Fíjate por donde caminas idiota!  —su voz era fuerte. Daniel.

—Hermano, recuerda que es una gorda, ¡casi no tiene espacio por donde caminar! —Dice Jesús haciendo que todas las personas que estaban allí rieran.

Mis ojos se empezaban a cristalizar, no espere ni un  segundo mas,  recogí mis libros y salí caminando con la cabeza gacha. Me dirigí a los baños,  ingrese a uno de ellos. Ya dentro de el recoste mi espalda sobre la puerta y sin mas, empecé a llorar.  Me dolía todas esas palabras, todos esos comentarios,  todas esas burlas, pero mas me odiaba a mi por ser así.

Siento que ya no puedo aguantar mas. Quiero acabar con mi vida, pero se que si lo hago destrozaría a mi hermano, y no puedo, lo quiero demasiado como para hacerlo sufrir.

El timbre suena, se ha acabado él receso.

Suspiro y salgo de aquel baño, me mire al espejo, pude notar que mis ojos están rojos e hinchados,

¡que mas da! Lo que me faltaba.

Salí de los baños y camine hacia la salida del instituto pero tropecé torpemente con un chico, de nuevo.

¿va enserio? ¿que no te fijas grandísima inútil?— me reprochaba mentalmente.

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