Me para la policía

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Cuando el dios de la luna desapareció apareció la policía y tuvimos que hacer el típico numero de el estudiante despistado, la policía nos juntó a toda la clase y a Kaguya en lo que quedaba del gimnasio, nos preguntaron sí habíamos visto algo, la mayoría dijo que con la explosión no pudieron ver nada, otros dijeron que fue por un pequeño escape de gas que había aparecido recientemente, afortunadamente los polis no se dieron cuenta de la única chica de calle que había entre nosotros.

- Eh tú - dijo un poli - ¿por qué no estas vestida de uniforme?.

- Es mi prima señor - dijo Michael - ha venido ha ver el instituto porque se muda aquí.

- Sí - dijo Kaguya - mi padre es el hermano de su padre.

- Está bien - dijo otro poli - iros a casa aquí no hay nada que ver, se suspenden el resto de clases.

Hubo un rugido de vítores por no haber más clase, fuimos a coger nuestras mochilas al salón de clases, después de eso fuimos a mi casa a contarle a Tori-nee y a Marina lo que había pasado en clase, cuando llegamos a mi casa le contamos lo sucedido y Marina estaba enfadada con la princesa de la luna.

- ¿Por eso atacaste a onii-chan? - dijo mi hermana que todavía estaba en pijama - tienes suerte que todavía esté enferma o haría que mis vectores de hueso te ataran y te mandaran al yomi ( ella puede formar brazos de hueso para atacar, como yo con la oscuridad ).

- Bueno Marina - dijo Tori-nee - Sí eso que nos han dicho es cierto Aru-chan y Michael deben ir de inmediato al campamento.

- Sí - dije - hemos venido para coger lo indispensable para volver al campamento, Michael siempre tiene una pequeña bolsa con ropa por si el caso.

- Que previsor - dijo Kaguya - venga ve hacer tú bolsa y nos vamos - dijo mientras me señalaba con el dedo acusador.

Subí las escaleras y me fui a mi habitación que compartía con mi hermana, mientras hacia la bolsa Shisui decidió hablarme.

- Ha sido una pelea bastante buena - dijo el zorro.

- Ha sido solo para defenderme - contesté mentalmente.

- Pues tenias que oír lo que dicen tus demonios - dijo él - no paraban de decir "que fuerte es nuestro jefe".

- Ya - dije - ¿algo más?.

- Que frió te has vuelto - contestó - lo de Kazama, no te preocupes por él, no conseguirá el hechizo para contactar con el Nue.

- ¿Enserio lo crees? - pregunté - porque yo no lo creo, ese tío es muy persistente, si quiere algo lo conseguirá cueste lo que cueste.

Terminé de hacer la bolsa y bajé a la entrada y me encontré a mis acompañantes.

- Por fin - dijo Kaguya - tardas un montón en hacer las cosas.

- Estaba hablando con Shisui - dije - un demonio zorro.

-Pues vayámonos - dijo la princesa impacientemente - tenemos que irnos ya.

Me despedí de Tori-nee y Marina y salí con mis compañeros al parque de Ueno, pasamos por la puerta sur y fuimos al bosque de bambú, subimos las escaleras y nos adentramos en el campamento Sengoku, nos dirigíamos al edificio central cuando un niño me gritó monstruo, han llegado a odiarme y no sé porque, yo no he hecho nada que yo sepa, llegamos a la puerta de de la sala de reuniones escuchamos varios gritos provenientes del interior, al abrir la puerta vi a mi madre, vestida de traje negro y corbata blanca, su pelo largo de color blanco lo llevaba suelto hasta el comienzo de los muslos, sus ojos mostraban ira ya que sus ojos brillaban con el color de la sangre y sus marcas en las mejillas resaltaban con el tono pálido de su piel, Vishamon llevaba puesto ropa militar de color caqui, ella estaba acompañada de un dios que llevaba puesto una camisa de color azul claro y pantalones baqueros negros, pelo negro corto recogido en una coleta pequeña, sus ojos azules marcaban descontento, Susanoo llevaba puesto una camiseta negro que ponía "viva el océano" y unas bermudas color marrón, su pelo revuelto estaba más despeinado de lo normal, Amaterasu estaba sentada con la cabeza mirando al suelo y un vestido de color blanco con detalles rojos, Tsukiyomi todavía llevaba el uniforme del instituto, es un uniforme estilo militar de color negro y blanco y por ultimo Izanagi estaba rascándose la barba con cansancio, él llevaba puesto un traje italiano blanco con corbata dorada.

- Por fin habéis venido - dijo Tsukiyomi - les acabo de contar lo que hemos descubierto.

- No voy  a permitir que mi hijo vaya a una misión suicida - dijo mi madre mientras me abrazaba de forma protectora.

- ¿Qué hay que hacer? - pregunté.

- Tienes que ir a la cima del monte fuji - dijo Tsukiyomi - allí tendrás que enfrentarte a Kazama y matarlo.

- Pero es muy peligroso - dijo Amaterasu - solo tiene catorce años.

- Y ya tiene una facción demoníaca a su mando - dijo Izanagi - también tiene las siete llaves del yomi, es un semidiós muy poderoso.

- Aun así - dijo Vishamon - necesita más entrenamiento, ¿verdad Yato?.

- Sí - dijo el dios de los ojos azules - sabe pelear con la espada, con guadaña y tanto, pero necesita un arco.

- En el bosque de Aokigahara está el arco que le hicimos - dijo Tsukiyomi.

- Pero es muy peligroso - casi gritó mi madre.

- Nosotros le ayudaremos - dijo Alex desde la puerta, ella llevaba puesto la ropa habitual del campamento y el pelo igual que siempre - tranquila señora Izanami, con nosotros no le pasará nada.

- Sí - dijo Michael - juro por los siete anillos del yomi que si llega a estar herido mortal yo sufriré el mismo destino que él.

- Hijo - dijo Susanoo - eso es un juramento muy serio.

- Tranquilo papa - dijo Michael - en cuanto Aru consiga el arco no sera herido por nadie.

- Vale - dijo mi madre - le dejo ir solo si entrena en el campamento hasta que se pueda defender con cualquier tipo de arma y elemento de la naturaleza.

- Está bien - dijo Tsukiyomi - entrenará en el campamento durante dos semanas, después se dirigirá al mente fuji.

- De acuerdo - dijo mamá - cuídate y dile a tu hermana que se mejore.

- Eso haré - dije mientras abrazaba a mi madre - por cierto te queda bien el traje.

Ella sonrió y se desvaneció junto con los otros dioses.

- Vale vamos a entrenar - dije a mis amigos - tengo que dominar muchas armas antes de ir de misión.

El Niño Prohibido: La Diosa EncarceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora