Comflicto de personalidades

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Nos sentamos en unos bancos que estaban en el anden mientras esperamos al tren que parecía que nunca iba a llegar mientras Kaguya se quejaba por la tardanza del tren, mientras Michael intentaba intentaba tranquilizarla Ivar se sentó a mi lado y me contó como llegó al campamento, al parecer fue una travesía bastante tranquila, su madre le mando al campamento para que estuviese seguro, su madre se llama Irina y vive en Moscu, llegó a Japón cogiendo el transiberiano  y cogiendo un barco y un tren hasta llegar a Ueno, al parecer vive constantemente en el campamento excepto en tiempo de escuela ya que se quiere convertir en un buen medico, él se fue en busca del campamento a los diez años, que ganas, yo a esa edad estaba,bueno no voy a hablar de eso, cuando se quedó en silencio decidí contarle lo de las voces.

- Eso no es bueno - dijo Ivar - ¿como son las voces?.

- Algunas son buenas - dije - me dicen que siga en el campamento con vosotros y otras me dicen que me vaya al infierno y os deje.

- Pues no sé lo que puede ser - dijo preocupado - tu no les hagas caso hasta que no sepamos lo que puede ser.

Cuando termino entró en el anden en tren y nos montamos, afortunadamente no había mucha gente ya que la hora punta ya había acabado, nos sentamos en unos asientos que estaban cerca de la puerta para salir rápidamente si se da el caso, tras dos horas llegamos a la estación de Fuji, salimos y preguntamos al delegado de la estación como podios llegar al monte Fuji rápidamente, él nos contestó que deberíamos contratar un guía y subir por la entrada al monte, pero eso no era una opción, Kazama seguro que tiene vigilado la entrada al monte.

- ¿No hay otra manera de ir? - dijo Kaguya.

- Podéis ir por el bosque - dijo el hombre - pero no os voy a permitir ir a ese bosque.

- Y¿ eso por qué? - dijo Michael.

- Ese bosque es peligroso aparte de que hay muchos cadáveres - nos comunicó.

- ¿como cadáveres? - pregunté interesado.

- Sí, Aokigahara es el bosque de los suicidas - dijo el encargado - por las noches se escuchan voces y hay actos extraños.

- Y ¿donde está la entrada al bosque? - pregunte inyectando un poco de magia.

- Al noreste de la entrada del monte Fuji - dijo como si estuviera hipnotizado - la entrada tiene un gran cartel que tiene una gran advertencia.

- Gracias - dije, el se inclino y se fue.

- Anda aveces eres útil - dijo Kaguya - venga vamos.

Fuimos al monte Fuji y no dirijamos al noreste tras caminar por horas nos encontramos con barios turistas y un gran cartel que decía "Valora tú vida, es lo más importante que tú jamas tendrás, por favor no cruces este bosque solo" y como decía el cartel nos adentramos en el bosque, el bosque en sí era bonito, con arboles y sonidos de pájaros, salimos del camino marcado para los turista y la vista seguía siendo bonita hasta que os adentramos en el bosque profundo donde empezamos a ver algún que otro esqueleto tirado en el suelo.

- Esto me recuerda al infierno - dije con una sonrisa.

- Tío, aveces eres muy krepi - dijo Michael - bueno busquemos un sitio limpio donde dormir - dijo y mire mi reloj, ya eran las diez de la noche.

- Tiene razón - dijo Ivar - por aquí hay pocos cadáveres nos quedaremos aquí, sí escuchas otra vez las voces dímelo - me dijo en voz baja.

Asentí y empezamos a montar las tiendas de campaña, una para Kaguya y otra para los chicos, uno de nosotros hacia guardia y como yo peleo mejor en la oscuridad la hacia yo, tras hacer la guardia durante unos minutos empezaron las voces.

- Estoy cerca - dijo una voz.

- Déjame en paz - dije cansado.

- Vamos - dijo una voz potente - sabes que tienes curiosidad.

Me levanté y fui a la tiendo de los chicos y levanté a Ivar.

- Ya están las voces otra vez - dije rápidamente.

- ¿Qué dicen? - me preguntó seriamente.

- Que está cerca - dije.

- Ven - dijo la voz - estoy en un pequeño santuario en los adentros del bosque.

- Dice que hay un santuario - dije a Ivar - en los adentros del bosque.

- Vayamos - dijo Ivar.

Él salio corriendo de la tienda corriendo y yo fui tras él, escuché a la voz y guié a Ivar por el bosque hasta que la voz me dijo que estaba muy cerca, nosotros ya nos habíamos alejado bastante del campamento base, seguimos caminando por unos veinte minutos hasta que llegamos a un santuario pequeñito donde había una peineta japonesa de color morado y negro con un sello enorme en ella.

- Aquí no hay nada - dije frustrado - donde estas, ¡muéstrate!.

- Estoy en la peineta - dijeron todas las voces que había escuchado - solo tienes que quitar el sello y podre salir.

- ¿Qué dice? - preguntó Ivar preocupado - tienes mala cara.

- Hay que quitar ese sello - dije.

- Eso quiere decir que es un demonio - dijo Ivar - no quites el sello.

- Hazlo - dijeron las voces - hazlo.

Estaba empezando a volverme loco con tantas voces en mi cabeza y Ivar aconsejándome que no le hiciese caso, entre unas cosa y otras mi mano empezaba a moverse hacia el sello, Ivar intento detenerme pero ya era demasiado tarde, cuando quité el sello hubo una explosión de humo bastante grande, cuando se disipó el humo dejo a la vista una serpiente gigante de color morado, la panza era de color negro y sus ojos eran de color rejo sangre y el tenia ocho cabezas y ocho colas.

- Es Yamata no orochi - dijo Ivar - el bijuu de ocho colas (sí los bijuu existen en la mitología japonesa pero no son los mismos de naruto solo tienen en común Shukaku, Matatabi y el zorro de nueve colas solo que no se llama kurama).

- Vale - dije - ¿es bueno o malo?.

- Muy malo - dijo una cabeza que estaba a la izquierda de la cabeza central - ahora te voy a devorar.

- A mi me cae bien - dijo una cabeza al extremo derecho - ¿por qué te lo vas a comer?.

- Porque es un mestizo - dijo como si fuero obvio.

- Yo quiero seguir durmiendo - dijo otra cabeza que estaba al lado de la cabeza enfadada.

- Por los dioses - dijo la cabeza enfadada - llevas durmiendo cuatro mil años.

- Silencio - dijo la cabeza central - gracias por liberarme hijo de la muerte.

- A mi madre no le gusta ese titulo - dije tímidamente.

- Da igual - dije la cabeza central - como bien te ha dicho el hijo del viento yo soy un bijuu, mi elemento son los demonios y tú me caes bien, ademas me he aburrido mucho estos años y quiero pelear un poco, prometo por los siete anillos del yomi que no os matare.

Ivar y yo nos miramos y sopesamos si deberíamos aceptar ya que juro no matarnos.

- Si aceptamos - dijo Ivar - sera una pelea acorde con nuestros niveles de pelea.

- De acuerdo - ellos asintieron - ¿algo más hijo de la muerte?.

- Sí ganamos - dije empezando a enfadarme - seras mio, quiero decir, tu aras un pacto conmigo.

- Eso suena bien - dijo la cabeza central - pero ten cuidado un bijuu son casi tan fuerte como los mismísimos dioses - Ivar y yo nos pusimos pálidos -  que empiece el combate.

El Niño Prohibido: La Diosa EncarceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora