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Cuando Mariana entró en mi habitación, unos días después de mi encuentro con Mau, y me mostró que había subido una grabación de mi violación a páginas porno...se me vino el mundo abajo. Cogí su tablet (que era con lo que me estaba mostrando el vídeo) y la arrojé por los aires hasta que chocó con la pared y luego cayó al piso. Lamentablemente, como éstos eran acolchonados, no se rompió. Pero no tardé en correr a pisotearla mientras gritaba y lloraba hasta que la pantalla se hizo añicos. Me había arruinado la vida. En todos los aspectos. ¿Qué caso tenía ya comportarse bien? ¿Qué caso tenía si me pegaban? De todas formas, ya estaba muerta...

~•~

Cuando me llevaron al baño para que me bañara, vi que había una rasuradora, y supe lo que iba a hacer.
Después de varios cortes en los dedos finalmente pude sacar las pequeñas navajitas que contenía el aparatito. Suspire mientras las lágrimas se deslizaban por mis mejillas y cerré los ojos mientras pasaba el filo de las cuchillas por mi muñeca desnuda, haciendo un largo y profundo corte. Si eso no me mataba, entonces no lo volvería a intentar, pero, si lo hacía, entonces significaba que había sido mi hora, y que Dios sólo había decidido llevarme de una manera distinta.

Esos dos últimos días había pasado sin comer, solo bebiendo agua y casi sin dormir. Las imágenes de ese vídeo y los asquerosos comentarios no dejaban de aparecer en mi cabeza. Mi piel se había vuelto pálida y unas ojeras tremendas colgaban bajo mis ojos. Cualquiera diría que era un zombie.

-Ya estas tardando mucho- Cristian golpeaba la puerta para que saliera. Sonreí al saber que no saldría de ese baño por mis propios medios.

Cerré la tapa del inodoro y me senté. Me había mareado un poco y me entró un sueño terrible. Recoste mi cabeza por la pared y cerré los ojos, dejándome llevar. Lo siguiente a eso es muy borroso; Cristian golpeando la puerta y gritando cada vez mas fuerte, Cristian tirando la puerta abajo, Cristian gritando que eso no podía estar pasando, Cristian acercándose para tomarme en sus brazos, Cristian cargándome fuera del baño mientras gritaba que necesitaban llevarme al médico, y Cristian dejándome caer en una camilla. Usé mis últimas fuerzas para intentar quitar las manos del enfermero y decir "No", quiero morir -pero eso último no salió de mis labios.

~•~

Me habían trasladado a otra habitación. Una mas decente. »Quizá para que en los vídeos se viera mejor« pensé automáticamente. Sacudí la cabeza tratando de borrar esa clase de pensamientos. Mi muñeca estaba vendada hasta unos centímetros antes del codo, que era el tamaño de la cortada que me había hecho. Supuse que la habían cocido y demás. Mi otra mano tenía clavada la aguja que drenaba suero. Entonces supe porqué me habían cambiado de habitación. Era mas higiénica. Quienquiera que fuera el que me había atendido tendría que tener al menos un poco de buen juicio, así que necesitaba saber que estaba "en buenas condiciones". Eso y que de seguro recibiría una buena paga para que su boca quedara cerrada.

Después de unos minutos de tanto pensar, me dieron ganas de ir al baño, y gracias al suero, mi apetito había despertado. Me levanté despacio para no marearme y me bajé de la cama. Arrastré el perchero, según yo, del cual colgaba el suero, y me dirigí al baño que estaba dentro de esa habitación. Me puso feliz el hecho de que fuera un baño limpio, y mas aún que estuviera dentro de la habitación. Cuando terminé mis necesidades, me lavé las manos y volví a la camilla. Ya había estado internada una vez así que eso de manejarme con el suero no era una novedad para mi.

-Veo que ya despertó -. Un hombre, de unos treinta y tantos, entró en la habitación. Llevaba puesta una bata y unos anteojos gruesos.- Bien, señorita, personalmente recomendaría que la llevaran a un hospital mental, pero al parece su...-parecía intentar recordar algo - hermana no quiere dejarla, así que no me meteré-. Seguro hablaba de Mariana. ¿Qué mentiras le dijo?

Se acercó y revisó el suero. Por el movimiento, un poco de sangre había subido por el tubo que estaba conectado s mi brazo, así que tuvo que acomodarlo para que eso no quedara atascado y pudiera dañarme. Luego dijo que la comida me la traerían en unos minutos, sonrió y se fue.
En ningún momento le dije algo, así que supongo que por eso él tampoco habló de nuevo.

Tal como dijo, minutos después me trajeron una bandeja con comida. Me preguntaba dónde estaba Cristian, porqué no fue él quien me llevara el almuerzo sino una mujer. Pero, decidí no pensar en él. Total, ¿qué importaba lo que le pasaba? A él no le importaba lo que me pasaba a mi.

En fin, debo admitir que la comida estaba rica y, gracias a Dios, era abundante, porque me moría de hambre. Y sed, que se me pasó con el jugo de naranja. Esos eran los momentos en los que me gustaba estar viva. VIVA LA COMIDA.

-Veo que alguien tiene hambre... - no puede ser. Si es él juro que voy a llorar. Oh por Dios, oh por Dios, oh por Dios. Levanté la mirada y ahí estaba.

Mau acababa de entrar en la habitación y estaba parado frente a la puerta, mirándome, con los ojos llorosos

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Mau acababa de entrar en la habitación y estaba parado frente a la puerta, mirándome, con los ojos llorosos.

-Bueno...parece que algunas cosas nunca cambian - apreté los labios. No quería llorar, y no quería que viera mi brazo, pero ya que estaba ahí, suponía que estaba enterado de todo. Solo esperaba que no se hubiera enterado de los vídeos...

Sonrió y caminó hacia mi. Se sentó a mi lado y cogió mi mano.- Te quiero...- y...se desmayó. El suelo se llenó de sangre en instantes y vi que tenia una herida en la cabeza. No puede ser...

Fantasmas del Pasado (Screamau&Tu) #2 ImpossibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora