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Segunda semana de escuela, una escuela nueva a la que ya había logrado acostumbrarme. La gente era tan agradable allí que se sentía como si hubiera ido a ese colegio toda mi vida, como si me conocieran de pequeña y juzgarme ya no fuera interesante.

—TIERRA LLAMANDO A _____—. Noah. ¿Quién más si no ella?

—Shhh, no grites, asustas a las voces en mi cabeza— hice ojos bizcos para hacerlo mas dramático. Ella río golpeando la mesa, provocando que ésta temblara y botara mi botella de jugo de naranja. Había olvidado decirles: amaba la cafetería de ese lugar.

Aún no podía creer que un lugar así me hubiera aceptado, luego de dos rechazos.

—Bueno, bueno, no hagan tan obvia su falta de atención muchachas—. Paul había llegado a la mesa. Colocó su bandeja repleta de frutas y cosas saludables, y se sentó al lado de Noah.

Uno creería que Noah era una chica amargada, o tan "unica y diferente" que no la soportarías, pero era todo lo contrario. Pese a su cabello corto azul, no era una chica demasiado rebelde, vestía camisetas rosas todo el tiempo, y las combinaba con colores aun mas alegres, como el amarillo. Amaba también las faldas de jean, pero no usaba nada que le llegara a 10cm mas arriba de la rodilla, pues no le gustaba demasiado mostrar las piernas. Esto se debía a su tipo de cuerpo, su piernas eran más menudas que su torso, pero no demasiado, aunque ella afirmaba que "nunca había estado tan gorda". Yo creo que tener un poco mas de curvas no tiene nada de malo. En cuanto a su personalidad, era la persona mas alegre y risueña que conocí jamás. Pese a su rostro lleno de piercings (pues tenía varios es las orejas, uno en la nariz, y dos mas en los labios), su actitud no era nada ruda.

Paul, por otra parte, era todo lo contrario. Usaba pantalones de vestir todo el tiempo, color beige para ser exactos, con camisas blancas y algún chaleco de lana. El típico cerebrito.  Aunque sus notas nunca eran las mas altas de la clase, pero su inteligencia se notaba a kilómetros. Era muy bien hablado (cuando quería), y siempre tenía algún dato que agregar, no importaba el tema del que se estuviera hablando.

—Ya llegó su yankee sexy— Charlie avanzó hacia la mesa meneando sus caderas, con cuidado de no tirar nada de su bandeja de comida.

—Al fin, estábamos perdidos sin ti— comentó Paul. Charlie se sentó frente a él, a mi lado.

—Paul, ¿cuándo entenderás que no soy gay?—, respondió Charlie. Paul sonrió y Charlie continuó. —Aunque por esa sonrisita podría hacer una excepción— comenzó a subir y bajar las cejas exageradamente, mientras su boca formaba una sonrisa exagerada.

—Charlie, ¿cuándo vas a entender que no me gustan las niñas?— le respondió Paul. Todos en la mesa estallamos de la risa.

Ese era otro detalle que había olvidado comentarles, Paul era gay. Todo el mundo lo sabía, y a él no le molestaba. Es más, estaba feliz ee por fin poder ser quien realmente era, sin preocuparse por el qué diran.

Charlie, por su parte, era parte del club de lectura, sin embargo vestía como todo un galán. Con sus jeans rasgados, sus camisetas ajustadas, su cabello rubio peinado hacia atrás y su chaqueta de cuero, era un completo rompe corazones. Se apellidaba Watson, pero aquí nadie se atrevía a joderlo con Sherlock, excepto sus amigos. A él le gustaba, se había leído todos los libros y estaba orgulloso de "ser parte de una historia como esa", aunque es personaje no estuviera inspirado en él verdaderamente. A veces, debo admitir, me ponía un poco nerviosa, pues su perfume era perfecto, y su aspecto podría hacer derretir a cualquiera. En contraste con su look de chico malo, iba una personalidad infantil, aunque no tanto como la de Noah. Paul y él habían sido grandes amigos desde que Charlie llegó a México, que fue hace bastantes años (cuando ambos tenían 5 años), y desde allí no se habían separado, aunque ambos estaba conscientes de que Charlie podría volver a EEUU en cualquier momento. Hasta ahora, no lo había hecho.

—Bueno, si esa maldita profesora me vuelve a dejar en el aula más de la cuenta, juro que voy matarla—. Y entonces llegó el chico mas extraño de todos, el chico inteligente en matemáticas, pero pésimo en todo lo demás, el chico de personalidad rebelde, el que odiaba todo, pero vestía pantalones ajustados de colores  flúor.

—Alexis, siempre dices lo mismo, pero jamás te he visto matar ni una mosca—. Dije sin pensar.

Todos comenzaron a golpear la mesa al compás mientras pronunciaban un "uuuuuuuh" muy afinado, debo admitir. Reí, pero Alexis me miraba como si estuviera por matarme. Tomó un cuchillo de su bandeja y me apuntó con él.

—ARREPIENTETE DEMONIO— gritó. Todos rieron, pues el cuchillo no era mas que un trozo de plástico.

—Ya calmense, o nos regañaran de nuevo—. Alguien que había estado muy callado era Ivan. Él siempre era así, calmado y silencioso, pero cuando se trataba de regañarnos, le encantaba hablar.

—Ivan, ¿y si me das un beso? — le dijo Charlie.

—¿Me estas engañando con... ESE?— Paul se había levantado de la silla bruscamente, provocando que ésta cayera, y apuntaba a Ivan con un dedo acusador. Con estos chicos, nadie podría aburrirse.

—No amor, juro que no significa nada— le tomó la mano con la que apuntaba a Ivan, de forma dramática.

—Ya consiganse una habitación — comentó Alexis, metiendo un trozo de papa en su boca. El menú iba desde papas fritas, o pizza, hasta ensaladas, avena, o cualquier cereal. Él había elegido comer pizza y papas fritas. "Rebelde".

Luego de un poco mas de drama, todos tuvimos que volver a nuestras respectivas clases. Esta vez, me tocaba Biología, con Charlie.

—Te sentaras conmigo esta vez—, dijo, mientras Caminábamos por el pasillo— ya le he dicho a Nora que quiero cambiar de compañera.

—¿No se molestó?—, pronuncié, apretando el paso, pues sus largas piernas lo hacían caminar rápido.

—Un poco si, pero ahora ella tendrá una excusa para sentarse con la chica que le gusta—. Se encogió de hombros.

—Oh, no sabía que ella...

—Si, bueno, no se lo digas a nadie, sólo lo sabemos casi todo el colegio— me miró con una sonrisa burlona.—Es la razón por la que nos sentábamos juntos, ya sabes que las chicas debemos tener un mejor amigo gay...

Mordi mi labio en una mueca mientras rodaba mis ojos.— Creo que has leído muchas novelas de Wattpad. Solo falta que me digas que te has enamorado de ella.

Su cara cambió, como cuando un niño pequeño es descubierto haciendo una travesura. Me miró con esa cara de "oh-oh" que le haces a tu mamá antes de que te persiga por toda la casa con una chancla en la mano y su esplendorosa puntería.

—Ouh...— hice cara de que lamentaba haber metido la pata.

Él comenzó a reír fuertemente. — Es broma, tonta. No me gusta ella. En realidad, no me ha gustado nadie en mucho tiempo.

No supe qué contestar.

Giramos en el pasillo y apretamos el paso, pues sabíamos que estábamos retrasados.

—¿No eres gay o si?— me atreví a preguntar, esperando que no se ofendiera.

—Nop. Al menos eso creo. Pero en verdad nunca me ha gustado ningún chico... Aunque tampoco he tenido novia y mi mamá empieza a preocuparse porque no llevo ninguna chica a casa, además de Paul.

—¿No has tenido novia? Estás de broma— solté una risita, mientras trotaba un poco para alcanzarlo.

—Es enserio, supongo que no me gusta la clase de chica que se me acercan. Aunque tu no me disgustas ni un poco— sonrió de lado y me guiñó un ojo.

Antes de que pudiera contestar, llegamos al salón de clases.

Me había puesto nerviosa, ¿cómo se suponía que pasaría tres horas sentada junto a él luego de lo que acababa de decirme? Mis nervios explotarían.
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MIL PERDONES POR NO HABER ACTUALIZADO, SÉ QUE MUCHA GENTE DEJÓ DE LEER LA NOVELA Y SÉ QUE ES MI CULPA PERO ESPERO QUE VUELVAN A ENGANCHARSE Y QUE PUEDAN SEGUIR RECOMENDANDOLA, LAS AMO <3

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2017 ⏰

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Fantasmas del Pasado (Screamau&Tu) #2 ImpossibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora