#2

816 67 25
                                    

Habían pasado ya dos semanas desde que, nuevamente, fui secuestrada. Solo me habían permitido ver a Mau dos veces, pero no me importó, fue suficiente para mi. Luego de meses de sufrir porque creí que estaba muerto...con verlo una sola vez me bastaba.

Y ya lo vi dos veces.

Pero lo malo fue que, ambas veces, su cara estaba demacrada. Se podía ver que lo habían golpeado demasiado y que no lo alimentaban bien. Estaba muy delgado.

De Evan, no supe nada más. Pero, según lo que había escuchado cuando Mariana hablaba con uno de los matones, lo tenían junto con Mau, aunque no sabía si lo golpeaban como a él.

Yo por mi parte, también estaba sumamente golpeada, y no me daban de comer, solo me permitían un vaso de agua. ¿Les soy sincera? No se como sigo viva. Mis heridas estaban abiertas, mis moratones no sanaban y ya no podía mantenerme de pie. Apenas abría los ojos. No creía que pudiera vivir por mucho mas que dos días.

-Ey, perra... ¡TE ESTOY HABLANDO A TI, MALDITA!- sentí un golpe en mi mejilla. Comenzaba a volver a la realidad con el grito, pero ese golpe volvió a desorientarme. De todas formas, intenté mantener la cabeza hacia donde creía que provenía la voz. Me había enterado que el famoso "Chispita" se llamaba Cristian, y que "el otro matón" seguiría siendo "el otro matón" hasta que se me ocurriera un buen apodo, o hasta que me enterara de su verdadero nombre.- ¿Estas sorda?- se oía enojado.

-No..pero si sigues pegándome así, probablemente termine sin oídos- dije débil, y sonreí. En ese momento, mi labio inferior, que por cierto estaba seco, se abrió en la mitad, provocando que sangrara. Dolió, pero en los últimos días me había acostumbrado tanto a ese tipo de sufrimiento que no le di mucha importancia. Él sólo se rió de mi, al ver la sangre descender por mi labio y mentón.- Te he traído comida, aun no pretendemos que mueras- se burló. Y entonces dejó una bandeja con papas fritas y una hamburguesa, junto con un vaso lleno de Coca-Cola. No sabía si estaba alucinando o si lo que el matón en realidad quiso decir fue "aprovecha porque esta es tu última cena" seguido de algunos insultos sobre mi flor, si entienden a lo que me refiero.

En fin, no me detuve a pensar en si estaría envenenada o si simplemente se habían apiadado de mi pobre alma y me dejaban disfrutar una última vez antes de que me mataran a golpes o con una inyección. La primera opción era mas probable.

Cuando terminé de comer, mi estomago dolía. Había comido demasiado rápido, luego de semanas sin comer, y fue demasiado. Terminé vomitando todo y a las pocas horas volví a tener hambre. Entonces, me resigne y decidí dormir un rato, alejada del vomito, por supuesto.

Cuando desperté, oí pasos acercándose y alejándose, puertas abrirse y cerrarse, gritos y golpes... ¿Gritos?

Mau.

No se cómo ni de donde, pero saqué fuerzas y me acerqué corriendo a la puerta. Desde la pequeña ventana en la parte superior, no se lograba ver nada, solo el pasillo, pero acercarme a ella me había dado mas posibilidades de oír lo que ocurría fuera. Definitivamente era Mau, pero eran gritos de furia, no dolor. Como si estuviera golpeando a alguien. ¿Y si se liberó?

Justo cuando comenzaba a creerlo, Cristian pasó frente a mi puerta, llevando a Mau con las manos en la espalda y la cara llena de golpes. Le sangraba la nariz y parte del labio.
Mis ojos comenzaron a lagrimear instintivamente, no podía verlo de esa manera, tenía ganas de correr a abrazarlo y besarlo. Pero nada de eso pasó. Al contrario, mis piernas comenzaron a temblar y terminé por caer de rodillas. Tapé mi rostro con las manos y lloré aun mas fuerte. En todo el tiempo que había estado ahí, no había llorado, pero en ese momento exploté. Había experimentado todo tipo de sentimientos en esas ultimas semanas; bronca, desesperación, impotencia, tristeza, ansiedad, y de nuevo, bronca. Necesitaba descargar todo eso, y sólo conocía un método...

Oí que alguien hablaba en la puerta.

-¿Donde está? Te dije que la mantuvieras vigilada- era Mariana, y se oía furiosa.

-Pero si cuando pasé con el muchacho, ella miraba por la ventana. No puede desaparecer así porque sí- responde Cristian, con su voz tremendamente grabe.

¿Creen que no estoy?

-Ya sabes lo que pasará si no la encuentras- finalizó Mariana, y luego oí sus pasos alejándose.

Cristian respiró duro, parecía enojado, y frustrado. Por un momento pensé en mantenerme "oculta", pero no me serviría de nada, pues además de hacer enojar más a Cristian y Mariana, y que luego me den una paliza mucho mas dura, no me alimentarían y demás. Y si se lo comunican a Mau, probablemente se preocupe, o crea que me han asesinado, o algo parecido, no sé.
Finalmente me paré y miré por la ventana de la puerta. Cristian no tardó mucho en voltear y verme. Su rostro mostró alivio ir un momento, pero se tornó oscuro de inmediato. Se acercó a la puerta y la abrió con brusquedad, retrocedí para que no me diera con la puerta.

-¿Donde has estado?- se acercó amenazante.

-He estado aquí todo el tiempo.

-¿Y cómo es que no te vimos?- se oía cada vez mas enojado.

-Puede ser porque me visten del mismo maldito color que toda la habitación, puede ser que son algo ciegos, o puede ser que tenga un pasadizo secreto para ir a McDonalds y volver a que me golpeen porque soy una sadomasoquista y me excita que me revientes a golpes- enumeré. Quizá me pasé de la raya...

Él rió, y por un momento creí que eso haría que no me golpeara esa vez, pero me confundí.

-Bien, hagamos que la señorita se "excite"- hizo comillas con sus manos cuando decía la última palabra.

No intenté retroceder, o tirarme al piso, o llorar o gritar, simplemente dejé que me golpeara. Se había vuelto un hábito últimamente. Además, existe esa frase.."El cuerpo recuerda", aunque es mas utilizada para cuando retomas el gimnasio y cosas así, y esto no se parecía en nada al gimnasio...

Luego de que tuvo las manos lo suficientemente manchadas de sangre, y yo algunos huesos rotos, se retiró y minutos después ingresó Mariana, con alguien a su lado...

Fantasmas del Pasado (Screamau&Tu) #2 ImpossibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora