CAPITULO 4 "SEPARACION"

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Will se apresuró a cerrar la puerta de la ciudad, miro a Ramsey y le ordeno que corriera pronto con Leena y Dalayla hacia el imperio de Este, en el camino se encontrarían al ejército del Oeste que se quedó resguardando el paso.

Will tomo a 15 de los sobrevivientes y se apresuraron a prender fuego, incendiaron la puerta este y las trincheras de ese franco para dar tiempo a la huida de Ramsey. Ramsey subía la colina desde donde podía ver su poblado en llamadas, el lugar que lo vio crecer, y los cadáveres de sus amigos, de sus hermanos, de la gente que dio la vida para que el aun siguiera respirando, volteaba a ver a menudo y buscaba a su padre y los sol-dados que le venían cubriendo la retaguardia a algunos metros, si llegaba pronto a la torre de vigilancia de la cima Este, podría ver desde ahí el campamento aliado y avisar quemando la torre, para que los refuerzos se movilizaran, volvió su mirada una vez más, la puerta Este de la ciudad cayo, una horda de grises atravesaron el fuego eufóricos, hambrientos de sangre, y se dispusieron a perseguirlos, no fue eso sin embargo lo que le preocupo, sino que Will también se había percatado de la persecución, Will sería el en-cargado de detener la horda para que Ramsey prendiera fuego y esperar a que la ayuda llegara e interceptara a Leena y Dalayla.

A unos metros de la colina, Ramsey dejo a su madre y su hermana al cuidado de Turias, uno de sus mejores guerreros, un joven que había compartido varios momentos de su vida con él. Ramsey se apresuró a subir la colina para anticipar la llegada de los refuerzos y quizá así salvar la vida de su padre, corrió con todas sus fuerzas, llego jadeando a la cima, volteo la vista una última vez, y se encontró con la imagen de Leena, Dalayla y Turías avanzando a toda velocidad, más abajo la desgarradora imagen de Will en posición de combate, los grises los habían alcanzado, 15 contra 50, 15 heridos, 15 devastados emocionalmente, apretó los dientes, se tragó el temor debía prender fuego pronto, subió a lo más alto de la torre donde se encuentra la paja y la brea, se dispuso a quemar pero se detuvo. El campamento encargado de cuidar el cruce estaba en llamas, quizá aún se encontraban en batalla quizá estaban derrotados, tuvo que pensar pronto, tuvo que tomar decisiones precipitadas, tuvo que hacer sacrificios instantáneos, donde todos debían morir, donde sacrificaba su vida, y lo más doloroso, la vida de su padre, todo, pero Dalayla, la pequeña, ella tenía que sobrevivir, ella no tenía la culpa, ella era el tesoro más grande de la familia, y aunque ella fuera la causante de la pérdida total de su madre, para Ramsey, era su hermana, era su sangre, eran los ojos negros de su padre, era el color de piel de su madre, era la belleza de ambas almas combinadas, era su vida, y la amaba.

Ramsey bajo la colina sin encender la torre, alcanzo pronto a Turias, en un acto que significo todo un ritual para Ramsey, se despidió de Leena y de Dalayla, encargo a Turias que rodeara hacia el sur la colina y que bajara sin detenerse, no había esperanza en el Este, detrás de ellos venían los grises, el Norte seguramente había sido derrotado ya que el ejército nunca apareció, así que el sur es el único lugar seguro. Leena no pudo dar un paso más, corrió a los brazos de Ramsey, lo abrazo lo beso, y le dio las gracias; El corazón de Ramsey se conmovió fuertemente, él sabía que no lo amaba como a un hijo, pero qué más da, era un abrazo sincero, el amor se transmitió, ella estaba agradecida porque estaba salvando a Dalayla, y su abrazo era sincero, Ramsey no pudo resistir más, la abrazo fuerte y lloraron juntos unos segundos, se soltaron y Leena emitió una última frase:

- Salva a Will

Esta frase perforo su corazón, tomo su espada y corrió nuevamente a la torre de vigilancia, unos relámpagos decoraron el ambiente, Ramsey sabía que tenía que llegar a tiempo, tenía que atraer a la cima a todos los soldados, eso dejaría un camino libre a Dalayla y a su madre. Subió pronto a la torre y la incendio, bajo, vio entre los arboles la batalla de su padre, su padre se alejó unos metros, de la guerra vio la antorcha de auxilio, sonrió y se dispuso a entregar su vida.

Las antorchas se movilizaron en el paso, la noche comenzaba a caer, y se hacía evidente que un ejército se aproximaba hacia la cima, Ramsey había logrado llamar la atención, ahora se disponía a descender y morir junto a su padre, comenzó el descenso sin dejar nunca de ver la batalla desde arriba. Entre los arboles vio nuevamente a su padre, sonreía tras vencer a sus rivales, de repente, Will corrió a la cima desesperado, varios grises lo seguían, giro hacia el sur con la intención de desviar a los grises del este, intentando dejar el camino libre para Ramsey según el plan. Al ver esto Ramsey desespero, solo llevaría al ejército más cerca de Turias y Dalayla y su madre.

¡PADREEEEEE¡ - un grito desesperado salió de los labios de Ramsey, eran 500 metros de distancia entre ellos, pero el grito logro ser captado por Will, quien inmediatamente se agacho para esquivar a un rival, lo atravesó con su espada, y giro rápidamente para ver a Ramsey quien bajaba desesperado, no se notaba el cuerpo con vida de ningún aliado más, Will se aferró a la tierra ya mojada por la lluvia que comenzaba a derramarse, comenzó a correr en dirección a Ramsey, los grises lo alcanzaban de poco, Will huía de ellos como un Ciervo huye de sus cazadores, a sus costados veía a sus rivales quienes los rebasaron para enjaularlo, uno más lo alcanzo por la espalda y le roso el torso, Will giro y lo degolló, al mirar de nuevo hacia arriba, supo que era demasiado tarde, los grises a su costado lo habían alcanzado y le estaban cerrando el paso para seguir avanzando, lanzo su espada para atravesar al gris que se aproximaba a su derecha, voltio a ver a Ramsey, y sonrió, movió lentamente la cabeza de un lado a otro, como mostrando una negativa, como despidiéndose, lo vio con ojos negros, ojos conmovidos, ojos de esperanza, ojos que se tiñeron de rojo en el siguiente segundo, mirada que se apagó lentamente, el cuerpo de Will comenzó a caer, se aferró a la vida, gano segundos, se balanceo sobre el enemigo, llegaron más grises, pero el luchaba a pesar de sufrir heridas, su mano derecha se alzó para detener el filo de una espada, sus huesos duros, su piel guerrera no fueron arma-dura suficiente, su sangre teñía la tierra y se mezclaba con los pequeños ríos que se formaban a causa de la lluvia que se enfurecía cada vez más. Ramsey vio a su padre lu-char hasta el último suspiro, supo que no podría hacer nada más, corrió hacia el norte colina abajo, volteaba a ver a cada paso a su padre, vio entonces como su brazo cedió ante el hierro de los grises, su corazón se conmovió, su rostro frio se volvió cálido, se deformo y lloro, lloraba tanto, una última vez lanzo su mirada hacia su padre, una espada atravesaba su costado, sus miradas se cruzaron una última vez, una mirada de amor, de esperanza, una mira interrumpida por un gris, quien cerro de inmediato los ojos de Will, deslizó el filo sobre su cuello, apartando la cabeza de su cuerpo, Ramsey se quedó perplejo al ver tan terrible escena, se tropezó incluso con el lodo y rodo algunos metros colina abajo, apenas pudo ponerse en pie y olvidar el dolor de la caída e ignorar las heridas de guerra, pero nunca podría olvidar a partir de hoy, la imagen de la trágica muerte de Will, no podría soportar ni cargar con la idea, de no estar ni siquiera seguro de que Dalayla estuviese a salvo, pero tenía que intentarlo, a pesar de todo, tenía que huir, tenía que llamar la atención de los grises, tenía que alejarlos de su esperanza, Ramsey corrió toda la noche, no lo consoló la lluvia, ni la luna, ni las estrellas, no lo cansaron las horas corridas al bajar la colina, aun al llegar el alba corría hacia el Norte, corría solo, siempre dejaba rastros, siempre anhelaba que lo persiguieran, para él, ser perseguido, significaba liberar a su madre y a su hermana. Por estaciones Ramsey fue un fugitivo, aprendió a sobrevivir en las colinas, al frio, al hambre, cazo campamentos grises y ase-sino a cada soldado que podía, se volvió loco, vivía como poseído, su rostro reflejaba odio, solamente odio, sentimiento que fungía como anestesia a sus pesares.

40  Soñador 892

Pasadas muchas noches, aproximándose al Norte, encontró un campamento, se disponía atacarlo como solía hacerlo con los grises, pero noto que eran hermanos de las colinas, los estudió por un par de días, la experiencia de los traidores lo había dejado precavido.

Llegando a la conclusión de que el campamento era aliado, y que narraban la derrota del poblado de Will con melancolía, salió de entre los arboles una noche, preocupo su silueta a todos los que acampaban, pero antes de entablarse en batalla, lanzo su es-pada cerca de la fogata.

El hierro rojo brillo y cautivo a todos en el campamento, una voz gruesa y sin sentimientos interrumpió el silencio:

Soy Ramsey, hijo de Will, caído en batalla contra los grises, guardo odio y rencor al igual que ustedes, daría todo por venganza, sé que un pueblo fuerte y hermano aún vive, es el pueblo detrás del paso – se calló por un momento y prosiguió a dictar sentencia a su llamado: si alguno aun honra las vidas de nuestros hermanos en las colinas, tomen sus cosas, recojan el campamento, marcharemos al Este.


Hierro Rojo  "Una noche en las colinas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora