Hierro Rojo "Una noche en las colinas"

PROLOGO

Yo Rabadam, no suelo contar historias, mucho menos escribirlas; Sin embargo no soporto ver tu angustia al no tener respuestas, veo en tus ojos que temes a lo desconocido.

No es eso y ni siquiera es el hecho de que nuestra tierra conocida está a punto de desaparecer; sinceramente, lo hago porque todos los días de mi vida, podrían por fin concluir viendo el encuentro de dos mundos que hasta hoy pensábamos eran inexistentes.

Escucha con atención Jaden, ya hay historias escritas, y anécdotas que se cuentan en los cantos, ésta sin embargo es la que hasta hoy nadie ha escuchado, conócela y después encuéntrate con las hazañas que nuestro mundo engendra, y quizá, encuentres tu propósito en esta historia:

Todo comenzó una noche, las mejores historias comienzan en las noches...

Paul vio una sombra moverse entre los arbustos, no se dirigía al campamento, al contrario, huía de él. No debía dejar la guardia, pero presentía que debía seguirlo. Así lo hizo, persiguió la sombra alejándose a un 1 kilómetro del campamento hasta que vio una cabaña, era una muy particular estaba abandonada, parecía una granja de gente muy acomodada quizá del tiempo de la guerra de los 12 héroes. Llamo su atención una luz fuego en el fondo de la cabaña una luz discreta, la cual pudo ser observada solo por un experto en la guardia nocturna. Paul se acercó y con toda la cautela de un cazador, coloco su pupila justo en una abertura a una distancia considerable, para observar lo que ocurría dentro.

El fuego de una hoguera inundaba el interior de la cabaña creando sombras danzantes, las cuales cobijaban el amor de una pareja. El joven tomo de la cintura a la amada, provocando que sus frentes se unieran, la miraba a los ojos, y el deseo y la adrenalina se encendía entre ellos, sabía que la mujer estaba correspondiendo al juego seductor del varón, se dejaba llevar por el brazo que la acercaba a su cuerpo, en cierto momento los brazos de la dama rodearon el cuello de quien la poseía y se dejaba acariciar, aunque la escena era turbia, denotaba que esos besos irradiaban un amor sincero y entonces cayeron juntos sobre las sabanas preparadas en el piso.

Una mano desestabilizo la danza constante de los cuerpos, para fusionarse con las piernas de la amada, sus labios no se dirigían más a los labios carmesí de la doncella, ahora acariciaban su cuello y esto era el causante de los sollozos y gemidos prematuros, además de los temblores involuntarios que la mujer emitía.

Un brazo femenino se atrevió también a romper la simetría de los cuerpos, si dirigió a su propia espalda, bajo lenta-mente un cierre, mientras se dejaba amar por los besos y las caricias de su amado, y con lentitud y extrema cautela se descubrió los hombros, sometió al joven haciéndolo girar hacia abajo, y tomo la posición de mando, ella se encontraba sobre él y después de asegurarse que tenía el control, continuó con el excitante despojo de sus prendas, dejo ambos pechos al descubierto y antes de perder el control, el joven se lanzó sobre ella, le mordió los labios, y coordino sus ma-nos, para que una mano acariciara sus pechos, mientras que la otra, no dejara libre los mulos de su doncella.

Los minutos pasaban y el amor iba en aumento, ya ambos desnudos, sin prendas, sin temores y sin prejuicios, la joven retomo el control , coloco a su amado entre sus piernas y lo amo con movimientos lentos y ansiosos.

Paul no podía dejar de mirar semejante acontecimiento, sin embargo el hecho de que una pareja se alejara kilómetros para tener una noche de romance era algo que o podía dejarlo en paz. Las luces del fuego menguaban y disparaban sombras por toda la cabaña. Una luz aclaró la escena de amor, y entonces descubrió el rostro de la joven.

El rostro de Paul palideció, se alejó del orificio, se alejó de la granja, caminó hacia el bosque desconcertado, sus manos temblaban, no sabía si de coraje o desilusión, gotas de sudor descendían de su frente acompañado de un temblor frío en todo el cuerpo. Cerró ambos puños y caminó para retornar a su guardia.

- Pero Rabadam, que fue de Ramsey?

-Es una historia interesante, en las colinas el corría y el eco del viento rosando su espectro lo estremecía una vez más, el sigue vivo, apenas ileso. No hay tiempo para rendirse cuando tu vida está en peligro, no puedes parar, no puedes sentir, no debes extrañar, en cualquier historia es así, pero esta es diferente, esta historia no sigue los estereotipos de un mito heroico, lo sabemos, Ramsey no teme por su vida, no huye por su vida, no es la frustración de no seguir respirando lo que lo mantiene en pie.

El deseo de ver nuevamente esos ojos negros es lo que lo dota de fuerza. Ahí, entre el cansancio, el dolor, la sangre, y el amor, contrasta con el brote de adrenalina un sentimiento de frustración. Cada golpe de su corazón contra su pecho, es un gemido de desesperación, de dolor, de culpa.

Escucha Jaden, las cosas no brotan de la nada, los sentimientos tampoco. Son las circunstancias las que te forman como persona, y hoy te contaré como las colinas pueden cambiar tu vida.