CAPITULO 3 "ENFRENTAMIENTO"

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7 Soñador 892

(Sobre Ramsey)

Las campanas no siempre anunciaron buenos presagios, no siempre anunciaron bodas, nacimientos, nombramientos, las campanas eran un sonido terrorífico, eran pánico para la población de las colinas. Desgraciadamente, otra vez sonaban alterando el humor de los habitantes del poblado de Will, habían pasado ya 6 años, desde la muerte de Truman y su caravana, desde entonces las colinas se organizaban independientemente incluso en campamentos para proteger el comercio interno, se había desarrollado además un nuevo sistema de asalto, los miserables caminantes, se habían aliado con poblados hermanos para formar guerrillas y atacar ya no solo a caravanas sino incluso a los poblados, la evolución de esta campaña militar fue muy rápida, un día eran ladrones que atacaban en solitario, hoy son bandas que se han atrevido a atacar incluso poblados enteros.

Ramsey es ahora un adulto bastante experimentado en batalla, secunda a su padre en cada guerra blandiendo ese hermoso hierro rojo, elevándolo victorioso tras cada batalla, su nombre y sus hazañas recorren las colinas a gran velocidad, su habilidad ha sido indispensable para que el poblado de su padre se mantenga tras cada batalla.

El presagio del día lluvioso pasa desapercibido para todos, a pesar de las campa-nadas que generalmente anuncian muerte, el pueblo vive confiado, el pueblo sabe que su fortaleza no ha sido invadida en los últimos años, saben que vencer a Will y a Ramsey y todo su ejército sería una hazaña heroica, y el tiempo de los héroes ha pasado ya.

La estación anterior, en el tiempo en que los arboles florecen, la metrópoli hizo correr un memorándum por las colinas, anunciaba que por decreto del consejo las colinas debían integrarse como una ciudad de la metrópoli, se ofrecía incontables beneficios, pero infinitas obligaciones, cabe mencionar que los pueblos aledaños a la metrópoli habían sido añadidos ya a este magno imperio, las barrancas y las 3 casas habían sido también sometidos como aliados, solo las arenas y las colinas permanecían hasta hoy independientes. Se amenazó al pueblo de las colinas de que, al no ser voluntariamente agregados, serian forzados.

"nosotros no somos los caminantes, nosotros no marchamos con un número menor a una Horda, nosotros si somos guerreros, nosotros sí sabemos mover centenares, nosotros conseguimos lo que queremos, y Will, lo sabe..." - fueron las palabras ultimas del memorándum que llego a manos de Will y de todos los poblados de las colinas.

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Se había anunciado entre los habitantes de las colinas, que era muy probable un ataque al poblado de Will, directo al centro para debilitar el ánimo de los aliados, se acordó por lo tanto en reunión privada, una emboscada en caso de que los grises, el ejército básico de la metrópolis, intentara un ataque devastador, se prepararon 4 ejércitos, Will y el ejército de guerrillas se mantuvieron dentro del poblado, el ejército del sur aguardo en las colinas del norte, y el ejército del Oeste se situó bloqueando el paso del Este, La estrategia era clara, en el caso hipotético de ser destruidos, se tendría una huida hacia el Este, donde el movimiento de un gran comandante tomaba fuerzas.

Cuando las campanas dejaron de sonar, un hombre a caballo con vestiduras grises se acercó a la puerta de las trincheras.

Última oportunidad –grito con voz firme-

Las puertas de la trinchera se abrieron dejando ver el rostro fijo y la inconfundible mirada fría del muchacho, ojos color miel, como los de su madre, tez morena como la misma, imposible negar su raíz, aunque había sido negada por ella toda su vida, sus músculos infundían temor, las venas resaltaban a pesar del volumen y el color de piel, su cabello siempre recortado tenía una simetría perfecta con el bello facial, abrió la boca para mojar sus labios con su lengua y desenfundo su hierro rojo.

Hierro Rojo  "Una noche en las colinas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora