-¡Mel, estamos aquí!- Gritó Carla desde el otro lado del comedor escolar, agitando el brazo en el aire como una posesa.
La mayoría de las personas de las que constaba la sala se giraron a mirarme, algunos se volvieron a lo que estaban haciendo, por otro lado otros me miraban, como solían hacer siempre, mientras me acercaba a la mesa en la que me reclamaban.
-Pero, ¿qué ven mis ojos? Si es Melanie Johnson.- Peter intentó poner cara de sorpresa, a lo que yo respondí con una sonrisa tímida.-Otro curso nuevo y cada vez te veo mas guapa...- Me guiñó el ojo con falsa picardía.
-Cállate McRivers.- Mandó Carla a Peter mientras bajaba de encima de la mesa y mascaba uno de sus muchos preciados chicles.- ¡Ayyy Mel! No sabes cuanto te he extrañado.- Dijo mientras me abrazaba.
Carla como siempre olía a frutas ya que en todo momento, excepto cuando comía, siempre mascaba chicle.
- ¿Que tal tus vacaciones por Miami?¿Algún chico interesante?¿O tendría que decir algunos chicos? -Dijo con una sonrisa de salida.Sabes esa sonrisa picarona en la que levantas cejas y pones cara de acosador. Pues era justo esa sonrisa.
-No, ya sabes, lo típico, tres por semana y tal- vi como unos chicos de la mesa de al lado se giraban a mirarme por lo que había dicho mientras yo me reía.- Pero ninguno interesante.- Intenté parecer lo mas seria, pero solo era una de muchas de las bromas que me hacia con Carla.- Por cierto, he escuchado que te andas viendo con Jason ¿cierto?-
-¡Que va! Solo son rumores.- Soltó una pequeña carcajada mientras hacia un gesto de negación.
-Chicas siento interrumpir tan interesante conversación.- Puntualizó Peter.- Pero seria conveniente que fuésemos yendo hacia la clase.-
-Cada año eres mas muermo McRivers.- Dijo Carla mientras le hacia una mueca y dirigía su pequeño cuerpecito fuera de la sala.
Nosotros la seguíamos por los pasillos unos pasos mas atrás ya que ella era la única que sabia que clase era la nuestra.
Hasta desde lejos se podía divisar su larga cabellera rojiza, que al igual que mi melena rubia, era lisa y le rozaba la parte baja de su espalda.
Carla y yo no teníamos muchas diferencias entre nosotras, a excepción del pelo y el color de ojos ya que los suyos eran de color azul marino y los mios verdes, pero a pesar de eso eramos casi iguales.
Estaba mirando a los chicos nuevos que habían junto a las taquillas cuando noté que algo me impedía seguir avanzando.
Carla.
Se había parado justo delante mía, mientras observaba al grupo de personas que se acercaban.
Nada mas y nada menos que Madison Harper y sus secuaces: Jessica y Scarlet.-Mira Madison pero si es la tonta rubia de bote.- Dijo Scarlet con voz burlona mientras rizaba unos de sus oscuros mechones.- Y su pelirroja perrita faldera.-Señaló a Carla.
En ese instante me impulse hacia delante con la idea de propinarle un puñetazo en su operada cara pero el brazo de Peter me detuvo.
-No vale la pena Mel, pasa de ellas y vámonos.- Desvié mi mirada de asesina que se dirigía hacia Scarlet para posarla sobre Carla que estaba tan roja como su cabello de la rabia que contenía.
-Carla mejor vámonos, no quiero meterme en problemas el primer día.- Dije mientras la agarraba del brazo y estiraba de ella, a lo que ella respondía sin moverse ni un centímetro.
-¿Qué pasa Johnson, este año vas a ser la niña bonita del director para que no te castiguen como lo hicieron todos los años pasados?- Dijo Madison posicionando su brazo derecho sobre su cadera como la gran pija que era.
-Cierra el pico Madison.- Escupí.- Aparte a una pájara como tu no le hace falta que le diga lo que voy a hacer, tu vida es tan aburrida que vas a estar ocupada descubriéndolo.- Agarré a Carla de nuevo y esta vez si conseguí que se moviese, pero antes de desaparecer de allí Madison soltó:
-Bueno, tranquila, no hace falta que lo descubra, últimamente estuve con Ryan y me contó mas de lo que imaginas.-guiñó.
-Te habrá dicho lo mínimo para que te sintieras satisfecha y así poder acostarse con una perra como tú.- Le lancé con maldad.
Un momento, ¿Ryan y Madison?
¿Que cojines hacen esos dos juntos y hablando de mi?
Mejor hago como si no me importase.-¿Perra?- Casi chilló con esa vocecilla de chihuahua.-¡Aah!- Se acercó y levantó la mano para golpearme cuando lo esquivé y le di un puñetazo en su operada nariz.
Ella cayó al suelo y sus amigas se acercaron a limpiarle el rojizo liquido que emanaba de ella.-Esta me la pagarás Johnson.- Dijo entre lágrimas.
-Sigue soñando Harper.- Le dije mientras me giraba en dirección al despacho del director, ya que sabia que en breve me llamarían para que acudiese a él.
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¡Dos semanas! Dos semanas tenia que quedarme todas las tardes ayudando a la bibliotecaria por haber ayudado a Madison a arreglar su horrenda cara.
Vale, es cierto, le había roto el tabique pero no me había dejado otra opción, no iba a dejar que una princesa resentida me pegara delante de todos siendo yo la mejor boxeadora del condado.
Yo no lo aparentaba pero me entrenaba cada día para lo que se me fuese a venir encima. Yo odiaba que a las mujeres se nos tratase como figuras débiles a las que siempre tienen que venir a rescatar y por eso decidí empezar con el boxeo.
Estaba en mi habitación pensando en como escaparme del castigo cuando el sonido de marcha atrás de un camión me saco de mis pensamientos. Me acerqué a la ventana para ver que era ese semejante escandalo que perturbaba mi paz y vi como un camión de mudanzas aparcaba delante de la casa de al lado de la mia.Eso significaba: Vecinos nuevos.
-¡Meeeel!¡Baaaajaaa!- Chilló mi hermano desde la planta de abajo.
Yo vivía sola con mi hermano ya que nuestro padre nos abandonó y nuestra madre era una gran mujer de negocios que siempre estaba de viaje y casi nunca tenía tiempo para sus dos hijos. Lo cierto es que a veces echaba de menos tener un apoyo por parte de mis padres pero luego aparecía James con sus cosas de hermano mayor y ya me bastaba.
-¡Melanie! No me hagas subir a buscarte.- Volvió a escucharse por toda la casa.
-¡Voooooooy!- Abrí la puerta y bajé las escaleras de dos en dos para darme mas prisa.
James estaba tumbado en el sofá mirando el móvil. Llevaba su típica camiseta de manga corta blanca y sus vaqueros desgastados.
-¿Queee?- Dije con desgana.
Él levantó la vista para inspeccionar la ropa que llevaba.Yo como siempre al llegar del instituto me ponía unos shorts cómodos y una camiseta de tirantes ya que siempre había sido una chica acalorada.
-Cámbiate, vamos a conocer a los vecinos nuevos y a darles la bienvenida.- Se levantó del sofá y se empezó a acomodar la ropa y a pasarse las manos por su cabello.
-¿Todavía estás ahí?- Me miró.- Venga, venga.- Empezó a dar palmadas para que yo me moviera así que subí a mi cuarto para poder cambiarme e ir a ver a los vecinos nuevos.
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El Chico Del Tejado
Novela JuvenilToda mi vida hasta hoy había sido...mmm...¿normal? Si, creo que se podría decir así. Estaba a punto de acabar el instituto, tenia los mejores amigos que uno pudiese desear, una vida envidiada por cualquiera... Pero un día llegó gente nueva a la ciud...