La sección.

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¿Como cojines ha entrado en mi habitación?

-¿Estas segura de que tu y yo no nos podemos divertir de ninguna forma?- Y ahí estaba de nuevo, esa sonrisa de acosador.

- Mira, ¿a ver como te lo digo para que entre en esa cabeza de chorlito...-

-Uyuyuy, ¿cabeza de chorlito?- Me mostró su preciosa sonrisa.- Enana, esa no es forma de divertirse.-

- Te he dicho que yo no me quiero divertir contigo- Intenté sacármelo de encima, pero nada, no se movió ni un centímetro.- Y ¿a que viene eso de llamarme todo el rato enana? Me llamo Melanie Johnson, estúpido.-

-¿A que viene?- rió- ¿No salta a la vista? Eres muy bajita Johnson.-

- Y ahora me llama por mi apellido, esto es alucinante.- Dije poniendo los ojos en blanco.
Sus manos agarraron las mías y las colocó detrás de mi cabeza, inmovilizando mi torso.

-¿Que te crees que estas haciendo Lourens?- Dije sorprendida.

-Estas tan mona cuando te frustras...- Fue lo último que escuché antes de ver como su cabeza se enterraba en el hueco entre mi cabeza y mi hombro, y empezaba a dejar húmedos besos por mi cuello.
Trague saliva, incómoda y para no soltar un pequeño gemido.

Pero, ¿que cojines?
¿Que se cree que está haciendo?
Y ¿porque no lo detengo?
-Porque te gusta.- dijo mi conciencia.
-Cállate.- Le respondí.

La verdad es que me gustaba, pero no podía darle el gusto de tenerme así tan pronto. No todavía.

-¿Has terminado ya de hacer el estúpido?- Le dije con la esperanza de que dejase de torturarme con esa lengua tan experimentada.

-Luego dices que yo te pongo motes.- Me contestó sacando su cabeza de mi cuello y rozándome la cara con su suave pelo negro.

-Si eres estúpido es cosa tuya ¿no?- Me lo saqué de encima y me levanté para acomodarme la ropa.
Al dirigir mi mirada hacia él, lo vi sentado en mi cama hechandose el pelo hacia atrás.

¿Porque tiene que estar tan jodidamente sexy en mi cama?

-¿Aun sigues ahí?- Fue lo único que se me ocurrió para dejar de pensar en el de esa forma.- ¡Venga!¡Fuera!- Le coji de un brazo levantándolo.

-Encima que te vengo a visitar.- Me puso carita de perrito abandonado para luego darse la vuelta y saltar a su balcón.

Así que así entro XD.

-Bueno enana, esta vez has ganado tu, pero la próxima no te será tan fácil escapar de esto.- Se paso las manos por todo su musculoso cuerpo.

-Estúpido.- Y le cerré las cortinas en la cara.

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Después de otro pesado día en la cárcel a la que llaman instituto, ya me encontraba otra vez en la biblioteca ordenando libros, atendiendo a alumnos y aguantando a las secuaces de Madison, que después de lo que le hice a su líder, se pasan todo el día metiéndose conmigo a la mínima oportunidad que tienen y como saben que por el castigo no puedo hacer nada.

-Perdona Mel.- Me interrumpió Jess.- ¿Sabes si tenéis mas libros de este tipo?- Me dijo en un tono tan bajito que casi no la oí.

-Si, en el tercer pasillo de la derecha.- Le indique con el dedo.
-Gracias.- Y vi como se daba la vuelta y dirigía su pequeño cuerpecito donde le indique. Bueno lo de meterse conmigo solo lo hace Scarlet. Jess se pasa las horas mirando todos los libros que puede sobre fotografía.
Ella no me parece tan mala chica, lo que no entiendo es como una chica tan tímida y buena chica vaya con una arpía como Madison.
Mire la hora en el gran reloj de la pared.
¿Donde se ha metido el novato?

El Chico Del TejadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora