CAPÍTULO XXVI

25 5 1
                                    

Acabamos de entrar en la habitación de Tobías y no tardo en recrear en mi mente la escena de ayer. Me giro hacia él para comprobar que no me había visto mirando hacia el escritorio, pero lo descubro mirando la singular mesa de su habitación, al darse cuenta de que le estoy mirando reacciona.

-Bueno..., ¿qué me tenías que explicar?—voy a empezar a hablar cuando la perfecta mirada de Tobías me lo impide—¿Val?

-Ah, sí—Contesto saliendo del trance en el que me había quedado mirando sus ojos—Es sobre Cristóbal.

-¿Qué te ha hecho ahora?—Dice un poco molesto.

-Nada, nada, tranquilo.—me pienso un momento que decirle y por donde empezar y continuo hablando.—Ayer cuando llegué a mi casa encontré un sobre, era de Cristóbal. Me pedía perdón por...por prácticamente todo, lo que me hizo sentir mal, y también me dijo que me quería y que hoy al finalizar las clases quería hablar conmigo.

-¿Y bien?—contesta rápidamente un poco intrigado o puede que molesto. ¿De qué? ¿De celos?

-Hemos decidido ser sólo amigos.

-¿Y tú quieres que seáis sólo amigos? ¿No te gusta?—Tobías tiene una expresión en la cara como con dudas. —Val, ¿te sigue gustando Cristóbal?—insiste.

-He aprendido a controlar mis sentimientos y ellos están más seguros si Cristóbal sólo es mi amigo.

-Ya...pero yo no te he preguntado eso.—los ojos de Tobías están fijos en los míos y se me hace imposible desviar la mirada.

-No lo se, no puedo contestarte a eso. Ahora sólo lo veré como un amigo pero... Es mucho tiempo guardando esos sentimientos hacia él, no es fácil borrarlos todos de una.

-Ya veo...—dice un poco decepcionado.

Me acerco un poco más a Tobías y le cojo suavemente del brazo, de su fuerte brazo. Él me vuelve a mirar.

-Cristóbal ahora sólo es mi amigo—digo con una leve sonrisa—y si mal no recuerdo, él solía ser el tuyo.

-Lo sigue siendo.

-¿Ah sí? ¿Y cuándo quedasteis por última vez?—digo con un tono desafiante.

-No hemos tenido tiempo de quedar desde...

-Desde que me conociste.—término su frase.

-Sí

-Ya lo sabía.—digo sonriendo.— No quiero que os distanciéis por mi culpa.

-No lo hacemos.—Me réplica instantáneo ganar razón.

-Sí lo hacéis, pero esto se ha acabado.

-¿A qué te refieres?—me pregunta extrañado.

-Pues que este viernes os vendréis los dos a ver una película en mi casa.—digo con cara victoriosa.—Ya se lo comenté a él antes.

-Estás empeñada en lo que quieres, ¿no?

-Así es, pero ahora me tengo que ir.

-Está bien.

Tobías me acompaña hasta la puerta de la entrada.

-Hasta el viernes, tengo muchas ganas, tres amigos viendo una película y comiendo pizza—digo riendo.

-Hasta el viernes.—le doy dos besos a Tobías y me doy la vuelta.—Pero yo no quiero ser sólo tu anigo.—dice antes de que yo empiece a andar. Me giro y nos quedamos unos segundos mirándonos sin decir nada, yo le sonrio y me vuelvo a girar.

Con lo de Cristóbal se me olvidó hablar con Tobías lo de ayer, pero ahora no tengo tiempo, ya he perdido demasiado tiempo castigada en el instituto y hablando con Tobías, tengo que volver a casa a estudiar.
El viernes hablaré con él antes de que llegue Cristóbal.

SENTIMIENTOS CONFUSOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora