— ¿Irte?, Harry, ¿no crees que es algo drástico? —preguntó Gemma, ofuscada.
—Lo es, Gemm, pero tengo que hacerlo.
Él chico la tomó de las manos y se sentó a su lado.
—Sé que drástico, incluso yo lo siento exagerado pero tengo que encontrarme, tengo que seguir. Sé que soy todavía muy idiota y muy inmaduro pero sé que me enamoré completamente de él y tengo que olvidarlo, dejarlo ir, conocer gente nueva, conocerme a mí. Si sigo aquí viendo a las mismas personas no voy a poder avanzar.
— ¿Qué es lo que opina mi mamá?, ¿Qué opina Robin?
—Ellos me lo plantearon. No quería pero tienen razón, hay cosas que tengo que arreglar ahora mismo. No puedo seguir cayendo una y otra vez en lo mismo, he estado en este punto de mi vida que no sé quién soy realmente. Me he perdido completamente, nunca pensé en mí desde que conocí a Louis, ¿sabes cuántos años han sido? ¡Cinco años!, cinco años que no he hecho algo por mí si no por él. No sé si en realidad me gusta ir a cenar fuera o quedarme en casa. No sé si me gusta escuchar otra música que no sea el rock. Nunca pensé en mí y ese fue el mayor error de mi vida, ¿Qué sentirías tú si te perdieras cinco años de tu vida? —intentó que el nudo en su garganta lo dejará hablar—No sé quién soy, Gemma, no sé quién soy ni dónde puedo llegar y quiero descubrirlo. Quiero hacer cosas yo solo, quiero salir con personas que en realidad les agrado, quiero conocer gente nueva, quiero tener amigos que en realidad me quieren y no que me tengan lastima, necesito seguir con mi vida. Y aquí, junto a todas esas personas de mierda no podré.
—Vamos a extrañarte mucho—Gemma, sonrió—Y si me topó a ese idiota de Louis voy a matarlo.
Harry sonrió.
— ¿Tú no estás molesta por mi sexualidad?
—Harry, ¡Por Dios!, eres mi hermano. Pueden gustarte los hombres, las mujeres, ¡los ovnis!, igual voy a seguirte queriendo.
Harry sonrió aún más.
—Gemma, los ovnis son las naves, quisiste decir marcianos.
— ¡Me entendiste!
Harry rió. Era la primera vez en dos días que en realidad reía.
Había tantas cosas que no podía soportar en ese momento. Era cierto lo que había dicho; era aún tan inmaduro pero su sentir era tan grande que no podía con él. Solo quería que todo volviera a como era antes. Antes de Louis. Antes de estar enredado en sus complicaciones. Antes de sentirse miserable todos los días. Estando allí no podía. Verlo todos los días en sus clases, topándoselo en los pasillos, caminando por las calles, no iba a ayudarlo.
Había pensado tanto en Louis que se había olvidado de él mismo.
— ¿A dónde irás?
—Terminaré la preparatoria en Irlanda con la tía Aeryn, vendré los días festivos y llamaré todas las noches...
—Voy a extrañarte mucho, pequeño.
Sabía que su hermana trataba de no llorar.
—Oye, me iré por un tiempo, no voy a morirme.
Los dos sonrieron.
—Veras que cuando menos lo pienses estaremos juntos de nuevo—Harry la miró—Aparte, ¿crees enserio que voy a dejar de molestarte toda una vida?
Ella rió.
—Al menos descansaré de ti por un tiempo.
— ¡Ya vamos viendo el lado positivo!
Los siguientes días fueron todo un caos. Tuvo que preparar las maletas con todas sus cosas, tuvieron que mandar otras por paquetería y cada vez, poco a poco, veía como aquella habitación iba quedando vacía.
El último día antes de irse tomó camino hacia el parque cerca de su casa, algunas personas lo saludaron y otras solo lo observaron.
Era un día gris sin colores. Algo típico de Londres, ¿no es así? Observó aquél cielo insípido, era tan difícil dejar todo lo que se conoce y aventurarse hacía un lugar tan desconocido. Una ráfaga de viento corrió por su rostro y unas ganas de llorar lo tomaron desprevenido. Se sentía miserable, triste, no quería hacerlo, no quería dejar a su familia y de algún modo no quería dejar de ver a Louis pero tenía que ser fuerte. Louis ya no podía ser parte de su vida ahora. Tenía que encontrarse con él mismo antes de que acabe desconociéndose.
Era una sensación extraña. Como si se sintiera libre pero siguiera aferrándose a algo. Anhelaba un cambio pero no estaba seguro si el irse era necesario. Extrañaría verse con su familia para desayunar, extrañaría caminar hacia la casa de su mejor amigo para recogerlo, extrañaría regresar y jugar videojuegos toda la tarde. Extrañaría a Louis.
Una lágrima rodó por su mejilla. Incluso antes de irse ya lo extrañaba, ¿cómo se puede extrañar a alguien que te hace tanto daño? Ni siquiera él tenía la respuesta. Habían sido tantos años juntos, tantas peleas y tantas reconciliaciones, tantas risas y tantos secretos. Todos ellos yéndose hacía el vacío, al igual que su amistad.
Caminó un poco más mirando el suelo. Si tan solo pudiera verlo una vez más, observar aquellos ojos azules, mirar su sonrisa y sus ojos enchinándose... No, no lo haría. No podía flaquear un día antes de irse.
Tenía que dejar atrás todo, por el bien de él. Era hora que comenzará ser egoísta y pensar en él mismo que en Louis.
Observó por última vez aquél lugar y caminó directo a su casa.
—Recuerda comer tus comidas a la hora de siempre, recuerda tus tareas, sabes que tu tía es muy liberal no te aproveches de eso, trata de no darle problemas, no dejes de ir a la preparatoria y sobre todo...—
—Me cuido, lo sé, mamá—Harry sonrió—Me lo has repetido mil veces.
Su madre lo miró por unos segundos y lo abrazó fuerte.
—Voy a extrañarte demasiado, bebé. Por favor, no olvides llamarnos todos los días...
—No lo haré, lo juro.
Escuchó como su madre lloraba en su hombro y la abrazó con más fuerza. Odiaba ver a su madre de esa forma pero sabía que si protestaba iba hacerla llorar más. No quería que sufriera.
—Te amo, no lo olvides—dijo por fin, apartándose de su hijo.
—También te amo.
— ¡Pequeño! —gritó Gemma, abalanzándose sobre él
— ¡Grandota! —respondió, feliz y respondiendo el abrazo.
—Extráñame es una orden.
—Intentaré hacerlo pero, ya sabes, estar dos años sin ti será una gloria.
Ella sonrió. Y se apartó de él lentamente.
Observó a su padrastro y este lo estrechó en sus brazos.
—Cuídate, ¿sí? No vayas hacer cosas malas.
Harry sonrió.
—Lo haré, cuida a mis princesas.
—Prometo hacerlo.
Tomó las pesadas maletas que yacían en el suelo de su sala y caminó hasta la puerta donde lo esperaba el taxi ansioso por irse. Miró a su pequeña familia abrazada y sonriéndole, una imagen que iba a quedársele por un largo tiempo. Sonrió. Iba a extrañarlos mucho.
Tomó el picaporte de su casa y salió al exterior.
—Al aeropuerto, por favor—comentó, entrando al auto.
No había vuelta atrás. Resopló con fuerza y un gran miedo se introdujo en todo su cuerpo durante todo el camino hacia su destino y uno aún más grande entró cuando se sentó en la silla del avión.
Adiós, Inglaterra.
Adiós, familia.
Adiós, ojos azules.
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Friendzone »Larry Stylinson«
Fanfiction- ¿Qué pasa si te declaro mi amor? -Harry, tú no eres gay. -En una realidad alterna, si yo te diría que me gustas y te pediría ser mi novio, ¿tú..? -Te diría que no pero que podíamos ser amigos. Harry arrugó el entrecejo. -Auch. -No l...