CULPABLE

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Anubis quedó sorprendido con la respuesta de Badur, ¿qué le estaba pasando? Bueno, no es como si no lo supiera todo el tiempo estaba pidiéndole que lo dejará libre aunque eso significara matarlo, ahora finalmente lo estaba.

-Sabes Badur es algo contradictorio lo que estás haciendo, normalmente la gente le teme a la muerte no a la vida.

-No es que le tenga miedo a vivir.

-Sí, sí lo haces. Si no fuera así estarías rogándome por dejarte al lado suyo; pero le tienes miedo a conocer la felicidad y dejarla ir. Además soy un Dios lo olvidas. Podemos tenerle miedo a los errores Badur pero no le temas a lo que todavía no vives.

-¡Y qué pasará cuando todos me dejen solo! ¡Entonces qué!-decía a punto de llorar.

-La soledad no se siente estando solo Badur, la soledad se siente, cuando el dolor es insoportable. Ya sea vivo o muerto ese dolor no va a desaparecer.

Anubis miraba al muchacho con la esperanza de que recapacitara pero al no ver cambio en su expresión además de la del temor decidió mirar hacia otro lado.

-Es tu decisión; pero que quede claro que yo no tendré que ver con ella. ¿Entendiste? Pensaba que yo era el que te ataba pero las cadenas siempre te las pusiste tú.

Sentía que se estaba comportando como un niño pero bueno de cierto modo lo era y no es como si esperara otra actitud de Anubis pero que beneficio traería estar vivo. Bastet se había lastimado por su culpa, casi mata a la hija de Maât, Aten lo consideraba un traidor y ahora el Sacerdote Sem se había transformado por él, si seguir con ellos iba a significar verlos sufrir no podía permitirlo.

-Si te quieres morir hazlo adecuadamente. Estoy seguro que él te ayudará.

Antes de poder reaccionar Badur ya estaba respirando nuevamente en su cuerpo aunque con dificultad. Anubis había sido muy brusco al unirlo por la fuerza.

-Así que quieres morirte.-decía el gato negro mirándolo con rencor.

-¿Bastet? Ngh...- el rubio había tomado su cuello clavando sus garras en él mientras lo miraba fríamente.

-Si tanto quieres morirte me lo hubieras dicho y no me habría tomado la molestia de hacer tanto por ti.

-¡Ngh! Está bien, no me molesta, de hecho...entre tú y tú compañera prefiero que seas tú.

-¿Por qué? Porque siempre tienes que ser así, desde que éramos niños eres así. Te preocupabas más por los demás que por ti mismo. ¡Si vas a preocuparte por los demás, entonces al menos preocúpate por lo que yo siento!

Ya no podía cargar con lo que tenía y de inmediato se puso a llorar soltando el cuello de Badur, abrazándolo por la cintura. El pelinegro quedo en shock, ¿desde niños? ¿Acaso él y Badur se habían conocido? ¿Estaba siendo egoísta? No, ese gato era muy tonto como para tocar temas tan profundos de él. Quizás lo que Anubis había dicho tenía algo de verdad, nunca supo lo que era compartir con alguien además de Aten y de hecho se mantenía a línea para evitar oscurecer ese brillo en él, sin embargo, con Bastet había compartido más que con el mismo Aten o con cualquier persona.

-Perdón, gatito.- susurraba acariciando el cabello del otro.- Siempre término pidiéndote disculpas.

-Badur...yo...

Sus palabras se interrumpieron cuando escucharon a la chica gritar. Chat había olvidado por completo a su compañera, dejándola peleándola con el otro.

-Hablaremos luego, por ahora ponte a salvo.

-Espera, Bastet.-decía agarrando su brazo.-Voy contigo, tengo que hablar con el Sacerdote.

El hijo del Sol y la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora