Sentada sobre cornisas puntiagudas
con mirada perdida hacia el horizonte tardío
que lleva consigo letras pérdidas
y el recuerdo de sus osadías.
Llega el inefable sentimiento
a la pequeña que quiere hacerse sentir
porque dice a la vida vino a vivir.
Se suelta el cabello
y comienza a bailar sin cesar,
hasta drenar su alma,
hasta quedar seca.
Encontrará alguna vez eso que está buscando, desde que los gemidos estallaron,
desde que está rota en mil pedazos,
desde que tiene borrachera de utopías
que dice "hoy a la salida del sol emigraron"