Un corazon latiendo en la palma de tu mano.

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Hay veces que Karamatsu no puede dormir, y se pasa toda la noche pensando en diversas cosas como por ejemplo que hacer cuando amanezca.

¿Seguir durmiendo?¿Verse en que posición se ve más atractivo antes de salir? Ah, cierto. Primero debe desayunar, si señor. !Todo un día productivo se basa en un desayuno nutritivo¡

Ah, todavía es de madrugada. Ya estaba a punto de saltar de la cama.

Suspira.

Contempla el techo para perder el tiempo pero se aburre demasiado rápido. Gira su cabeza a la izquierda y nota que Todomatsu esta acurrucado en su brazo, karamatsu sonríe ante ese hecho con una calidez naciendo de su pecho.

Observa mas allá de su espacio y nota que Osomatsu y Jyushimatsu están acorralando literalmente al pobre de Choromatsu. Lo tenían en medio de una cruzada de piernas y brazos, cada parte colocadas específicamente en el rostro amargado de Choromatsu.

La sonrisa de Karamatsu se hace mas grandes he inconscientemente atrae más al cuerpo de Todomatsu en un abrazo.

Su corazón saltaba de lo emotivo de la situación.

Mira más allá y ve un bulto de sabanas un poco separadas de sus tres hermanos cercanos. Frunce el ceño.

Ése debe ser Ichimatsu.

El impulso de levantarse y confirmar de que este bien son más fuertes. Hace un lado a Todomatsu con la mayor delicadeza posible y se levanta del Futon, luego camina lento pero seguro.

Se arrodilla al lado del bulto de sabanas, se muerde los labios por los nervios, su mano está a unos miserables centímetros de la manta azul.

No quiere despertar a Ichimatsu ya que debe de estar muy cansado desde que llegaron a la casa. Los sermones del hermano mayor, en pocas palabras, Osomatsu, no son nada agradables, honestamente.

Osomatsu creía que estaban metidos en drogas...

Karamatsu sonríe un poco por el pensamiento pero de nuevo se concentra, con mano temblorosa toca la manta.

No está.

Karamatsu aplasta la manta y ésta cede a la fuerza dando a entender que Ichimatsu no está ahí.

La inquietud se hace mas fuerte en el interior de Kara.

Se levanta decidido con la manta colgando de su mano, camina despacio por la habitación hasta llegar a la puerta, la abre y con la misma delicadeza al comprobar que sus hermanos seguían durmiendo la cierra en seco.

A pesar de que cerró la puerta con cuidado, el sonido retumba en los oídos de Todomatsu que en todo este tiempo estuvo despierto.


El menor de los matsuno aprieta la sabanas donde debería estar su hermano mayor.

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