Capítulo 10

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Vuelvo hasta la sala. Lorenzo está charlando con Fabián y Max. No sé qué hacer. Son las 12:30 de la noche. Salgo hasta el jardín. Abro el marcador del teléfono y marco el contacto de Rafa.
- Hola, Pamela- dice Rafa al responderme.
- Hola, te dije que te marcaría mañana. Ya es mañana- le digo.
Escucho su risa espontánea al otro lado del teléfono.
-Estás en lo correcto. Quería pedirte algo- continúa
- Emm... ¿Algo, cómo qué? - le pregunto curiosa.
-¿Quieres ir conmigo al cine más tarde? - dice Rafa.
- ¿Eso querías pedirme? - le pregunto divertida por su nerviosismo.
- En realidad no. Pero que vengas conmigo al cine. Ayuda.
- Entonces pasa por mi a las 5:30 ¿Te parece? - le pregunto.
- Si. De acuerdo. Te veo a las 5:30.
- Listo. Nos vemos, cuidate hasta entonces- me despido.
-Igual Pamela. Besos.
Guardo el celular en la carterita de mano que he traído conmigo. Giro mis talones para volver a dentro. Me encuentro con Lorenzo, me mira con el ceño fruncido.
- ¿Quién pasará por ti a las 5:30?- pregunta Lorenzo. Su tono bastante fastidiado me inquieta.
-¿ Desde cuándo te doy informes de lo que haré?
-Mmm te voy a enseñar a respetarme en cuanto seas mi novia- dice enfadado. -¿Tu novia? Oh, querido. Siento decepcionarte.
- Te enamorarás de mi, Pamela. Mucho antes de lo que crees- me dice. Sus ojos castaños brillan por la intensidad de sus palabras.
Y yo sonrio de medio lado, ignorando sus palabras. Paso por su lado y entro a la fiesta.
Lorenzo camina detrás de mi.
- Eres muy sensual- murmura.
¿está de broma? Ja!
-Es así como pretendes que sea tu novia?
Él ríe y se adelanta hasta llegar a mi lado. Coloca su mano en mi cintura y nos vamos hasta dónde están los chicos.
- Hey chicos, hasta que por fin vuelven- dice Max.
Nos mira a ambos con desconcierto. Y Lorenzo responde típico y arrogante.
- Nos han extrañado mucho- les dice.
Todos ríen con sarcasmo y yo pongo los ojos en blanco.
- ¿Has hablado con Isabella?- pregunta Belén a Lorenzo.
Se hace el silencio.
- No te importa Belén- dice al fin Lorenzo.
Ja! Entrometida.
-Está bien- refunfuña Belén.
La miro con superioridad. Y ella aprieta los dientes furiosa.
-¿Quieres bailar?- me pregunta Lorenzo.
-No.
Me toma de la mano y me lleva hasta la sección de la amplia sala dónde están bailando.
Posa una de sus manos en mi cintura y nos movemos lento acorde a la linda pieza musical que inunda el lugar.
Me acerca mucho a su cuerpo. Su olor, sus ojos, su boca. Me siento especial. Me gusta.
- Estás hermosa- murmura a mi oído.
- Gracias- susurro.
Enamórate de mi.
Se aleja un poco de mi. Me observa sin decir nada y acerca sus labios a los mios. Me da un beso tierno y casto.
Me quedo sorprendida y él me observa serio sin expresión en el rostro. Bajo la vista y cuando vuelvo a mirarle, los ojos de él están desviados hacia un punto de la pista de baile.
Vuelvo mi rostro mirando a esa dirección y ahí está ella. Hermosa y elegante. Viéndolo a él. Mirándose recelosos. Vuelvo a mirar a Lorenzo y sé que ese tierno beso no trae consigo ni pizca de sentimiento.
Tonta. Él aún la quiere.
No quiero seguir bailando. Ellos seguirían intercambiando miradas. Yo estorbo entre ellos dos.
- Deberías bailar con ella- murmuro. Mi voz se oye débil y no soy capaz de mirarlo a los ojos.
- ¿Nadie te ha enseñado a no inmiscuirte en asuntos ajenos?- pregunta serio y se queda quieto.
- Lo siento- susurro arrepentida.
Vuelvo mis ojos hasta ella. Me mira, sonríe y regreso a verle a él.
- No vuelvas a mirarla- me pide.
- No puedes decirme a quién mirar y a quién no- le digo
La canción termina y él toma mi mano. La mira a ella y baja sus ojos para sonreírme a mi.
Pamela, no dejes que te use.
Llegamos hasta nuestro grupo de amigos, bueno en realidad son amigos de él, yo apenas los conozco.
Empiezo a sentirme incómoda. Cristhian y Ana están charlando al otro lado de la sala. Voy hasta dónde esta mi hermana.
-Ana- le digo.
-¿Qué tienes?- pregunta preocupada. Frunce el ceño ligeramente.
- Nada, estoy cansada. Me voy a casa.
- Pero si aún es muy temprano- dice Cristhian. Hace un pucherito tierno, que nos hace sonreír a Ana y a mi.
- Bienvenido Cristhian- dice una voz delicada detrás de mi.
- Gracias Isabella- responde Cristhian serio, y creo que agradece solo por cortesía.
Ana se incómoda de pronto. E Isabella le sonríe.
- Ana Velicod- saluda Isabella a mi hermana. Ana la mira impacible.
- Isa- responde ella. No sonríe. De pronto todos estamos incómodos.
Isabella me mira y sonríe
Cristhian se da cuenta de la poca cortesía que ha mostrado conmigo.
- Pamela es la hermana de Ana- le dice a Isabella.
- Un gusto conocerte- se acerca y me besa en la mejilla.
Noto la presencia de lorenzo a mi lado.
- Mi amor- besa los nudillos de mi mano.
- Por favor, Lorenzo. Basta- le suplico. Mi voz es un susurro casi inaudible.
Sé que es por ella. No quiero que me use para lastimarla. Ella lo quiere y él solo actúa como un chico inmaduro.
- Lorenzo. Presta a Pamela, las llaves de tu auto- le dice Ana.
-Mmm. ¿A dónde va?
- No es necesario que se vaya a casa - dice Cristhian.
- Quiero irme a casa- les digo.
Isabella aún sigue con nosotros y la miro incómoda por su presencia.
- ¿Por qué sigues aquí?- le pregunta Lorenzo a Isabella. Que nos mira avergonzada.
Se disculpa sin motivo y se retira. Nos quedamos callados.
- Yo te llevo Pamela- dice Lorenzo al fin.
- Puedo ir sola. No es necesario- le digo.
Me agarra del brazo y jala de el sin aplicar mucha fuerza.
- Yo te llevaré- dice Él. Abraza mi mano con la suya como si quisiera dejar en claro, que soy suya.
Abre la puerta del auto. Subo y rodea el auto nuevamente para subir él.
Conduce a velocidad normal. El silencio reina entre los dos.
- ¿Por qué haces esto?- le pregunto. El silencio es más incómodo que comenzar una conversación con él.
- ¿Hacer qué?- dice él. Ha dejado de mirar la carretera para verme a los ojos.
- ¿Qué es lo qué te hizo ella, que te lleva a querer lastimarla?
No lo he mirado cuando he preguntado.
- ¿Quién coño te has creído que eres?- gruñe furioso.
- Nadie. No quiero saber de ti, ni siquiera me importa qué es lo que haya pasado entre ustedes. Pero te voy a pedir algo. No te atrevas a utilizarme como lo has hecho hoy- Le digo impotente. Quiero gritarle groserías. Pero intento controlarme.
- ¿Estás celosa?- me pregunta divertido.
¿está de broma, el puto cabrón?
- Vete al infierno Lorenzo.
- Hasta ahí llegaré, si es contigo- dice.
- Tss. Triste imbécil.
- Te azotaré un par de veces si no dejas ya de faltarme el respeto- amenaza.
- imbécil, imbécil, imbécil.
- Celosa.
- Ja. Bromeas imbécil.
Acelera para asustarme y yo grito de miedo.
- Miedosa- dice entre risas.
- ¿Miedo? vete a la mierda imbécil- le digo chillando de pánico.
- Bajaré la velocidad, si aceptas que te gusto- dice Lorenzo. Pica más a velocidad lo que nos hace ir hacia atrás con fuerza en nuestros asientos. Agradezco tener cinturón de seguridad.
- Estás loco- le grito.
Bajo la ventana del auto y el aire me azota la cara. Me siento bien.
Lo miro a él y está sonriendo.
- Estás muy guapa, Pamela- dice.
- Entonces... ¿yo te gusto?
Se queda con la boca abierta. Al parecer no se esperaba una pregunta así.
Sonríe de medio lado. Y se ve muy guapo.
-Me gustas- Regresa sus ojos a la carretera- ¿Yo te gusto?
- No.
Detiene su auto a un lado de la vía. Regresa a verme divertido. Y yo me inquieto.
- Así que no te gusto- murmura.
Se acerca a mi. Tiene sus labios tan cerca de los mios pero no me besa
- Te mueres porque te bese- murmura arrogante.
- No.
Nuestros alientos se mezclan. Ambos hemos bebido vino.
Se muerde los labios un poco y quiero besarlo.
- Si quieres amarme, entonces nena. No te contengas- me susurra. Y es una invitación a sus labios. Lo beso suave y me derrito por dentro. Muerde mi labio inferior y empiezo a sentir calor.
- Mmm.
- Me gustas- pone sus manos en mi cuello y mete su lengua en mi boca.
Mmm besa bien.
- Tú. No me gustas- murmuro junto a sus labios casi sin aliento.
Muerdo sus labios. Y sonríe.

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