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#10 Nine Ends

#10  Nueve puntas                      //G.A.S//

−Te lo estoy diciendo, Zayn. −Harry alzó la voz contra el teléfono y giró la cabeza sobre su hombro para comprobar que no había despertado a Noelle. Cuando lo hizo, intentó bajar el tono, pero vocalizó con la misma rabia arrastrada en cada sílaba. −El maldito signo apareció en su frente, de la nada.

−Me has dicho que era una estrella de luz, ¿verdad? −respondió Zayn con mucha más serenidad que Harry, incluso curiosidad debería decir.

En estos momentos, Zayn se sentía... diferente. Ahora estaba viviendo en un apartamento, a las afueras de Ottwend y había dejado la fría habitación de internado atrás. Estaba lejos de estar a salvo, pero sí con la mente en calma y libre de la sensación de peligro.

Zayn escuchó atentamente las indicaciones de Harry acerca del signo. Cogió un cuaderno, e intentó dibujar una estrella de nueve puntas. −¿De qué color eran los puntos que la unían?

Harry empezó a caminar en círculos por la cabaña de Noelle, mientras se desordenaba el pelo con la mano libre.

−No sé...¿ámbar? Puede que naranja, o algo así. −su boca se hizo un lío de palabras frustradas. Giró su cabeza hacia el techo y cerró los ojos por unos segundos. Suspiró con frustración. −No lo sé, no me fijé muy bien.

Harry volvió mirar a Noelle, quien dormía tranquilamente sobre su cama. Recordó algo que le había llamado la atención en el bosque y detuvo su paso en seco, frente a la ventana. A través de ella, vio el azul del cielo apagándose alrededor de las siluetas de los árboles, el marrón de los ojos de Noelle fundiéndose en negro...

−¿Alguna vez te he hablado de los colgantes de la Previa del Ánima? −preguntó Harry.

−No detalladamente.

−Durante la Era del Ánima, los colgantes eran utilizados por Ulves en los rituales de curación. Pero, tengo entendido que los de la Academia son réplicas, simples piedras decorativas con el color Ulve y Utro...

−Y crees que pueden tener otro significado. −afirmó Zayn.

−Estoy seguro de ello. Y no solo eso, pienso que algunos colgantes son los auténticos, los que se perdieron hace años.

−¿Por qué estás tan seguro?

−El colgante de Noelle −murmuró−, comenzó a brillar justo en el momento en que apareció el signo de La Estrella.

Harry hizo una pausa, atento a la reacción  de Zayn.

Zayn se mantuvo en silencio; algo que hacía muy a menudo cuando intentaba juntar las piezas de un rompecabezas. Siempre los resolvía −hizo algunos garabatos y anotaciones en su cuaderno y revisó uno de los libros que se había traído del internado−, pero esta vez, faltaban demasiadas piezas.

−¿Alguna idea? −preguntó Harry, impaciente, al no recibir respuesta.

−Nada. −contestó su amigo como si hubiera escapado de un trance. −Va a ser muy difícil sacar una primera deducción basándome sólo en el material que tengo aquí. Puede que encuentre algo en los archivos más antiguos de la bóveda.

−¡No! −gruñó Harry de inmediato. −De ninguna manera. No puedes ir, no vas a regresar allí.

−No hay de que preocuparse. −contestó Zayn muy seguro.

Harry volvió al paso intranquilo.

−Zayn, intentaste desertar. Nunca lo olvidarán. Y al mismo tiempo te llevaste una de las armas más poderosas que poseen...−dijo y Zayn tragó saliva, temiendo que Harry supiera algo. −Tú. Tú eres una de sus armas más poderosas. Inventaste los sueros y ellos los necesitan. −suspiró. −Debiste haber venido conmigo...