Mientras pedaleaba por las amplias calles de South, Noelle seguía estando segura de que, a estas alturas, Parker ya habría regresado a casa. En la academia, le había dicho a Liam que se encontraba mal; y eso, siendo Parker Frost, significaba que había salido a tomar aire fresco, quizás a dar un paseo por el bosque o el puente helado. Y ahora estaría en su habitación durmiendo, escuchando música, o ambas cosas a la vez.
Pasó de largo el cruce para llegar a la academia, la estación de autobuses y llegó a Jakes Hameron Street, dónde se extendía una larga calle escoltada de árboles que empezaban a perder las hojas. Un último rayo de color ocaso brilló en el rostro de Noelle cuando divisó el número 47, la casa de los Frost. Las nubes, que para su sorpresa no iban cargadas de agua, se empaparon del color azul y lo arrastraron hasta el horizonte. Estaba anocheciendo.
Dejó la bicicleta plateada apoyada en la valla. Caminó hacia la entrada casi dando zancadas y tocó el timbre dos veces. Pero, no hubo ningún sonido que siguiera.
Esta vez, tocó en la puerta con los nudillos. Esperó unos segundos. Pero nadie contestaba. Se retiró unos pasos de la entrada y miró hacia arriba: la ventana de la habitación de Parker estaba abierta de par en par.
−¡Park! −gritó, esperando verle asomado con su pelo desordenado, característico de los sábados por la mañana, y su sonrisa de labios fruncidos. −¡Parker!
Pero nada de eso sucedió. Estaba empezando a impacientarse, pero aquello sólo confirmaba su teoría. A Parker le gustaba dormir con el volumen de música tan alto que, a veces, cuando le observaba dormir ❌❌❌❌❌
"Algún día te quedarás sordo." Le decía Noelle.
"Sordo, puede. Pero duermo yo de maravilla. Liam, debería probarlo. Se agobia demasiado por los exámenes y nunca pega ojo." Contestaba él.
Finalmente, rebuscó en su mochila y sacó las llaves que Clea le había dado a su madre, para casos de emergencia. Giró la llave y después de un empujón con el hombro derecho, estuvo dentro de la casa. En una primera vista, Park no estaba ni en el salón, ni en la cocina. Así que subió directamente por las escaleras hacia su habitación.
La puerta estaba entreabierta. Y la habitación estaba a oscuras, pero por el resquicio de la puerta, se podía percibir una luz zigzagueante.
−¿Park? ¿Estás ahí? −empujó la puerta y esta chirrió un poco.
Aquella luz emanaba de una vela turquesa y demasiado desgastada que ardía sobre la mesilla de noche. La tenue llama se mecía, balanceándose de un lado a otro a causa del viento que entraba por la ventana. Parker solía encenderla cuando tenía algo importante entre manos, cuando no podía dormir o, lo que es lo mismo: en la semana de exámenes finales.
Noelle encendió la luz de la lámpara. La cama de Park estaba vacía, y perfectamente hecha. Y no había nadie en la habitación. Estaba claro que Parker no se encontraba allí. Pero si no en estaba en casa, ¿a dónde podría haber ido? Y, ¿por qué irse sin avisar a nadie?
Descubrió unos cuantos papeles tirados por el suelo. Seguramente se habrían caído del montón de libros que había sobre el escritorio. La mayoría eran apuntes de matemáticas, pero otros, dibujos sin terminar e imágenes en blanco y negro sacadas de internet.
El viento seguía movimiento los papeles y Noelle vanzó para cerrar la ventana. Una vez que lo hizo, se dirigió a colocar los papeles en el montón.
*DECIR COSAS DEL ESCRITORIO*
Todo eso, sólo podía significar una cosa.
Noelle marcó el número de Liam rápidamente.
−¿Si?
−Es Parker, lo ha vuelto a hacer. Se ha ido.
−Liam, lo ha vuelto a hacer. Se ha ido.
−A ver, Noelle, explícate, ¿a dónde se ha ido?
−Al bosque, ha ido a buscar esa...otra mansión, o lo que sea. La Mansión Melliza, creo que la llama.
−No puede ser. Pero si había dicho...Le prometió a su madre que no volvería a hacerlo. Seguir con eso sólo le traerá problemas.
−Lo sé... −suspiró. −En su escritorio tiene estos mapas de la biblioteca... −revisó la etiqueta de la contraportada. –Y han sido sacados cuatro meses atrás. Al parecer nunca ha dejado e buscar.
−En realidad, le comprendo, Liam. Quiero decir, sé que esa mansión no existe, pero de alguna forma para él olvidarse de encontrarla es como... traicionar la memoria de su padre. Y Park nunca haría eso.
− Entonces, ¿qué hacemos? Está prohibido atravesar esas partes del bosque. Espera, ahora que el Doctor Hayman es dueño del pantano, no podrá pasar por ahí, ¿verdad? Tendrá que dar media vuelta.
−Conseguirá atravesarlo, créeme.
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Blue Veins » | EN EDICIÓN |
Fiksi PenggemarBienvenidos a la ciudad en donde los demonios caen, no tienen alas, se enamoran... "¿No lo entiendes? Él está en mi cabeza, está en mis venas. He sido creado y diseñado en su forma más literal para romperte el corazón." El manto de la ciudad de D...