Desesperación.

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Ha llegado el punto en el que ni el llanto ni los deseos que se piden antes de dormir logran curar el vacío que me ha quedado después de aceptar que ya no estás junto a mí.
Te he escrito tantas veces que ya perdí la cuenta.
He pedido tantos deseos que las estrellas están hartas de mí.
Los días pasan tan lento y las risas que antes me llenaban de alegría hoy tan solo son sonidos huecos que disfrazan mi desesperada soledad.

Cartas al vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora