Aquellos dedos entrelazados.

551 45 0
                                    

Y cuando me tomó de la mano,
Juro que podía sentir como encajaban a la perfección.
Y me imaginé lo bonito que sería pasear tomada de su mano y sonreír por el paseo.
Lo mejor de todo era la manera en que me tomo de la mano y me miró, como si tratara de ver mi reacción.
Sus ojos, llenos de ternura y curiosidad me alegraron el alma.
Pero jamás se completó aquella historia.
Y hasta la fecha...
Nunca se han unido de nuevo aquellas manos nerviosas.

Cartas al vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora