8.Winter

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Hice al menos 5 cuadras y el auto negro del chico misterioso frenó frente a mi.

-Sube- Ordenó.

-Deja de seguirme.- Contesté

-He dicho que subas.-Me presionó mientras me miraba desde la ventanilla con mirada desafiante.

-No quiero, vete.- Intenté seguir mi camino y bajó del auto y lo rodeó hasta donde estaba.

-Dije que subas- Me tomó del brazo fuertemente y abrió la puerta del co-piloto.

-Me estás lastimando-Me quejé.

 No dijo nada, simplemente me arrojó dentro del auto, dio la vuelta y entró, arrancó tan rápido que pensé que chocaríamos.

-Hubiera sido más fácil si entraras por tu cuenta.- Observó mi mano acariciando mi brazo.

-No tienes derecho, no quería entrar, ni mucho menos verte.- Miré al otro lado de la ventanilla.

-Que lástima,lo haz hecho igual.- Miraba hacia la carretera 

-A la fuerza.- Me crucé de brazos y bufé.

Por varios minutos nadie dijo nada, y en el auto reinaba un silencio incómodo. 

-¿A dónde vamos?- Lo miré.

Sin respuesta.

-Ehhh, ¿A dónde vamos?- Repetí.

Sin respuesta.

-¿Me puedes decir dónde demonios vamos a ir?- Lo miré

-No.- Dijo simplemente.

-¿Por qué no? Puedo denunciarte por secuestro.- Alcé las cejas.

-No lo harás.- Apretó la mandíbula.

-¿Cómo estás tan seguro?- Pregunté

-Tu madrecita no dejaría que la humilles de esa forma. Imagínate como sería para su reputación que hayan secuestrado a su hija.- 

Tragué sonoramente y el escalofrío me recorrió de pies a cabeza.

-¿Cómo sabes eso?- Me puse nerviosa.

-Mejor deja de preguntar.- 

-Una última pregunta- Lo miré y resopló. -Por favor- Le supliqué.

-¿Qué?-Miraba fijamente la carretera.

-¿Cómo es tu nombre?- 

-Ayden-Suspiró. -¿Ya dejarás de preguntar?

Asentí con la cabeza.

Y eso hice, decidí no preguntar más sobre el tema, pero aún tenía esa incertidumbre. ¿Cómo sabía todo eso de mi madre?

Pensando y pensando, me quedé dormida, en el auto.. del chico misterioso, o ahora más bien Ayden.

EfímeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora